Descubierta de pura casualidad hace años mientras ojeaba un catálogo de films orientales del género de terror, el argumento del que nos ocupa me atrajo bastante...
aunque no lo suficiente como para recordar su nombre, lo que hizo imposible hallarlo en los vastos dominios de Internet.

Me decidí probar con el título de ¨Audition¨ (ya que la trama giraba en torno a dos jóvenes actrices con ávido afán de conseguir un papel para una película), pero en lugar de hallar la que buscaba di con la obra de Takashi Miike, aún desconocido para mí. Por supuesto ésta consiguió impactarme sobremanera, iniciándose así una relación de amor cinéfilo con la filmografía del nipón que dura y durará por siempre (pese a su gran irregularidad). No obstante, ¨2LDK¨ seguía siendo una espina clavada...una espina que por fin pude sacarme al volver a encontrarla de forma repentina.
Descubrimiento tan anecdótico como el que llevó a la creación de este trabajo, orquestada (se supone que tras una noche de copas) por Shinya Kawai, uno de los productores de ¨The Ring¨, quien propuso a los cineastas Yukihiko Tsutsumi (¨20th Century Boys¨) y Ryuhei Kitamura (¨Azumi¨) rodar una historia minimalista: dos personajes principales en un único escenario; a este proyecto se le bautizó Duel Project y abarcaría el plazo de una semana. Efectivamente, la acción de ¨2LDK¨ se desarrolla en un lujoso apartamento de Tokyo ocupado por Nozomi y Lana, ambas jóvenes promesas en busca de una gran oportunidad que les permita despegar en el mundo del cine...

Pero una oportunidad en la cual coinciden, pues han sido consideradas para el mismo papel, hecho que ya establece la competición. Sin la oportunidad de abandonar el escenario, Tsutsumi recurre a los pensamientos y a algunos efectos personales como único recurso para profundizar y conocer a estas chicas, absolutamente distintas en todas sus facetas y maneras, lo que da lugar a un clima gobernado por la hostilidad, la desconfianza y la envidia, aunque su actitud hipócrita y las normas de comportamiento de su cultura (para los japoneses no es fácil revelar los sentimientos, sobre todo si son negativos) les permiten de algún modo tolerarse.
Así, las verdaderas opiniones que la una se guarda sobre la otra no salen a la luz, pero como las dos caras de una misma moneda la relación de odio entre ambas parece complementarse, pues las desavenencias de una serán correspondidas por su contraria. El director, que repara con gran precisión en cada sonido y movimiento, consigue aumentar la sensación de angustia y crispación a pesar de las considerables dimensiones del espacio, estrechando el cerco alrededor del espectador y los personajes, en cuya psique se abre una brecha, entre realidad y surrealidad.

Esta atmósfera de moral sucia y cínica donde el Bien no halla el menor rincón en el que germinar se llena con un calor agobiante que va en aumento cuando los soterrados rencores salen a la luz y se producen las confrontaciones, lo que derivará en el primer estallido de locura a partir de la mitad del metraje, seguido de un breve y engañoso paréntesis de calma que, lejos de relajar la palpable tensión del ambiente, prepara el terreno para una espiral de violencia desmedida que sustituirá el mero desprecio verbal por una serie de repugnantes actos con los que cada una de las implicadas favorecerá su propia paranoia, degeneración y pérdida de humanidad.
Si la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos también lo es la narrativa de esta historia, cuyo inicio, tal y como está expuesto, sólo puede conducir hacia un inevitable desastre; este recorrido, atravesado de vez en cuando por fantasmagorías que refuerzan la desestabilización generalizada, no entraña ninguna sorpresa, pero si algo resulta fascinante en la acción de ¨2LDK¨ no son sus puntos de partida y final ni su estructura lineal, sino el asistir a su desarrollo, a ese mismo desastre, que en el último tramo alcanzará unos increíbles niveles de desproporción.

Al tiempo que tiene lugar este potaje de traiciones y rencores que no deja lugar a la inocencia, con el humor negro en el epicentro del horror y la inmundicia (un humor ante el cual el espectador, agobiado por lo que ve y escucha, se resiste hasta que, dudando de si está ahí, se rinde a él), Tsutsumi promulga un nada desdeñable discurso sobre la ambición por la fama y el éxito como catalizador del odio, tratada dentro de la competitiva industria del cine, a la cual critica con ácida ironía sin dejar de rendirle un merecido tributo (apreciables esos guiños a ¨La Matanza de Texas¨, ¨El Resplandor¨, ¨Perros de Paja¨, ¨Sasori¨ o ¨Kill Bill¨).
Esa puesta en escena, quizás deudora de ¨El Ángel Exterminador¨, y el frenético ritmo conforma un estilo arriesgado, crudo, desconcertante y violento, que no se aleja mucho del de Takashi Miike, Hiroyuki Tanaka, Sion Sono, Takashi Ishii o el mismo Tarantino, mientras que Eiko Koike y Maho Nonami, tan irritantes como sensacionales desde todos los ángulos, se matan (literalmente) en un duelo interpretativo sin parangón, al límite de su capacidad física y mental. Coronada con un hilarante y casi ¨shakespeariano¨ final que subraya aún más el retorcido humor del director, ¨2LDK¨ se inscribe en esa estirpe de inclasificables obras que, a través de la más abrasiva comedia negra, hacen hincapié en los sinsentidos de la brutalidad humana.

Tales como ¨Very Bad Things¨, ¨Curdled¨, ¨Sangre Fácil¨, ¨Visitante ¨Q¨ ¨ o ¨La Guerra de los Rose¨, de la que ésta parece haberse influenciado bastante (de hecho toma muchos elementos y motivos de su argumento).
Cabe señalar que de los dos competidores del Duel Project ganaría Tsutsumi (finalizando el rodaje en ocho días mientras Kitamura emplearía nueve en su ¨Aragami¨).

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La verdad es que original si que és. Es muy corta y toda la peli transcurre en un pequeño apartamento, no habiendo exteriores ni más actores que estas dos jovenes. Lo que quizas más me haya gustado es que se guarda muy bien los tiempos en lo referente a como nos cuentan la historia. Yendo de manera muy escalonada y gradual, lo que en un principio no es mas que una presentación entre dos chicas que se disputan un papel en una peli. Empiezan con los pensamientos (algo que nos pasa a casi todos en muchísimos momentos y situaciones a lo largo de un dia). Luego ya vienen las indirectas para posteriormente pasar a un pequeño cabreo de una de las chicas por una insignificancia (que en realidad no es mas que una simple excusa para soltar solo el 1 por ciento de la bilis acumulada que tiene en mente respecto a su compañera) y asi progresivamente hasta su final. Es de esas pelis que solo a los orientales se les ocurre hacer. De todas formas, en lo que a mí concierne, me ha gustado lo justo. Aún asi creo que es muy buena

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