Psicodélico, psicotrópico y psicopático slasher que, perse a ser bastante malo, resulta curioso.
La historia es simple: a un pintor se le va yendo la olla poco a poco a consecuencia de su día a día en el mundo en el que vive, en el que todo está lleno de ¨pillaos¨, como diríamos aquí, y es que creo que la única persona medianamente normal de la película es el ex-novio de su novia.
Esta película es una locura de principio a final. No se si la gente que hace de mendigos/pillaos son actores o gente real, porque la mayoría actúan demasiado perfectamente (el de la parada de bus da hasta miedo).
Por la parte mala, el presupuesto es ínfimo, todo es demasiado ¨cutre¨ y la historia no es nada del otro mundo. Al menos tiene bastantes muertes y sangre, pero para mi gusto, no aprueba.
La 1ª película del director Abel ferrara sigue siendo uno de sus mejores logros, y sin duda, se trata de su film más personal. El argumento es sencillo, pero bastante eficaz:
Un pintor Neoyorkino ve como su propio mundo se va hundiendo lentamente, sin poder remediarlo. Progresivamente se va desquiciando, para colmo fracasa en su último cuadro (con lo cual su perturbación aumenta), se compra un taladro portátil y... hala! a taladrar se ha dicho. No hace falta decir nada más. A pesar del bajísimo presupuesto y de un estilo visual como de aficionado, Ferrara se las apaña muy bien, y consigue plasmar su personalidad en la pantalla, a cada momento. Tampoco hay que olvidar ese ambiente mugriento y caótico que había en Nueva York a finales de los años `70, infestado de bandas juveniles de Rock y Punk; todo esto muy bien reflejado por Ferrara, que de paso también muestra al espectador toda esa suciedad barriobajera que nadie quiere ver: vagabundos, indigentes, borrachos, drogados... etc. Aparte de todo eso, la interpretación del protagonista (el mismo Ferrara) es muy correcta, y los asesinatos son realmente sangrientos y brutales.
Un film barato y de baja calidad, pero muy recomendable.
Puntuación: 8.
Vives en un asqueroso apartamento de una maldita ciudad donde sólo hay pobreza y delincuencia, viendo cómo tu creatividad, de la cual depende tu trabajo, se ha dado contra un muro, viendo cómo la zorra de tu novia no hace nada en todo el día, y, para colmo de males, teniendo que soportar la estrepitosa música de unos putos niñatos que se han mudado al piso de abajo. ¿No es suficiente para volverse loco perdido? Yo diría que sí...
Cineasta incomprendido, poeta de los suburbios, amante de la controversia, nadador contracorriente, detestado por muchos, adorado por otros tantos. Los caminos de Abel Ferrara son inescrutables, y eso bien lo saben sus más acérrimos fans, que ni siquiera están preparados para digerir todas sus obras (se incluye un servidor...); sin embargo ahí está, haciendo lo que le gusta hacer, creador de un estilo propio y característico sin estar vinculado a los grandes estudios. Si una palabra puede definir a este rebelde nacido y criado en el Bronx es la de imprevisible.
Y títulos como ¨El Rey de New York¨, ¨El Funeral¨ o ¨Teniente Corrupto¨ lo corroboran; pero no se puede decir que el camino hacia esas pequeñas joyas fuera sencillo para el director, más bien fue arduo y extenso. Tras una serie de cortometrajes, pequeños trabajos de academia, Ferrara se quedó compuesto y sin empleo, así que, para poder llevarse un cacho de pan a la boca no le quedó otra que probar en el barato y rentable negocio del porno con ¨9 Lives of a Wet Pussycat¨, protagonizada por su novia de aquel entonces, Pauline LaMonde, dejándole no muy buenos recuerdos.
Tras aquello decidió hacer cine de verdad, aunque fuese dentro de sus propios límites. Con 26 años de edad, cogió a un puñado de actores no profesionales y una cámara de 16 mm. y se pondría a grabar en su propio apartamento y en las calles de la ciudad de New York para hacer su primera película oficial, que tendría por título ¨The Driller Killer¨; en ella nos presenta a Reno Miller (álter-ego suyo y encarnado por él mismo bajo el pseudónimo de Jimmy Laine), un pintor en crisis incapaz de terminar un cuadro que según él será su obra maestra y al que la opresiva vida urbana está consumiéndole las fuerzas.
Viviendo más mal que bien en un pequeño piso junto a su liberal novia Carol y su compañera Pamela (quienes deciden montarse sesiones lésbicas de vez en cuando) sin poder pagar las facturas ni al casero, sin salir del bloqueo creativo en el que se ha metido, teniendo que pedir dinero prestado y habitando en una ciudad en la que sólo suceden cosas horribles llena de mendigos, criminales y artistas en decadencia, haciendo de New York un gran enemigo, infierno constante y en estado de descomposición, Reno dará salida a su frustración a través de la violencia...y lo pondrá en práctica recorriendo las calles nada menos que con un taladro automático.
Salida de la costilla de ¨Taxi Driver¨, de hecho Reno no es sino una variante más del trastornado y destructivo Travis Bickle (aquí se sustituye el espejo por el cuadro del búfalo, fuerza bruta interior del protagonista), ¨The Driller Killer¨ ya expone las constantes y futuras marcas de la casa de Abel Ferrara, esto es, personajes encerrados en un clima de insatisfacción eterno, la pestilencia de la ciudad, caldo de cultivo de maldad, decadencia, bullicio y drogas, el descenso a los infiernos del ser humano o el tema de la religión. El director coge su cámara, se la echa al hombro y radiografía a pie de calle la suciedad urbana y a aquellos que caminan entre ella, que son producto de ella.
Entre tanto, la historia propone un cruce de cine contracultural, rebelde, denunciante, más que nada el que se llevaba en la época (el heredado del que capitaneaban casi diez años atrás los directores del llamado ¨Nuevo Hollywood¨), y un ¨slasher¨ de tono demencial y cutre de factoría Corman, todo en clave ¨exploitation¨, lleno de retorcido humor negro, extrema violencia y sexo que raya lo surrealista por momentos. Ferrara se muestra rabioso, colérico, grita y escupe al mundo...pero el producto, pese a lo excitante que resulta su propuesta inicial, no queda, quizá por la evidente falta de medios, tan bien desarrollado como podría.
Abel Ferrara, en su único papel protagonista, llega a poner los pelos de punta sin tener que esforzarse mucho (esa mirada de loco que tiene se queda clavada), aunque su personaje es muy difícil de soportar, por lo tanto de querer ver, al igual que los que interpretan Baybi Day, D.A. Metrov, Peter Yellen, Dicky Bittner o Laurie Taylor, una galería de bichos raros de descacharrantes características; el único medianamente decente es el de Carol, que hace Carolyn Marz, él único que puede salvarse, y cuyo incierto futuro podría haberse presentado mejor.
Los irritantes y chiflados personajes, el poco simpático protagonista, los esperpénticos diálogos y un metraje que avanza lo más parsimoniosamente posible, dejan a ¨The Driller Killer¨ en un estancamiento perpetuo y con un puñado de agujeros argumentales sin tapar, el perfecto reflejo de ese cuadro que Reno intenta acabar y al final, cuando lo termina y se lo enseña al propietario de la galería éste le espeta con que lo que ha hecho es pura basura.
De todas formas siempre resulta interesante descubrir los comienzos juveniles y amateurs de un director cuyo cine de autor admiras.
Sí, el debut de Abel Ferrara es interesante...pero no lo suficiente como para volverlo a ver.
Una autentica basura. El guion parece escrito por un chiflado, los dialogos, la mayoria son de autenticos retrasados. Lo unico que la salva, Jimmy Layne haciendo de psicopata (con la cara de loco que tiene) y los asesinatos, que sin ser buenos, comparado con el resto de la peli son una bendicion. A destacar esa melodia tan paranoica que sale cada vez que a Reno se le va la pinza. Un bodrio de los gordos
Hay que reconocer que a pesar de que se nota a leguas que la película es de bajisima calidad y presupuesto, eso no da razon para que sea mala, he visto muchas pelis amaturs bastante buenas, pero esta si que es mala, la historia es bastante basica, las muertes me parecieron pateticas y lo que mas me resulto insufrible fue la banda musical, y para finalizar, el final no lo puedo dijerir, la verdad es que no me gustó, mi puntaje es un 3.
Una película con cierto aire malsano, que me recuerda bastante a otras como Taxi Driver, Combat Shock, El Exterminador o Maniac. Incluso por momentos a la más actual American Psycho.
No sólo me lo recuerda porque el personaje protagonista acaba perdiendo la cabeza, sino también porque se mueve entre los bajos fondos de una cuidad urbana, siempre oscura y tétrica, codeándose y finalmente cargando contra todo lo que creen que es la ¨escoria¨ (será para ellos) que lo puebla: borrachos, yonkis, prostitutas, vagabundos, chulos...es curioso que aún no haya un nombre o subgénero dedicado a este tipo de pelis.
Está claro que el tal Abel Ferrara no es DeNiro, ni siquiera Spinell, pero hace un buen trabajo como protagonista.
Las ejecuciones que se suceden no son muy explícitas visualmente, pero hay alguna bastante salvaje, como la primera por ejemplo.
Se le nota el bajo presupuesto, pero eso no es necesariamente malo. Lo que es malo es rellenar metraje con conciertillos punk cutres que no vienen al caso, interrumpiendo el ritmo de la película constantemente.
Por esas petardas escenas constantes y porque el personaje protagonista no está lo suficientemente explotado como para que el espectador pueda llegar a comprender el porqué de su locura (lo que le hace perder credibilidad) le bajo muchos puntos. Una pena.
Después de verla,la impresión que me ha dado la película es la de un producto vulgar donde los haya.
Es cierto que es de serie b y que posiblemente era de bajo presupuesto,pero la historia tal y como fue planteada,aburría y mucho.
Lo más interesante no empieza hasta bien entrada la película donde lo más que vemos es al protagonista en su particular día a día en un entorno de cierta marginalidad.
Las muertes eran pocas y tampoco es que el gore abundara.Sin el añadido de las muertes,estamos ante un drama suburbano que nos acerca al Nueva York de finales de los 70.
Esperemos que el remake en 2018 mejore el producto inicial...
Una idea bizarra en el que ese ambiente setentero es ayudado por su casposidad y suciedad por su ínfima calidad de medios se le une un argumento interesante y que mejor aún, va a juego con el ambiente que se respira en la cinta.
Una lástima, ya que todo ello se pierde entre un guión que aunque a priori tendría que ser lo menos importante en esta película, es lo que combierte esto en una basura de las malas, puesto que el ritmo desde un principio es muy malo y no parece que tenga muchas ganas de atraer al espectador.
Esta pesadez en su narrativa se va notando en todo el film aunque una vez que el asesino entra en juego, puesto que abundan las escenas raras de relleno, las apariciones en pantalla del grupo punk no aportan nada más que rellenar el metraje y a eso hay que sumarle un anticlimático final para rematar una película que aunque de primeras ya sabía que no iba a ser una obra maestra de los slashers por razones obvias, parecía interesante y de hecho habría estado bastante bien sin la cantidad de carencias que sufre el film en cuestión.
Abel Ferrara está en un rol como protagonista bastante pegadizo, su actuación no es que sea una maravilla pero eso da igual, incluso viene a ser aun mejor con ese aire retro casposo de la peli. Como asesino está muy bien, es la enfermedad mental que sufre el personaje la que va a juego con el aire que he nombrado antes y esa forma de matar tan original, vamos, una delicia.
Por eso he dicho, que es una pena lo de sus terribles carencias porque en cuestión de gore y personalidad del asesino está bastante bien, lo cual no quita que haya otra carencia que me importa menos porque lo noto en las películas de Serie B de la época, y es el salto temporal de una escena a otra, el corte de imágenes de golpe, etc.
Definitivamente mala a pesar de que lo que pido es bastante poco tratándose de la época y su presupuesto combinado con el argumento, pero tampoco es una sorpresa que me haya llevado un mal trago viendo una Serie B antigua y desde luego no es de lo peor que he visto, pero de ahí a que merezca totalmente la pena hay un graaaan trecho.
Un hombre que con el correr del tiempo, los avatares de la vida , se transforma en un asesino cuya arma favorita es un taladro.
Aunque algunos la consideren de culto, la verdad es que le falta para ello. Una narración bastante inmadura que salta de una situación a otra inconexa y que no aportan al avance de la historia. Queda un tanto desestructurada, amateur, y muy verde.
El actor que hace de asesino, es quien vale de todos los actores, se ve decadente, insano, perfecto para el papel.
Primer pelicula de abel ferrara, una decepcion absoluta y sobrevalorada por quienes la catalogan de culto, si bien tiene sus momentos gore y alguna que otra situacion es correcta, el resto es insufrible, por empezar tenemos demasiados numeros musicales con ese grupo punk que son desastrozos, mira que me gusta el punk pero estos son un desastre. Luego tenemos al psicopata de turno que con su taladro deja huella pero si lo observamos bien no nos la creemos que ese tipo sea un psicopata. Y en cuanto a la trama, falta pulirse mas para considerarla. En fin, demaciado sobrevalorada. .
Film finales de los 70, en el que se nota todavía la falta de madurez del subgénero. Si bien ya un año antes se había concebido uno de los considerados padres; La Noche De Halloween; el término slasher aun no se había acuñado. Por lo tanto, no nos encontramos ante el típico body-count, que empezó con Viernes 13. En este se nos muestra al asesino desde el principio, lo que le resta ya de entrada, tensión y suspense.
Se trata un film de serie B baja, con un guión muy pobre y actores inexpertos. No hay mucho que rascar. Si bien puede salvarse alguna escena gore pero, por lo demás, un producto desechable, con escenas absurdas, diálogos irrisorios y un final bastante pobre.
Barata y muy amateur explotacion con mucho gore que hubiera sido mucho mejor con mas presupuesto.La historia de la persona que se colapsa mentalmente y tiene un arranque de furia asesina es una buena idea solo que aqui esta mal realiza.no vale la pena.
La 1ª película de abel ferrara sigue siendo uno de sus mejores logros, y sin duda, se trata de su film más personal. El argumento es sencillo, pero sanguinariamente eficaz:
un pintor neoyorkino ve como su propio mundo se va hundiendo lentamente, sin poder remediarlo. Poco a poco se va desquiciando,para colmo fracasa en su último cuadro,(con lo cual su perturbación aumenta), se compra un taladro portátil y. . . Rrrrrnn! ya no hace falta que diga mas. A pesar del bajísimo presupuesto y una producción amateur, ferrara se las apaña muy bien, e impone su personalidad a cada momento. Tampoco hay que olvidar ese ambiente que había en new york a finales de los `70, infestado de bandas de rock y punk. Todo esto muy bien reflejado por ferrara, que de paso también muestra toda esa suciedad barriobajera que nadie quiere ver. (como vagabundos,indigentes,borrachos,drogados. . . ) la interpretación de a. Ferrara es muy correcta,y los asesinatos son realmente sangrientos y brutales. Recomendable. Un 8. .
Una cinta buena, me gusto.
La cinta refleja un claro ejemplo de un hombre que sufre un colapso mental y temina transformandose en un asesino.
Por partes es un poco aburrida y lenta pero vale la pena verla aunque sea una vez.
Pestilente tonteria de aquellos años,aburrida y con poco sentido,que se fumarian para hacer esto. . . . . Lo unico decente la muerte que aparece en la portada.
Película para nada convencional del irregular Abel Ferrara. Esta película está llena de fallos, tantos como escasez su escasez de medios y presupuesto. Para empezar, lo mismo que pensé en ¨Teniente Corrupto¨, parece que le gusta meter escenas de relleno. En este caso la banda de punk aparece contínuamente en la película resultan agotadores y aburrido. Además el guión parece en ocasiones inexistente y todo lo que se nos muestra son una sucesión de escenas hasta llegar al climax final. Dejando de lado todo eso tiene escenas muy turbias en las que parece una autobiografía del propio director quien el mismo interpreta el papel protagonita de un pintor en declive y frustrado,obsesionado con su obra y que pierde los estribos por una serie de circunstancias no queriendo convertirse en lo que es la cuidad para el, un sitio infestado de indigentes, de ahi a que se dedique a taladrarlos y aparezcan en tantas escenas esos vagabundos de Nueva York o noticias de asesinatos en los periódicos ajenos a los del protagonista. Me parece en cierto modo injusto que tenga tan mala nota pues yo la vi sabiendo más o menos lo que me iba a encontrar y la falta de presupuesto no es motivo para darla mala nota. Un director de culto para muchos en los que no me incluyo pero que merece mi respeto.
Pues una pelicula sin apenas guión, con actuaciones bastante mediocres, escenas muy oscuras, y se nota el bajo presupuesto, lo unico salvable son alguna que otra escena gore y tampoco hacen de esta pelicula nada del otro mundo, para ver solo por curiosidad nada más.
La ópera prima de Abel Ferrara (antes dirigió diversos cortos poco conocidos) se adscribe dentro del grupo de películas que fueron rodadas en la década de los 70 por directores que en aquella época eran noveles (vease el Wes Craven de “La última casa a la izquierda”, 1972, o el Tobe Hooper de “La matanza de Texas”, 1974), y cuya característica principal era su aspecto semi-documental y feísta, intentando influir directamente en el ánimo del espectador produciendo una sensación de incomodidad e inquietud que le hiciese revolverse en su butaca. Esa manera de intranquilizar al público solo funciona, en mi opinión, en la obra maestra de Hooper, puesto que Craven se pierde en mensajes reaccionarios y situaciones excesivamente truculentas y extremas que se tornan ridículas de puro grotesco y Ferrara abusa de planos y más planos de relleno (el pésimo grupo musical que parece tocar una y otra vez la misma y repetitiva canción –favoreciendo la caída en el abismo de la locura del protagonista, interpretado por el mismo Ferrara- y los vagabundos deambulando por las calles son vistos en incontables ocasiones a lo largo del metraje) y de escenas desagradables sin venir a cuento (el mendigo que vomita en plena calle). Nada que destacar en una mediocre película, que intenta escandalizar sin lograrlo en ningún momento, realizada por un director de trayectoria irregular cuyo mejor film sigue siendo, sin duda, ese remake de “La invasión de los ladrones de cuerpos”, Don Siegel, 1956, que es “Secuestradores de cuerpos”, 1993.
Horrible,pero no en el sentido de horror que os imaginais,si no en el de estupida,incongruente,absurda y de muy bajo postín.
Sin duda de las peores que he visto en mi larga vida,el psicopata en cuestion hace un papel horroroso,como en realidad,las demas intervenciones actorales.Coje vagabundos y demas "calaña" para sus maquiavelicos planes,taladradora en mano.Ademas era un pintor patetico,asi que no se por que se pone asi,que lo hubiera admitido.Pelicula entre lo "hippyesco" y lo "costroso" en todo el esplendor de estas palabras.
Críticas: 26
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LluísS.
6
Una película bastante psicodélica , teniendo en cuenta que es eso, una alucinación un sin sentido, una estridente combinación de sonidos alterados por comportamientos extremos.
La solidez pues no es una constante y se nota en cambio su linea hacia esa percepción loca constituye un elemento bastante notable dentro de ese guión.
Las interpretaciones no son precisamente brillantes pero creo que su director escogió a propósito no solo aspecto técnico sino otros para resaltar esa perturbadora historia. Una película que va de menos a más y que constituye un buen debut de su director.
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