Ficha La gata en la terraza

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Críticas de La gata en la terraza (2)




mahotsukai

  • 12 Jun 2023

7



Reivindicable thriller con elementos de terror animal, dirigido por David Lowell Rich (“Madame X”, 1966).

Wylie y su amante Kassia planean asesinar y quedarse con la herencia de su rica, pero solitaria tía Danny. Sin embargo, lo que parece ser pan comido, se convertirá en una pesadilla para Wylie, quien padece ailurofobia al percatarse de la presencia de docenas de gatos que su tía ha dejado andar libremente por la mansión.

Luego de alcanzar el éxito por haber escrito el guión del eterno clásico “Psycho” (1960) de Alfred Hitchcock, el escritor Joseph Stefano debió rechazar la tarea de escribir el guión de las próximas dos películas del extraordinario director británico, “The Birds” (1963) y “Marnie” (1964) por estar comprometido para producir y escribir las historias para la serie de antología de televisión de ciencia ficción de su amiga Leslie Stevens, “The Outer Limits” (1963-1965; 1995-2002). Aunque “Hitch” nunca se lo perdonaría y Stefano sólo trabajara junto a Stevens sólo en la primera temporada de la serie (1963-1964), el guionista sí encontraría tiempo para participar en tres films, el thriller fantasmal “The Ghost of Sierra de Cobre” (1964) que escribió, produjo y dirigió él mismo, el thriller de terror animal “Eye of the Cat” (1969) de David Lowell Rich que guionizó y la comedia erótica “Futz” (1969) de Tom OHorgan, que co-guionizó junto a Rochelle Owens. El segundo de estos films sería producido por Bernard Schwartz y Phillip Hazelton, quienes se mostrarían interesados en esta historia que involucraba personajes ambiciosos pero que sufren de ailurofobia, aunque ello significara la compleja misión de amaestrar y trabajar con gatos reales.

La película tiene un particular y psicodélico inicio con una serie de sombras felinas negras y transparentes que se entremezclan con planos de la mansión de la tía Danny, centrándose en la aparición de un gato colorín que intenta ingresar a la casona. Acto seguido, el film da paso a un interesante montaje de J. Terry Williams (“Airport 77”, 1977) dividido en dos, tres, cuatro y seis secuencias, en algunos casos la misma dividida en cierto número de “viñetas” y en otros simultáneas en las que se ve cómo la tía Danny se alista para salir al salón de belleza junto a su sobrino Luke que oficia de chófer, el minino rojizo logrando subir al exclusivo vehículo al no alcanzar a entrar en la casona, la llegada de tía Danny a “Bellemondo” y una panorámica del salón con otros clientes y, finalmente, el ataque de asma de tía Danny que termina alarmando a clientes y personal del lugar por igual y que termina en un fuerte desmayo de la “anciana”. Dicha secuencia y recurso que será utilizado posteriormente en la serie ¨Night Gallery¨ (1973) titulada ¨Die now, pay later¨, resulta, a lo menos atípica y, por tanto, bastante original, ya que nos presenta las claves de la trama, algunas obvias y otras que nos daremos cuenta más adelante a medida que los hechos se vayan desencadenando.

Hay varios méritos en la narrativa, por ejemplo, la construcción de los personajes y sus ambiguas relaciones. Para empezar, tenemos la relación de Wylie y Kassia que inicia como una relación de conveniencia mutua por la herencia de tía Danny y que desencadena en un evidente amorío. Luego, descubriremos la relación aparentemente inexistente de Luke y Kassia hacia el epílogo, lo que supondrá una situación bastante ambigua en el trío Wylie, Kassia y Luke. Por su parte, las relaciones de tía Danny con sus sobrinos son las que más despiertan suspicacias. La “anciana” que, en realidad, es una mujer madura de unos 45 años aproximadamente de la cual aun quedan reminiscencias de una obvia belleza juvenil, tiene un inexplicable odio y aversión hace su sobrino menor Luke, quien paradójicamente se hace cargo de ella en todos los aspectos. Por el contrario, tía Danny siente un extraño sentimiento inversamente proporcional por Wylie, que sino roza escalofriantemente lo incestuoso se le acerca bastante. Todo esto es bastante peculiar porque Luke es acomedido y preocupado por su tía Danny, le dedica prácticamente todo su tiempo, mientras que Wylie es un incurable gigolo que gusta de involucrarse con cualquier chica que se le cruce por delante y que incluso robó dinero a la tía Danny en el pasado. Está, por supuesto, la relación entre los hermanos, unidos por la real hermandad y traiciones del pasado.

En líneas generales, la película transita por un ritmo bastante pausado y se detiene en secuencias que ahondan en el carácter de los personajes, a veces con poca dinámica de ritmo e interés y con pocas secuencias de suspenso, pero cuando recurre a estas últimas lo hace de manera bastante efectiva. Hay tres o cuatro secuencias realmente destacables como aquella en la que el gato colorín, que pareciera ser el líder de los demás felinos, evita a arañazos que Kassia desconecte el oxígeno de tía Danny en su lecho mientras duerme o cuando Wylie se paraliza completamente cuando un gato negro se le acerca y sube al pecho (rememorando un viejo trauma infantil). No obstante, los mejores momentos de suspenso David Lowell Rich las logra cuando los gatos acorralan y hacen caer a Kassia de una escalera en el invernadero de la casona y, por supuesto, la famosa secuencia en la empinada rampla de cemento que va desde la casona a la calle cuando tía Danny pierde el control de su silla de ruedas y Wylie que la acompañaba es atacado por la gata rojiza entrando en pánico y dejando rodar la silla con la mujer hacia la calle.

Por otra parte, el trabajo con los felinos es bastante efectivo. Los gatos son animales misteriosos y muy inteligentes, pero también muy sensibles y muy dados a no seguir instrucciones de humanos. Entre las pocas películas con gatos reales como protagonistas que destacarían antes del film que nos convoca, contaban a “Shadow of the Cat” (1962) de John Gilling y el segmento “Enoch” de “Torture Garden” (1967) de Freddie Francis. Con todo, las secuencias en que aparecen las manadas de gatos, en especial cuando se vuelven violentos, resultan eficaces, aunque es evidente que tuvieron que haber tenido a los felinos privados de comida, lo que se manifiesta en las escenas en las que Kassia, por ejemplo, intenta darles de comer y los gatos se le tiran encima. Entre mismos, de hecho, se rasguñan para intentar acceder a la carne. También hay montajes de distintos mininos molestos (o hechos enojar a propósito, más bien) que son insertados en determinadas secuencias en que Kassia o Wylie interactúan con ellos. Hay una escena particularmente violenta tras el primer encuentro de Kassia con Wylie en que éste último se “asusta” al saltar el gato colorín sobre él y el ailurofóbico lanza al gato contra una máquina encendida y el felino se electrocuta, pareciendo la muerte de éste. “Eye of the Cat” (1969) serviría, de hecho, de modelo para otras películas con gatos malévolos o vengativos como “The Uncanny” (1977) de Denis Héroux, “Gatto Nero” (1981) de Lucio Fulci y “Pet Sematary” (1989) de Mary Lambert.

“Eye of the Cat” (1969) cuenta con un buen reparto, donde destacan el canadiense Michael Sarrazin (“They Shoot Horses, Dont They”, 1969) como el arrogante y cínico Wylie, la bella Gayle Hunnicutt (“The Legend of Hell House”, 1973) como la ambiciosa estilista Kassia Lancaster, la aún deslumbrante Eleanor Parker, en aquel momento de 47 años, (“Caged”, 1950) como la dramática y obsesa tía Danny y Tim Henry (“Improper Channels”, 1981) como Luke. Completaron el reparto secundario, Laurence Naismith (“Jason and the Argonauts”, 1963). como el Dr. Mills, la bella Jennifer Leak (“The Photographer”, 1974) como la novia anterior de Wylie, Linden Chiles (“Forbidden World”, 1982) como el actuario Bendetto y Mark Herron (“Girl in Gold Boots”, 1968) como Bellemondo, propietario del salón de belleza.

La música corrió por cuenta del renombrado compositor argentino Lalo Schiffrin (Serie “Mission: Impossible”, 1966-1973), quien logra construir una partitura amenazante y asfixiante, en especial para las secuencias en las Wylie y Kassia deben interactuar con los felinos.

El epílogo del film probablemente es su punto más débil, resultando anticlimático y poco inspirado. Es un desenlace que ciertamente deja más preguntas que respuestas, en realidad, insatisfactorio. Existe un final alternativo de “Eye of the Cat” (1969) en el que la gata pelirroja, que en los créditos finales sabremos se llama Tulia, es quien saca a Kassia de la mansión y la lleva hacia el invernadero en lugar de la manada de gatos. Puede que esta secuencia alternativa parezca menos intimidante, pero en realidad puede resultar todo lo contrario, ya que demostraría la venganza de Tulia después de que tía Danny se deshiciera de sus gatitos.

El film se rodó Washington Street, Golden Gate Bridge, Lafayette Park y Sausalito, siempre en California, Estados Unidos. Recaudó US$1,2 millones y recibió críticas entre mixtas que la catalogaron como una película extravagante, pero que le faltó más sustancia. Se estrenó el 18 de junio de 1969 en Nueva York, el 17 de julio en Alemania Occidental y el 14 de septiembre en Londres.

En resumen, una película que tiene elementos destacables como personajes cínicos y ambiciosos, con ciertos guiños a relaciones y sentimientos incestuosos y un buen trabajo con los felinos. Como thriller funciona a pesar de sus defectos de ritmo y un final soso, pero merece claramente un visionado.



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ragman

  • 15 Aug 2022

6


desconocido filme norteamericano con aires hitchcokianos (solo aires, la trama dispara hacia otros lares) quizas el ritmo de su tiempo no sea adecuado para los tiempos que corren pero a mi me parecio perfecto para encaminar la idea y los personajes.... las escenas de los gatos son impagables, altamente recomendable.



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