Vámonos a Marte! ...y ojala Dios no se enoje…
El director Byron Haskin, conocido por algunas joyitas clásicas como la inolvidable “La Guerra de los Mundos”, une nuevamente aquí su talento con George Pal, infatigable productor de ci-fi, que se caracterizaba por dotar de buenos efectos especiales a sus obras.
Conques of Space destaca precisamente por su buena recreación y FXs, -teniendo en cuenta la época y el presupuesto claro-, del espacio, de la nave y sobre toda de la estación espacial giratoria, una idea que retomaría el mismísimo Stanley Kubrick para su obra maestra “2001 Odisea en el Espacio”.
Los puntos bajos del film son algunos de los personajes, en algunas escenas están muy ñoños, y el guión, al que le faltó más imaginación y tensión, aunque debo destacar al personaje del General Merritt, el oficial que dirige la misión espacial a Marte, un tipo bastante curioso que comienza a desvariar sobre Dios y su relación con el hombre, si acaso al explorar el espacio no estamos violando leyes divinas y tal, para luego intentar matar a toda la tripulación, que incluye a su hijo al que suele tratar muy mal, saboteando la nave. Vaya tipo!
Un film clásico e infaltable en toda colección, con un extraño mensaje filosófico-cristiano, un estupendo trabajo de la producción, por momentos muy simpático y francamente entretenido.
A veces creo que la expresión “Dios los cría y ellos se juntan” puede tener connotaciones positivas, y más en el caso del dúo George Pal-Byron Haskin. Haskin fue un director normalito, ni mejor ni peor que muchos otros, pero cuando se juntaba con el alquimista húngaro George Pal hacían que la gente babease ante la pantalla con las exhibiciones de FX, los trucos del veterano John P. Fulton, aquellas maquetas maravillosas, las entrañables pinturas matte, ese vestuario sofisticado con muchos visos realistas, esos imaginativos fondos espaciales… Pal fue todo un Spielberg en sus buenos tiempos (y Spielberg le ha rendido tributo, todos lo sabemos).
Esta película pertenece al interesante “ciclo especial” de Pal y Haskin, junto “Con destino a la Luna”, “Cuando los mundos chocan” y “La guerra de los mundos”, y hay quien la considera como un avance de lo que vendrá 13 años después: “2001”. Pal nos mostró una expedición a la luna, un apocalipsis y una guerra contra los marcianos… Y aquí somos los terrícolas los que nos vamos a Marte. No es ni mucho la primera vez que se narraba una expedición a Marte, pero esta vez se hace con muchos visos realistas (en la época, claro) y con, repito, FX de lujo.
Aquí se tratan temas como el establecimiento de una estación espacial internacional, la comida deshidratada, la famosa “demencia espacial”, la claustrofobia que causa vivir en un espacio tan cerrado como una estación orbital o la ambición que supone la carrera especial, entre otros. Es destacable la austeridad de los sets de la estación especial, que se acercan muy ligeramente a lo que se nos muestra en las noticias y los documentales. Obviamente, los errores factuales se dan por doquier, pero Pal tuvo el mérito de hacer que en esa época mucha viera todo aquello como algo posible.
El reparto no es estelar pero sí prestigioso, liderado por Walter Brooke, uno de los típicos actores que no conoces de nombre pero que te hacen decir: “mira, si es el tío de…”; el malogrado actor y aventurero Eric Fleming, que hizo mucha ci-fi y protagonizó la serie “Látigo” junto a Clint Eastwood y el importante actor de carácter Mickey Shaughnessy. En un papel más secundario, destaca la presencia de Ross Martin, que alcanzaría el estrellato televisivo como Artemius Gordon en “Jim West” (o “Wild Wild West”).
Buena y excelsamente realizada película de aventuras que tiene como gran defecto esa mezcla entre ciencia y religión, marca de la casa de George Pal ya presente en “La guerra de los mundos” (cuyas frases finales hubieran abochornado al ateo H.G. Wells) y un par de interpretaciones un tanto exageradas y totalmente inseridas dentro de clichés de la época, con elementos cómicos demasiado previsibles.
Una de tantas películas de ciencia-ficción de los años `50, aquí tratando el ya sobado tema (incluso para su época) de viajes interplanetarios con destino a Marte.
El resultado es una space-opera no del todo acertada, pero sí bastante entretenida y espectacular; planteada muy al gusto de esa mítica década, con cohetes espaciales, meteoritos, planetas por explorar, y aventuras cósmicas de toda clase. El director Byron Haskin no estuvo a la altura de la magistral ¨La guerra de los mundos¨ (1953), puesto que la acción tarda lo suyo en arrancar, algunos momentos de comedia fácil sobran totalmente, y las actuaciones por lo general son un tanto irregulares.
A destacar los aceptables FX, y sobretodo la excelente fotografía en color. El ritmo tiene algunos baches, pero curiosamente cuanto más va avanzando el metraje, más va mejorando la historia. Es decir, que todo va de menos a más. A pesar de sus defectos es recomendable (aunque no imprescindible) para los fans de ciencia-ficción de los añorados años `50. DISTRAÍDA. Punt: 6`5
Bueno, una historia demasiado vista hoy día, pero no en estos tiempos. Unos efectos especiales curradísimos para su época, una argumento que no está mal, partes bastante cómicas y algo de filosofía para este clásico de ciencia ficción.
Críticas: 5
Bebefat
8
Culpable de que no existiera la secuela de ¨When Worlds Collide¨ por falta de presupuesto, ¨Conquest of space¨ es un film que no es perfecto, sobre todo comparándola con otro que vendría una década después, ¨2001, una odisea del espacio¨ (aunque también tiene sus fallos), pero que no defrauda. Como dice su precepto, ¨una visión de lo que ¨ocurrirá, en tu vida¨, es algo maravilloso para las personas de aquellos años, el hecho de que pudieran ver una representación de como podría ser la conquista del espacio. Aunque viendo como se desarrolla el siglo XXI, me temo que ese precepto durará en cumplirse. La ISS, es muy pequeña y no puede ir mucha tripulación. En cuanto a lo de ir a Marte, es actualmente tema de polémica.
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