un krimi muy bueno con varias sorpresas, lo mejor sin lugar a dudas fue este misterioso grupo de encapuchados que hacen lo que quieren tan bien organizados, me hubiera gustado quizas que si su final no fuera tan apresurado (algo comun en los filmes de la vieja escuela) quizas podria haber sido mejor, pero su resultado esta mas que bien.
recomendable a los completistas de los krimi.
Gratísimo krimi que llegó incluso a aspirar a algún premio gordo como el Grand Prix del Festival de Moscú, dirigido por en entonces bastabte an boga director austríaco Edwin Zbonek.
Hansjörg Felmy, que fue posteriormente con greñas y mostacho un exitoso detective televisivo, es el taciturno Inspector Hillier, que se ve en el deber de aprehender al justiciero loco que con su grupo de encapuchados está ejecutando con gran habilidad a todo de criminales. En su causa lo acompañan su novia Anna, valiente y decidida hija de un juez un poco alocado (Rudolf Förster, actor con más de 50 años de carrera por entonces), interpretada por una Maria Perschy tomándose un respiro de Hollywood y su amigo el Dr. Ferguson (Dieter Borsche, uno de los actores germanos más respetados de ese tiempo). A veces, también ¨cuenta¨ con el periodista de investigación Gabby Pennypacker (el británico Chris Howland), una especie de Mortadelo que pese a ser bueno en su oficio, desespera a Hillier con sus tonterías. Para cerrar el reparto, el invitado estrella: Wolfgang Preiss como jefe de policía.
El veterano guionista Robert A. Stemmle adapta con habilidad el aire pulp/comiquero de las novelas de los Wallace (en este caso del hijo, Ryan E. Wallace) y lo combina con un desarrollo enredado como todo krimi, con dos argumentos paralelos (la caza del justiciero y la de un asesino de mujeres que esconde un sorprendente secreto) pero añadiéndole una serie de sorpresas y un buen giro final (entro otros bastante previsibles), adamás de una moralidad llena de matices (el villano es al fin y al cabo un justiciero que elimina personas peores que él). El humor no falta en ningún momento.
En el aspecto técnico, magistral combinación entre el terror gótico y la estética pop sesentera propia de los krimis (la casa del asesino de mujeres, una delicia) con una banda sonora algo repetitiva, pero típica de los krimis, con esos riffs de guitarra o bajo eléctrico que crean misterio.
Otro krimi por encima de la media. Tiene un argumento lleno de sorpresas y el interés no decae en ningún momento, además de tener una estética muy atractiva. Es un krimi de libro pese a no ser de la Rialto, y un ejemplo de lo que la serie B europea podía lograr sabiendo ser competitiva.
Críticas: 3
TANO
8
Un krimi bastante, bastante bueno, en esta ocasión adaptando una novela del habitual Edgar Wallace, sino de su propio hijo que siguió sus pasos de la mejor manera posible.
Se nos presentan dos casos distintos: el de un psicópata que se dedica a secuestra jovencitas, decapitarlas y devolver los cadáveres (sin rastro de la cabeza), y por otra parte el de una especie de tribunal secreto que se dedica a ajusticiar a delincuentes que se han salvado de la cárcel, ahorcándolos.
Es una película con bastante intriga y con una historia que no es tan intrincada como la de otros krimis, pero que atrae y se disfruta mucho. Se echan en falta a los dos protagonistas de las adaptaciones de las novelas del padre, que siempre eran los mismos, pero supongo que esta es otra generación. Eso sí, el reportero-detective-hombre de las mil caras tiene su gracia.
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