En está ocasión, la acción no sabría justificarla con totalidad en que momento del anime podría situarla. Es muy probable que la traición de los capitanes se hubiese realizado ya que, Ichigo utiliza su bankai y también el getsuga tensho negro - dos habilidades que aprendió y mejoró antes del rescate de Rukia -.

Al tratarse de la primera película de Bleach, la verdad, no me esperaba que fuese ni la mejor, ni tampoco la más impresionante. Y en cierto modo no me equivoqué, pero al menos resultó ser entretenida por el argumento que presenta.
Un shinighami aparece en medio de Karakura, no pertenece a ninguna división y es capaz de liberar su zanpakutou. Al mismo tiempo unos extraños seres llamados Blancs también hacen acto de presencia. Ichigo y Rukia investigan hasta descubrir que estos personajes han llegado de una dimensión que separa la sociedad de almas del mundo real.

El villano al que Ichigo debe enfrentarse pertenece a una familia de la nobleza - como los Kuchiki - que han sido exiliados hace más de 500 años. Ahora buscan venganza contra la sociedad de almas y recurren a esas criaturas, los blancs, para obtener más poder.

No tendremos oportunidad de ver la hollowficación de Ichigo, ni tampoco ningún poder en especial, salvo las liberaciones de las espadas de algunos capitanes, también algún bankai de los mismos y poco más. Aún así los combates están bastante bien, no dramatiza demasiado en la historia y personajes odiosos como Shado o Inoue, tienen muy poca participación, y es de agradecer en ese aspecto.

En realidad, Senna, la shinighami con recuerdos de su vida antes de ser un espiritú, es quien acapara todo el protagonismo. Es una lástima que personajes como los que aparecen en OVAs y capítulos de relleno, solo sean protagonistas ahí sin siquiera tener un mínimo de protagonismo en anime - no mencionaré el manga, ya que no lo sigo y dudo que ahí también tenga algún tipo de relación -.

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