En picado vemos a los niños en la calle, jugando a un juego en corro cuya cantinela provoca ya un escalofrío porque avisa de un mal presagio sin que ellos lo sepan.
A una madre, desde el balcón, no le gusta escuchar esa canción. En una serie planos sencillos y barridos dotados de una increíble fluidez visual, se muestra el interior del edificio.
Tras hablar la mujer con una vecina la dejamos y entramos a la vivienda de ésta, que hace sus quehaceres despreocupada hasta que el sonido del reloj la avisa; es muy tarde y su hija Elsie ha de volver a casa. La tragedia aparece en forma de una sombra masculina que cruza unas palabras con dicha niña, quien juega en la acera con una pelota; fatalidad pura: las infinitas escaleras, en cenital, anuncian distancia y soledad, el grito de la madre se pierde en el edificio, las calles y la azotea mientras un silbido insistente y molesto toma su lugar. El plato está vacío sobre la mesa, una pelota rueda por un descampado, un globo queda atrapado en los cables de la luz...
La sencillez y cotidianidad modelan una atmósfera tenebrosa y asfixiante; la niña jamás irá a comer a su casa porque ha sido asesinada. El sonido ha llegado ya al cine, pero Fritz Lang emplea el recurso contrario al del inicio de ¨El Enemigo de las Rubias¨: en aquélla una joven era estrangulada en primer plano y el grito no se oía; aquí se opta por esconder el crimen y el sonido y el efecto es aún más devastador...y con ello nace una nueva forma de helar los huesos al espectador. Puede ser esta sin duda la piedra de toque del nativo de Viena, ya que su carrera estaba atravesando algunos baches por culpa de sus últimas producciones.
El productor Seymour Nebenzahl de los estudios Nero decide contratarle para la que será su primera obra hablada, en lo que será una gran oportunidad para experimentar con los nuevos avances que se están incorporando al cine. Pero no iba a ser el de Lang un film musical; en lugar de eso se arriesga con uno de género y junto a su esposa Thea Von Harbou imagina un cuento de terror sobre un asesino de niños que aterroriza a Berlín; accidentalmente encontrará a uno real: Peter Kürten, apodado ¨El Vampiro de Düsseldorf¨, título que decidió tras haber rechazado uno anterior por los problemas del emergente partido nacionalsocialista, molestos con sus alusiones.
Tras un elaboradísimo prólogo de 7 minutos y medio que se inscribe entre las mejores y más escalofriantes presentaciones de un asesino en la Historia del cine, el director nos introduce con ferocidad en su función, que constará de tres actos bien definidos en forma, ritmo y estilo. Lo primero es conocer la reacción del pueblo, y aquí juega de maravilla la intención de Lang de dejar atrás la sensación pesadillesca que establecía el expresionismo y que tan buenos resultados dieron a Wiene, Wagener o Murnau; en lugar de la tenebrosidad de los castillos u otros escenarios góticos se opta por situar el relato a pie de calle y en la época actual.
La sensación es por tanto más real y la sensación más angustiante. No será este un cuento de monstruos fantásticos; aquí lo monstruoso viene por lo humano y siempre dotado de una gran sutileza narrativa y psicológica. Durante este primer arco lo que tenemos es una ciudad sumida en el pánico, en el más absoluto caos sabiendo sus habitantes que un asesino sádico y sin compasión está matando a sus hijos; el director es particularmente crítico, con el histerismo injustificado, la brutalidad de los ciudadanos, alzados en jueces y verdugos (como se verá hacia el final) y en especial la incompetencia, enorme, de los agentes de la ley.
El innovador uso de la voz ¨en off¨ reforzará esta muestra de mordacidad, patéticamente cómica (mientras el jefe de policía explica al ministro los esfuerzos de su equipo para descubrir al homicida, un puñado de guardias bostezan en la oficina). Durante este tramo no hay protagonistas, el protagonismo recae sobre el miedo y la reacción del pueblo, enfrentado desde el lado de los que supuestamente lo guardan y el de los que lo componen. Lang lleva su cámara, con la que realiza ejecuciones muy audaces para la época (planos generales, barridos dinámicos, planos-secuencia de lo más estudiados, encuadres cercanos de gran detalle), por ese mundo.
Más bien submundo; el de los vagabundos, los alcohólicos, los abandonados, los jugadores, los gángsters, todos los que desconfían de las chapuceras tácticas de la policía y decidirán utilizar la justicia contra la ley. Mientras tanto sucede algo inusitado con respecto al criminal; para Hitchcock aquél, siempre en el anonimato, funcionaba a modo de ¨macguffin¨ transfiriendo la culpa a un pobre inocente. Lang, si bien lo ha presentado según las claves expresionistas, no vacila en desvelar pronto su identidad, pues ante todo la figura de este sádico infanticida es de carácter terrenal.
Peter Lorre, más propio de otros géneros, se transmuta magníficamente en este personaje llamado Beckert: con sus ojos saltones, expresión inquietante y esa manía de frotarse las manos, además de su silbido de la pieza ¨I Dovregubbens Hall¨, con el que se hace uso del sonido para incrementar la sensación de terror y aportar un gran detalle que defina mejor el perfil del primer asesino psicópata por pleno derecho del cine. Pero el austriaco también evita algo esencial: conocer su personalidad y pasado (el de Kürten es desde luego motivo de estudio); en su lugar apuesta por el prudente distanciamiento, dejando que las primeras emociones del espectador en aflorar sean la repulsión, el rechazo y el estremecimiento.
Este distanciamiento lo produce la valla de una cafetería en la que el protagonista se detiene: nunca Lang entra y lo filma en primer plano; aplica, como Hitchcock, el voyeurismo y la curiosidad para acercarnos a él. Entonces aumenta el desasosiego por medio del innovador uso del sonido: emerge una especie de rugido de bajos tonos, sin duda el anhelo de su voz interior por seguir devorando almas. No ya un dr. Jekyll y ¨Mr. Hyde¨, sino un vampiro de la era moderna, que se ve a sí mismo como tal (secuencia magistral en la que Beckert, frente al espejo, emula las muecas de tal ser), y que representa el compendio de la degeneración humana en la sociedad.
Degeneración que lleva a la locura a sus vecinos, detonante del 2.º y el 3.er acto. Durante los próximos tres cuartos de hora Lang seguirá jugando, ahora con lo referente al estilo narrativo y formal; la angustia y el terror psicológico acumulados estallan en un intenso ¨thriller¨ donde aquél sigue modelando los códigos y perfilando los detalles de lo que habrá de llamarse ¨noir¨, y que estará muy presente en sus obras posteriores. Ahora lo importante es atrapar al criminal, y tras contemplar los planes de la policía y los vecinos (cuyos actos desarrollados en paralelo adquiere un significado más allá de lo meramente estético) empieza la cacería.
Se vuelve a hacer hincapié en la reacción del pueblo, unido contra el enemigo extraño, sin más armas que su propia furia (el realizador tendría problemas con esto por insinuaciones contra el nazismo). Y entonces un último acto totalmente escorado hacia el drama, en la línea de DeMille o Sternberg (incluso puede traernos recuerdos del ¨Asesinato¨ de Hitchcock) donde se nos da la oportunidad de acercanos realmente a Beckert y una magistral clase de lo que significa justicia en estado puro. El contexto social y la radiografía íntima se entremezclan en un juicio donde lo que ahora se eleva es el grado de realismo.
Pero entramos en contradicciones: ¿qué poder tienen esos malvados individuos para condenar el Mal?, ¿y qué derecho tiene un asesino para seguir con vida cuando su fin último es arrebatar el derecho más importante del que goza un ser humano que es el de vivir? ¿Acaso no es necesario el llanto de una madre para condenar?, ¿ni la confesión de un hombre enfermo para perdonar? Lo que deba o no suceder al protagonista, plenamente consciente de las fuerzas aberrantes que manejan sus instintos y pulsiones, se deja a la decisión del espectador como más tarde se hará, por ejemplo, en ¨Rasho-mon¨. En opinión de quien esto escribe...uno debería inclinar sus oídos al llanto de las madres.
Tras un durísimo y estricto rodaje de seis semanas (en especial por el muy carácter tiránico del director), el film se estrena en Berlín y se gana el favor del público menos el del sector nazi, por supuesto, que lo censurará poco después y ya no podrá verse en el país hasta pasadas tres décadas. Joseph Losey realizará una versión más en 1.951 desde un enfoque más humano, pero como todos los ¨remakes¨ se queda a años luz del desgarrador drama, el agobiante suspense y la visión demoledora de la sociedad alemana del momento de la obra de Lang.
Adelantada treinta años a su época, contiene algunas de las imágenes más siniestramente bellas del 7.º Arte, y todos los asesinos psicópatas que estarían por llegar tendrían en Hans Beckert un modelo a seguir.
Fritz Lang estaba en una racha que parecía imparable, sacando éxito tras éxito, y su estreno en el sonoro no fue una excepción: un truculento thriller que lo convirtió, como demostró tras su llegada a Hollywood, en uno de los grandes del cine negro. Y no solo eso: fue el lanzamiento al estrellato de un joven y diminuto actor húngaro con cara de rana, mirada de cordero y voz de pajarito que respondía al nombre de László Lowenstein, pero al que todos conocemos como Peter Lorre.
Mirad que el viejo Peter hizo veces de malo, pero probablemente ninguno como el repugnante asesino en serie y más que probablemente violador de niñas Hans Beckert.
Lorre logra gracias a su expresión facial y un apasionado speech al final que veamos a su degenerado personaje como un ser humano, y que al mismo tiempo lo odiemos y nos sintamos mal por él. ¿O bien es que hemos caído en su trampa de lloros y pataleos, ay pobresito enfermo, y nos ha tomado el pelo? Es una interpretación tan brillante que incluso supera lo que vemos en pantalla: ¿Intenta Beckert convencer al público al igual que a los otros personales?
Los actores Otto Wernicke y Theodor Loos son los detectives Lohmann y Groeber en su primera aparición - dos años después los veríamos enfrentarse al mismísimo Dr. Mabuse - , los únicos polis lo suficientemente competentes para aprehender a Beckert. El controvertido Gustaf Gründgens es el llamado Schräncker, jefe del colectivo de criminales y, según se dice, caricatura del nefasto Joseph Göebbels, entonces solo un cargo del pujante movimiento nazi.
Lang y su mujer Thea Von Harbou crean una truculenta historia de polis y serenos explicada mediante montajes ágiles e innovadores para la época y donde no falta un cierto sentido del humor que aligera la acción y sirve de critica a los burócratas de la época, ya que la investigación paralela de pequeños criminales, gángsters, mendigos, prostitutas y desheredados varios va produciendo mejores resultados que la de la pasma a la hora de parar los pies al malvado Beckert. El final es simplemente flipante en su aparente simplicidad y lleno de mensaje, no sin relación a la amenaza nazi que se cernía sobre Lang en particular y el mundo en general.
A nivel técnico es una película muy destacable debido a su novedosa estética: aunque en Hollywood ya se venían haciendo cosas parecidas, Fritz Lang y su equipo aplican elementos expresionistas (esencialmente en el uso de las sombras y varios exóticos movimientos de cámara) que se suman a la decrépita estética urbana y la sordidez argumental: es el embrión del cine negro (y, por supuesto, del krimi alemán) tal y como lo concebimos actualmente. También juega con las posibilidades que le brinda el sonido pero deja varios pasajes mudos (esto es, sin ni tan siquiera efectos sonoros) con la idea de que las imágenes cuenten la historia.
El considerado mejor filme alemán de la historia es, pues, una pieza noir terriblemente innovadora para su tiempo, que contiene varios mensajes de Lang a la sociedad germana y que además resulta una película bastante entretenida si solo se quiere pasar el rato.
Por momentos se puede hacer algo pesada pero es una gran película hecha por un gran cineasta como Fritz Lang. Los escenarios están bien logrados. Lo que más destacan son las actuaciones, en especial la de Lorre. Me gustó la dinámica de que no sigue el hilo de las típicas películas de asesinos seriales que por lo general se cuentan desde el punto de vista o del asesino, o del detective que investiga o del allegado de una de las víctimas, sino que aquí cada integrante integrante de la comunidad asolada por los crímenes tiene su momento y su papel que cumplir, incluidos los miembros del crimen organizado.
La mejor parte para mi es sin duda el final, ya que da un buen debate sobre la ética y la moral.
Un clásico que bien puede ser algo lento pero hay que tenerle paciencia y darle una oportunidad, vale la pena.
Puede parecer confusa y que no sigue un hilo determinado, pero hay que tomar en cuenta lo más básico: es un filme de 1931, es pionero en escribir las bases y las fórmulas de los thrillers actuales.
Una fotografía excepcional, maravillosa, en el que los grises no se topan, colorean la pantalla definiendo cada objeto, su iluminación recorta cada figura en la pantalla. El cine negro es una maravilla.
La historia salta de personaje en personaje, olvida unos, aparecen otros, las situaciones que parecían importantes cambian en el transcurso de los minutos.
La moral, la empatia, el juicio de los hombre más abandonados, como lo son los sin techo, es el recurso final. Todo juega, todo afecta a la forma de ver al asesino.
Un clásico.
Más que conocido film de Lang que nos introduce en el terreno de los asesinos en serie contando la historia de un asesino de niños y desarrollando de forma excepcional todo lo que se mueve detrás en su intento de detención por parte de la policía o de quienes actúan por su cuenta.
Cierto que el film es un poco desordenado en encajar algunos momentos pero Lang consigue mostrar un ambiente de cierto terror con el personaje del asesino que provoca miedo como se puede ver en su juicio popular del final del film. Un momento donde también Lang nos mete de lleno en el terreno de la justicia.
Uno de los primeros films de muestra de asesino en serie imperdible por su forma de dirección.
Basada en un hecho real en el cual coincide el año en el que se estreno el film con la detencion, juicio y posterior veredicto (aunque estos dos ultimos detalles quedan totalmente omitidos en la peli). No entrare en detalles sobre el verdadero criminal y sus andanzas pues me imagino que mas de un critico ya habra hablado sobre eso. Yendonos al film, la verdad es que no me ha gustado nada, aparte de haberme aburrido soberanamente. Lo unico destacable es su ultimo cuarto de hora, el cual es con una abismal diferencia lo mejor de todo su metraje. Ya se que su director por aquella epoca era toda una eminencia y encima la peli es del año 1931. Pero no por esos dos detalles ya tiene uno que estar en la obligacion ya no simplemente de que te guste por narices sino incluso de catalogarla como pieza de culto. Desde luego yo asi no la considero, y mira que me gusta el cine antiguo. Pero creo que esta peli esta sobrevalorada, pues la misma contiene infinidad de escenas de relleno con otras tantas de lo mas ridiculas. Salvando ese ultimo tramo, el resto me ha parecido un autentico toston
Primer película hablada de Fritz Lang, un mordaz análisis de los criminales (en este caso, un asesino de niños) y de la sociedad que los engendra (centrándose, claro, en la Alemania de los años 30). Excelente uso del sonido, la dirección de cámara, la fotografía, el trabajo actoral. Varias escenas memorables, como la del acercamiento al asesino y su primera víctima y el monólogo final de Peter Lorre.
Maravillosa,sencillamente maravillosa. No hay palabras para tal obra de arte. Los actores, el guion, todo concuerda a la perfección en una de las mejores películas de la historia del cine. Además la mejor película de suspense y terror que jamás he visto.
Alegoría de una Alemania en conflicto.
La lenta inserción de políticas de extrema derecha que se vivieron en Alemania resonaban con algo de fuerza luego de la creación del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) en 1920, que fue comandado por su líder, Adolf Hitler, hasta 1945.
El Partido nacionalsocialista obrero alemán con un fuerte poder de propaganda y manipulación se hizo un lugar en la sociedad, y ya para transformarse en el segundo partido político con mas fuerza en las elecciones presidenciales de 1932, por detrás del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que tenia como candidato al oficialista Paul von Hindenburg, un hombre que ya había sido presidente de Alemania en el periodo anterior (República de Weimar)
Las campañas duras y la persecución a directores de cine que pensaban diferente ya se hacían sentir aun antes de que Adolf Hitler fuese presidente de Alemania -por decreto-, y el maestro Fritz Lang (reconocido opositor del partido Nazi) estaba bajo la mira directa del próximo gobierno totalitario.
La mano derecha de los guiones de Fritz Lang era su esposa Thea von Harbou, (parte fundamental de la etapa germana de Lang), quién se había afiliado al partido Nazi que tanto criticaba su marido.
La confrontación política no pudo subsistir en este matrimonio que rompió sus lazos en 1933, justo cuando Hitler toma el poder en Alemania.
En 1931, antes de comenzando el período de la ¨Alemania Nazi¨, Fritz Lang filmo su anteúltima película en el país (luego de eso se exilio a Francia y Estados Unidos), sin la participación de su esposa en el guión, debido a las recurrentes discusiones y por que ya no estaban dispuestos ni a compartir un libreto.
Fritz Lang se despedía de Alemania con uno de los films mas grandes de su carrera, ¨M, el vampiro de Düsseldorf¨, que además era la primera cinta hablada de su carrera, técnica muy nueva que ya era fenómeno global en los dorados 30¨ del cine.
¨M, el vampiro de Düsseldorf¨ se baso parcialmente en los acontecimientos reales ocurridos por aquellos años con el asesino Peter Kürten, apodado como el ¨Vampiro de Düsseldorf¨ por la gente de Alemania.
Peter Kürten fue un terrible asesino y violador de niños y mujeres, que acecho en las calles de Alemania entre 1913 hasta 1930, cometiendo terribles crímenes crueles que lo posicionan como uno de los asesinos en serie mas brutales de la historia de la humanidad.
Paralelamente con la ejecución de Peter Kürten y con una ciudad que estallaba de temor, Fritz Lang desafiando los límites se puso a rodar el film que retrataba las locuras de este psicópata.
Para la interpretación del asesino, Lang puso a un actor debutante: Pete Lorre, en una tarea ardua y compleja de lograr que lo llevo al estrellato directo en Hollywood para personajes de películas de terror.
En la cinta se nos narra como la policía busca frenética y desesperadamente al asesino, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa.
Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos.
Controversial y duro policial realizado con agallas en los conservadores años del 30¨, por un gran director como lo fue Fritz Lang que no le temía a nada, ni siquiera a narrarnos (basado en un caso real) la historia de un asesino de niñas que tanto aterrorizo a aquella Alemania.
Nuevamente Lang brinda en ¨M, el vampiro de Düsseldorf¨ un film para el análisis, y una clara radiología que permite comprender en forma ¨ficcional¨ el panorama político-social del país, estrictamente vinculado todo ello con la llegada del Nazismo al poder.
¨M¨ irónicamente muestra la distinta metodología que usa la policía para buscar al asesino, y de contra cara la movilización del pueblo alemán buscando una justicia que no aparece nunca de parte del Estado.
Fritz Lang como heredero del expresionismo hace de este elemento algo fundamental en la película, (pese a que ya no sean los tiempos del mismo). Hay mucho juego de sombras (regla básica) y una ambientación oscura que le sientan bien al film, le dan ese toque cuasi ¨policial negro¨.
El realismo mas puro y el expresionismo se dan la mano en esta obra de Lang llena de pesimismo y oscuridad, producto de la aterradora historia real que se vivió.
La dirección de ¨M¨ es fantástica. Lang experimenta con nuevos ángulos y demuestra que es el maestro indiscutido del lenguaje cinematográfico. Prepara coreografías de persecuciones y resalta el poder del expresionismo. Brillante.
Peter Lorre tiene un trabajo consagratorio y maravilloso. Es el villano ideal y encarna extraordinariamente a un asesino nervioso y perturbado psicologicamente.
La falta de Thea en el guión se suplió muy bien, puesto que Lang y su compañero, Paul Falkenberg, lograron un libreto sólido, profundo y hasta bastante complejo a la hora de intentar trabajar la psiquis del asesino (Peter Lorre).
Todo ese trabajo que se toma el guión en analizar la psiquis del psicopata queda bien resumido en ese monologo final que es memorable, redactado por Lorre con una sobriedad y un talento exuberante.
Ritmicamente ¨M¨ sufre de una cierta ausencia de adrenalina, hoy en día al espectador mas apurado le podrá resultar una película densa. Pero esta parábola de la realidad-ficticia merece de nuestra paciencia.
Lo mas llamativo y curioso de la película es que carece de un integro protagonista. La historia se fragmenta entre la visión de la policía, los asesinatos, y la persecución de pueblo, asi Lang anula la figura de un protagonista fijo y hace de este un producto particular hasta estructuralmente.
La incursión del recurso ¨Leit motiv¨ es otro acto revolucionario que Fritz Lang le imprime a su obra. El ¨Leit motiv¨ son los silbidos del asesino, recurso que sera tomado apartir de ahora como clave de un legado de films de horror y policiales.
La culminación de esta obra no es acorde a lo que se estaba viendo en el film, si bien el monologo es un cuasi final (que es lo que valore para el análisis final), lo que prosigue esta dado de forma abrupta y de poca explicación.
Obra importantisima para la carrera de un Fritz Lang que culminaba su ciclo germano para pasar a rodar otro tipo de cine en Hollywood.
No es atrevido decir que es una de las piezas mas altas de Lang, quien deja impreso en ¨M, el vampiro de Düsseldorf¨ un manual de como ser un director brillante y repleto de talento como lo fue el. Uno de los mejores directores que ha parido la rica historia cinematográfica, admiración total para con el.
Actuaciones:7.5
Música:6.5
Historia:6.5
Final:8.0
Mi nota para ¨M, el vampiro de Düsseldorf¨ es un 7.5/10. Muy buena.
Lo mejor: La inolvidable e inoxidable escena final, sencillamente es fabulosa.
Lo peor: Recriminable hoy en día solo por su ritmo algo lento y pausado, nada mas.
Brillante.
Fritz Lang vuelve a demostrarnos que él hace del cine puro arte y una vez más vuelve a adelantarse a su tiempo.
En ¨M¨ nos muestra un retrato perfecto de un asesino, y lo hace con una sutileza envidiable. Sin sangre. Sin motosierras ni machetes -como tan acostumbrados nos tienen-. Sin mostrar un solo cadáver. Lo más asombroso de todo es que consigue asustarnos y ponernos los pelos de puntas solamente con eso. Con eso, y una canción silbada inolvidable.
El guión es impresionante y el monólogo final es sobrecogedor y maravilloso, que nos hace reflexionar y pensar.
Mucha gente se queja de que se pasan gran parte del metraje buscando al asesino y se hace ¿aburrida?. Lo que no entiendo es cómo creen que se puede atrapar a un asesino de la noche a la mañana. Además de que la atmósfera asfixiante en la que te envuelve no deja respiro para aburrirte.
Inteligente y sutil como pocas, aunque de Fritz Lang me quedaría con Metrópolis.
A pesar de que algunas escenas contengan un significado concreto y puedan parecer completamente estúpidas a pesar de que no lo sean, es maravillosa.
Un 8.5, pero subo a 9.
Asombrosa primera película que trata sobre un asesino en serie, una fórmula que a partir de entonces fue trascendental en el cine, pero que jamás se ha realizado con tanta grandeza.
Es la primera escena y ya estoy aconcojado ante lo que se avecina, es precisamente lo que pretendía Fritz Lang, pegar un golpe en la mesa con la primera escena que con un ambiente opresivo llega la actuación del asesino.
Técnicamente dicha primera escena es magistral, una presentación dura gracias a esos silencios y esa oscuridad gracias a una fotografía donde el blanco y negro es el arma más poderosa.
Lo que viene después no es ni mucho menos una sucesión de asesinatos que buscan el morbo o la sangre fácil como se suelen hacer hoy en día, sino que la construcción del perfil de un asesino y una sociedad que cada vez más desesperada y en el que nadie escapa de ser sospechoso.
Es la famosa crítica al nazismo mediante la actuación del hampa para resolver el caso como ellos creen necesarios uno de los puntos más interesantes de la película. Voy a exentarme de política y mensajes ocultos para centrarme en la película.
Esta actuación del hampa, que lleva no solo a una tremenda persecución sino que a una parte final asombrosa, quizá lo mejor de la película por no decir del cine.
Cuestiones morales por parte del director. ¿Es un sucio asesino o no merece ser condenado como tal por ser un enfermo mental? ¿Es el pueblo el que debe tomar el control de qué debe hacer con el asesino o debe ser castigado por gente más competente que no ha vivido las pérdidas de sus hijos? Realmente maravillosa para todo aquel que le interesa conocer el perfil de un criminal y entender como deben castigarlos. No lo veo como que el director diga que todos los criminales deban estar en libertad sino que simplemente se debe actuar competentemente ya que nadie tiene derecho a arrebatar la vida a nadie...
Mensajes que se puedan tomar como uno quiera, es un peliculón como la copa de un pino. Actuaciones inmejorables, una dirección impecable que logra crear una atmósfera como pocas y creo que además de reflexiva y no falta al respeto, etc etc.
Muy buena introducción a la biografía del asesino en serie (Peter Kürten: ¨El Vampiro de Düsseldorf¨) bueno la película arranca bien con los misteriosos asesinatos y el suspenso hasta el fin del Film por no saber quien es el asesino y no poder encontrarlo, eso es algo para destacar sobretodo para las películas de esa época sin contar que el guion era excelente.
La banda sonora no esta mal, pero eso si creo que pudo ser mejor que para el actor de ¨El Vampiro de Düsseldorf¨ elijieran a alguien que de verdad se pareciera al verdadero asesino en serie, ya que elijieron a Peter Lorre que nada que ver uno del otro (Ni siquiera tenia bigote) sacando eso (que fue un grave error la verdad y se pudo evitar), lo demás esta bien.
La recomiendo para los amantes del cine clásico este Film es de los mejores de aquella época, le doy un 10 apezar del error que mencione antes.
Pues la verdad me esperaba otro tipo de película ya que el título era de vampiro, pero para mi sorpresa fue una película policial y pues la verdad pensé que iba a ser muy buena, pero no fue así, no estoy diciendo que sea mala, al contrario fue de lo mejor en ese año, pero me esperaba más de ella, que si, bien mantiene atento al espectador por saber quien es el asesino, no logra tener un buen desenlace. Igual es recomendable.
Esta película tecnicamente es muy buena. El problema es que a mi la técnica me importa una mierda. Lang se encarga de hacer un impresentable alegato en defensa de Peter Kürten, un asesino multiple que mató en Alemania, al menos, a 9 personas. Los policías aparecen en la película al mismo nivel moral que los criminales (eso si, con un magnífico montaje paralelo). La hipocresía de la sociedad es puesta como disculpa para la conducta del criminal; como si un mal pudiera justificar otro mal mayor. El psicópata asesino es descrito, maliciosamente, como un pobre enfermo, absolutamente irresponsable de su propia conducta. Si de algo es digna esta película es de estar en los manuales de psicología para ilustrar la forma en que los hombres son especialistas en negar su responsabilidad en sus comportamientos malvados para, así, evadirse de la culpa. El final de “M” viene a defender el viejo engaño cristiano de: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Si por Fritz Lang fuera parece que las cárceles y los juzgados deberían desaparecer de la faz de la tierra. De esta forma, todos los “irresponsables” y pobres “enfermos” criminales podrían ir por ahí robando, violando y matando niños inocentes. Este film es un alegato vergonzoso en defensa de la criminalidad más brutal; una película, técnicamente perfecta, con un guión repugnante. En la realidad, Peter Kürten fue juzgado y condenado a muerte. La última frase que pronunció antes de morir, fue: “Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?”. Es evidente lo arrepentido que estaba de sus hazañas, el pobre angelito.
es una estupenda pelicula que me ha encantado y para nada me esperaba que fuese como es y se desarrollase de una manera tan buena.
recomendada para pasar un rato agradable, pero con un final que podria haber ofrecido mas sobre la condena que le impusieron y el futuro que tuvo el personaje.
gran pelicula de lang que se basa en el caso de peter kurten. un asesino serial que mato, violo y torturo en la alemania post nazi, como dije, solo se baso ya que si realmente contaba lo que este individuo hizo, para la epoca era demasiado, pese a no ser fiel debo decir que eso no importa ya que nos muestra una historia aceptable y bien actuada, especialmente peter lorre durante ese juicio ( la mejor escena).
pese a ser demasiado buena para su epoca, se siente demasiado larga con escenas inecesarias que de haberlas obviado seguiria siendo buena.
hoy por hoy la pelicula envejecio ya que para las nuevas generaciones no creo que una trama como la que nos deleita lang llegue al menos a llamar la atencion ya que el film es mas actuacion que asesinatos ( los asesinatos no son graficos en ningun momento).
¿ que el filme es sobrevalorado? tal vez un poco,pero de todas formas no es una mala pelicula bajo ningun aspecto.
recomendable especialmente a los cinefilos incurables cazadores de joyas del septimo arte
Impactante película, muestra de un cine que ya es imposible de ver, y con una fuerza visual arrolladora. Fritz Lang es uno de los directores más geniales que ha dado el cine, brillando igualmente en su etapa alemana que en la americana y con un ramillete de obras maestras en su haber que lo sitúa en lo más alto. Esta es una de sus películas más brillantes de su primera etapa junto con Metrópolis, La mujer en la luna y Mabuse, cuando se dedicó más al cine de ficción. No debe faltar en la videoteca del buen aficionado.
Fabulosa pelicula de Lang. Una brillante disección de un asesino, malsana y cruel, rodada con un genio y una maestría absolutas, que la convierten en una obra imprescindible.
Buenisima. Siempre y cuando no olviden que es una pelicula de hace 80 años. Si quieren sangre vean Hostal (Malisima)
Si se aburren es por que vieron demaciada television o se acostumbraron al cine yonky.
Las miradas de peter y las vueltas que da la pelicula pueden parecer simples pero son ideas novedosas que ademas rascan entre lo cientifico y el juego. 80 años es mucho tiempo y estos detectives nunca vieron CSI y no creo que haya aparecido otro sindicato de vagabundos hasta las delirantes comedias de los 70
Con el diario del lunes, cualquiera opina.
Veanla, si pueden leer sin aburrirse, usar la imaginacion y apreciar una exelente actuacion; entonces esta pelicula les va a fasinar.
Ah si, y 90 minutos no son dos horas.
Críticas: 30
Páginas de resultados:
[email protected]
9
Indudablemente un auténtico peliculón perteneciente al movimiento denominado ¨Expresionismo Alemán¨.
Me encantó la sordidez y ¨lugubridad¨ con la que se maneja la cinta y con la frialdad que muestra los asesinatos. Es un film oscuro, opaco, triste, sombrío; preanunció, de alguna forma, al excelente Cine Negro realizado en Hollywood tan solo 10 años después.
La cinta, debo reconocer, está sobreactuada en gran parte pero eso es algo típico de la época (y el género) por lo que no lo diría como un defecto; tan solo es una observación.
La fotografía y las locaciones son excelentes con lugares sucios y desordenados perfectamente iluminados y lleno de claroscuros.
La historia es simple, sencilla pero entretiene toda su duración y si te pones en la época resulta más que excelente ya que el interés de lo que sucede nunca decae y tiene mucho clima.
Recomendable!
Me gusta (0) Reportar