Mediante el juego de la Ouija el regordete chef asesino de la primera parte es resucitado y ahora vuelve para dar cuenta de un jugoso grupo de chicas universitarias que se dedican a lavar autos mientras lucen diminutos bikinis.
Debbie Rochon adquiere más protagonismo en esta secuela, que se anima a mostrar las mismas escenas de topless y sexys chicas en bikini como el mejor gancho para atraer espectadores. Además solo dura 70 contados minutos, por lo que se pasa de un tirón.
La misma dosis que en la película anterior con una producción un poquito mejorada, aunque sigue siendo puro cine Z sin ningún mérito.
Miguel Arkangel
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Mediante el juego de la Ouija el regordete chef asesino de la primera parte es resucitado y ahora vuelve para dar cuenta de un jugoso grupo de chicas universitarias que se dedican a lavar autos mientras lucen diminutos bikinis.
Debbie Rochon adquiere más protagonismo en esta secuela, que se anima a mostrar las mismas escenas de topless y sexys chicas en bikini como el mejor gancho para atraer espectadores. Además solo dura 70 contados minutos, por lo que se pasa de un tirón.
La misma dosis que en la película anterior con una producción un poquito mejorada, aunque sigue siendo puro cine Z sin ningún mérito.
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