Otra de ciencia ficción de los 50, década que tan buenos momentos nos dejó en lo que a serie b se refiere. En este caso nos olvidamos de los recurridos extraterrestres, para optar por otro clásico de la época: los monstruos gigantes. En este caso, una mantis religiosa que mantendrá a los estadounidenses en vilo durante varios días.
Hay que decir que la trama es simple, pero eficaz: un insecto gigante que quedó encerrado en el hielo miles de años atrás, vuelve a la vida para traer el caos a los ¨iuesei¨, y los esfuerzos del ejército y miles de colaboradores civiles para dar con tan gigantesco pero desapercibido bicho.
Lo mejor de la película, sin duda, es el propio monstruo, que está realmente currado y da bastante el pego, tanto por movimiento como por bien hecho.
Y ahora lo malo: que la mayor parte de la duración de la cinta transcurre buscando al bicho, de la manera más monótona posible, y al mismo tiempo, claramente, dedicándose a dar una publicidad bestial a las fuerzas armadas norteamericanas, y es que no paran de mostrarnos militares haciendo maniobras, que si aviones, que si técnicos de radar ejerciendo sus funciones... y así hasta la saciedad, tanto, que lo que podría haber sido una amena película de ci-fi de serie b de monstruo gigante, acaba siendo algo bastante peñazo.
Está bien hecha, seriamente hecha, pero aburre un poquitín.

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El rey de las monster movies de los 50, Nathan Juran, nos ofrece otra malvada criatura gigante para nuestro solaz esparcimiento, con un protagonista de excepción, uno de los tipos más duros de la historia de la tele: ¡Craig “Peter Gunn” Stevens! ¿Qué podrá hacer el pobre monstruo ante tal vendaval de hombría? Deadly Mantis… Más bien Meekly Mantis, diría yo. Acompañado a Stevens tenemos al veterano especialista en el género William Hopper y la actriz de comedias Alix Talton, entre otros intérpretes más bien poco conocidos por aquí.

Tras un inicio lleno de imágenes de archivo, nieve, destrucción, ámbar y piezas de cartón-piedra, nos lanzamos a una entretenida aventura con el sello de la Universal. La mantis es una marioneta que resulta mucho menos amenazadora que el horrendo insecto real (que igualmente es inofensivo para los humanos), pero como monstruo de serie B funciona, y no hay duda de que eso es lo que interesa.

Entre lo malo están los elementos de comedia. No tienen ni pizca de gracia y entorpecen la acción. Como fan de las comedias de corte fantástico ha sido un fastidio ver a actores tan malos pretendiendo hacer reír.

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