Aceptable duodécima entrega de la saga de Godzilla, dirigida por Jun Fukuda.

Gengo, un dibujante de comics contratado como diseñador creativo para un parque temático descubrirá detrás de ello una conspiración extraterrestre que planea utilizar a monstruos para conquistar la Tierra.

Luego de la irregular, pero curiosa e innovadora “ゴジラ対ヘドラ” (“Godzilla vs. Hedorah”, 1971) de Yoshimitsu Banno, el legendario productor Tomoyuki Tanaka descartó la propuesta de su director de filmar una secuela y optó por el regreso del insigne guionista Shinichi Sekizawa, autor de las tramas de varios de clásicos antiguos de la franquicia como “キングコング対ゴジラ” (“King Kong vs. Godzilla”, 1962) y “三大怪獣 地球最大の決戦” (Godzilla vs. King Ghidorah”, 1964), para realizar un tratamiento alternativo a una historia de Takeshi Kimura titulada preliminarmente como “Godzilla vs. The Space Monsters - Earth Defense Directive”. En dicho borrador, Kimura proponía a un ser extraterrestre con aspecto de gran cerebro, que tenía la intención de conquistar la Tierra creando una estatua gigante de un dios inca ficticio (que fue cambiado a Godzilla) con la ayuda de los monstruos espaciales King Ghidorah, Gigan y Megalon. El clímax de la historia suponía el enfrentamiento de estos contra Godzilla y Anguirus, quienes defendían a la Tierra de su amenaza.

Si bien se trataba de una propuesta a todas luces tan extravagante y surrealista como “ゴジラ対ヘドラ” (“Godzilla vs. Hedorah”, 1971), lo realmente interesante y reivindicable de que lo terminaría siendo “地球攻撃命令　ゴジラ対ガイガン” (“Godzilla vs. Gigan”, 1972) es el hecho de que constituyera, en cierta forma, la consolidación de un punto de inflexión iniciado por el propio Banno en la franquicia, luego de las decepcionantes últimas incursiones de Jun Fukuda en “ゴジラ・エビラ・モスラ　南海の大決闘” (“Los Monstruos del Mar”, 1966) y “怪獣島の決戦　ゴジラの息子” (“El Hijo de Godzilla”, 1967) y el propio Ishiro Honda en “怪獣総進撃” (“Invasión Extraterrestre”, 1968) y “ゴジラ・ミニラ・ガバラ　オール怪獣大進撃” (“La Isla de los Monstruos”, 1969). Es a partir del film de Yoshimitsu Banno de 1971, al cual irónicamente aportaría el mismísimo Fukuda en este film, que se advierte un intento por romper con la lamentable impronta infantiloide de los últimos films de la franquicia que habían terminado en la pérdida progresiva del tono serio original de su propuesta cinematográfica.

De esta forma, despojado de su principal lastre, su poco afortunado y persistente enfoque infantil que nace de su competencia con la exitosa franquicia de ガメラ o Gamera iniciada “大怪獣ガメラ” (“Gamera: El mundo bajo el terror”, 1965), y a muy a pesar de sus varios vicios, “地球攻撃命令　ゴジラ対ガイガン” (“Godzilla vs. Gigan”, 1972), se alza como un film que intenta retomar el tono serio narrativo original, reincidir en la incorporación de elementos de ciencia ficción y ser, en parte, una propuesta de transición al enfoque mecha que la franquicia explorará en las dos últimas películas de la era Showa. En ese sentido, Sekizawa logra construir una historia que logra un correcto equilibrio de estos elementos en que una civilización alienígena infiltrada pretende utilizar a monstruos espaciales para invadir y conquistar la Tierra, variación del argumento que ya vimos en el clásico “怪獣大戦争” (“Los Monstruos invaden la Tierra” (1965) de Ishiro Honda.

Ahora bien, en esta nueva aventura del rey de kaijus, por supuesto, es posible identificar varias debilidades en cuanto al guión y el ritmo del film que, en el caso de la primera parte, asoman y auguran un nuevo desastre. El trajín del ir y venir de Gengo en Monsterland, el parque temático en el cual trabaja y donde se oculta el centro de operaciones de los invasores extraterrestres, sus incómodos e irrisorios encuentros con su extravagante superior y los malos entendidos y desencuentros con Machiko y su regordete amigo Takasugi, ponen duramente a prueba la paciencia del espectador. Ello hasta que se descubre la conspiración y Fukuda da paso a lo que más les interesa a los fanáticos de Godzilla, especialmente a los occidentales, la aparición, reaparición e inclusión de (nuevos) monstruos y una serie de enfrentamientos entre las criaturas que tendrán como principal aliciente e interés violentas escenas en las que, aparte de darse con todo, los monstruos llegan incluso a sangrar profusamente o ser mutilados. Por ejemplo, Gigan cort es cegado en una escena y otra escena eliminada en que Gigan corta con sus cierras el hocico de Anguirus.

Y hablando de monstruos, en “地球攻撃命令　ゴジラ対ガイガン” (“Godzilla vs. Gigan”, 1972) se rompe con la mezquina impronta de los últimos films del dinosaurio radiactivo de ofrecer pocos personajes kaijus. De esta forma, además de ser la duodécima de Godzilla, esta entrega incluye la cuarta aparición de Anguirus y King Ghidorah, y la primera de las cuatro que ha tenido Gigan hasta la fecha. convirtiéndose en uno de los más originales monstruos de toda la franquicia, Gigan es un monstruo alienígena cibernético de 65 metros de alto y 25 mil toneladas de peso que tiene, entre varias e interesantes características, unos grandes ganchos/cuchillas por manos que le sirven para apuñalar a sus rivales, una gran sierra abdominal que le permiten cortar y mutilar y un vuelo antigravedad para realizar viajes interestelares. También, tiene un rayo láser que sale de sus ojos que se puede ver en el poster del film, pero que no aparece en la película.

Retomando el tono violento de las batallas, Gigan es claramente un oponente duro e implacable para Godzilla, aunque aparentemente no esté a la altura del gran King Ghidorah. Sin embargo, es el único que fue capaz de hacerlo sangrar en varias ocasiones, como ya señalé, en este film y en “ゴジラ対メガ” (“Godzilla vs. Megalón”, 1973), lo que no deja de ser interesante y original, dado que el legendario efectista especial Eiji Tsuburaya (fallecido en 1969) evitó siempre mostrar sangre en pantalla por el enfoque familiar y luego infantil que la franquicia tomó. En ese sentido, al margen de que debió ocupar varias imágenes de archivo por el escuálido presupuesto, la nueva perspectiva que el nuevo encargado del departamento de efectos Teruyoshi Nakano impone es indudablemente rompedora y descarta de cuajo cualquier enfoque infantil. Lo anterior no quita que Fukuda se las haya arreglado para sumar la infaltable secuencia surrealista y ridícula de las últimas películas de Godzilla en la que introduce un diálogo con burbujas de cómics y que en la versión estadounidense fue reemplazada con un bizarro diálogo entre Godzilla y Anguirus.

Como es de esperarse a esta altura, actuaciones poco interesantes, aunque en ningún caso deplorables y molestas. En el reparto encontramos a Hiroshi Ishikawa (“Ahí viene el Murciélago Dorado”, 1972) como Gengo Kodaka, diseñador que trabaja en Monsterland y descubre la conspiración junto a Tomoko Umeda (“Sexo Azul”, 1975) como Machiko Shima y Minoru Takashima (“La Ciudad del Amor”, 1958) como Takasugi, a quienes ayuda a rescatar al hermano de Machiko, Takeshi, interpretado por Kunio Murai (Saga “Tokyo Ghoul”, 2017-2019).

Respecto a su banda sonora, la mayor parte consiste en cortes reciclados de partituras de compuso Akira Ifukube para películas anteriores de Godzilla y otras de la Toho como “フランケンシュタイン対地底怪獣” (“Frankenstein conquista el Mundo”, 1965) o “キングコングの逆襲” o “El escape de King Kong”, 1967). Fukuda también incluyó música que Ifukube compuso para el Pabellón Mitsubishi en la Expo 70, además de una nueva canción llamada ¨Godzilla March¨ cantada por Susumu Ishikawa y compuesta por el actor Kunio Murai. Miyauchi Ishikawa también interpretó dos canciones nuevas más, ¨Go! Go! Godzilla¨ y ¨Defeat Gigan¨.

La película fue estrenada el 12 de marzo de 1972 y se convirtió en un éxito financiero al recaudar más de US$20 millones a partir de los mezquinos US$1,2 millones de su presupuesto. Le seguiría la polémica “ゴジラ対メガロ” (“Godzilla vs. Megalón”, 1973) que sirve, en cierta forma, de secuela.

En resumen, a pesar de sus típicos vicios narrativos y problemas de presupuesto, esta entrega tiene el mérito de atreverse a dejar atrás su impronta infantil, recuperar elementos narrativos de ciencia ficción e incorporar más violencia. La evalúo con un 6.5.

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Lo cierto es que esta entrega me ha gustado bastante, vuelve a dejar el nombre de Godzilla bastante alto ya que en anteriores entregas la saga estaba un poco decaida.

La historia es muy normalita como siempre, de nuevo los alienigenas quieren hacerse con el control de la tierra y para ello hacen que aparezca de nuevo King Ghidorah y su nuevo aliado gigan, un monstruo muy poderoso, a estos les haran frente Godzilla y Anguirus, mostrandonos hasta el momento la batalla más encarnizada de toda la saga.

Las escenas de combate y de destruccion están muy curradas, la lucha es muy larga y haran que nuestro monstruo favorito lo pase realmente mal.
Las actuaciones son pasables, la BSO esta bastante bien y el guion es una autentica locura, cosa a lo que ya estamos acostumbrados.

Ahora bien, hay cosas que son estupidas, se que se hacen con el afan de renovarse y no mostrar siempre lo mismo, pero es algunos momentos son realmente ridiculos, como cuando Godzilla tiene una conversacion con Anguirus o ese intento de buscar cada vez un protagonista más estupido.
Por lo demás me ha parecido bastante divertida, con escenas memorables y lo más importante de todo, que entretiene de principio a fin.

Coco 1.

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Esta pelicula de Godzilla contrasta con del año 71 (La Burbuja Tóxica), ya que la historia es un poco más tontona (el final lo dice todo) , en cambio las maquetas, efectos y monstruos en lucha están más logrados. Se deja ver, con sólo los momentos de destrucción (más que los de lucha) para destacar.

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Esta peliculas japonesas estan entretenidas aunque estan mal hechas los actores se disfrazan de dinosaurios como godzilla que sale en todas el monstruo favorito de los nipones

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