Remake de aquel grandioso filme mudo llamado el gato y el canario, esta vez admito que era necesario un remake de una historia muda que mucha gente se perderia de ver por el simple hecho de no acostumbrarse al cine mudo.
el filme esta bien cuidado esteticamente, respetan el tiempo especifico donde se suceden los hechos en la original (los años 30s) y la trama clasica del caseron y los invitados es algo que siempre engancha.
logra muy bien captar la escencia de la original pero con personajes quizas no todos explotados, suprimiendo ideas de la original aunque en este caso quizas no esta mal pues le buscaron una idea distinta al ¨ villano¨ del filme asi que es entendible estos cambios.
tiene su cuota de comedia, esto ya se veia en la original de un modo tragicomico, aqui solo son pequeños comentarios y actitudes en ciertos momentos que no llegan al nivel de la recordada ¨ the clue¨ pero esta bien.
en definitiva, aceptable filme para una tarde, dejar las pretenciones de lado.
Un grupo de personas se reúnen en una solitaria mansión victoriana durante una noche de tormenta para asistir a la lectura del testamento de un pariente fallecido. Pero para los aspirantes a la herencia hay una condición: deben permanecer toda la noche en la mansión y, si pueden, seguir manteniendo sanas sus facultades mentales. Por si fuera poco, un doctor del manicomio cercano se presenta para advertirles que deben tener cuidado ya que acaba de escapar de la institución un maniaco muy peligroso que se cree un gato y mata a sus víctimas desgarrándolas la garganta con sus uñas.
Esta es la atractiva premisa de esta pequeña y apreciable joya que hará las delicias de todo buen aficionado al misterio y al terror de la vieja escuela.
Aunque se trata de un remake y la historia es muy arquetípica, el director logra imprimirle cierta personalidad, gracias sobre todo a la notable puesta en escena -que se beneficia de un magnífico escenario- y a los pequeños toques de humor que demuestran ingenio y buen gusto. Pero es que además cuenta con un plantel de actores impresionante. Todos, a excepción de la norteamericana Carol Lynley (¨Imposible recordar¨), excelentes profesionales británicos que a pesar de no haber sido grandes estrellas, han brillado como secundarios de lujo o actores de carácter: Edward Fox (¨Chacal¨), Wendy Hiller (¨Asesinato en el Orient Express¨), Daniel Massey (¨La Bóveda de los horrores¨), Peter McEnery (¨Las orgías de la locura¨), Honor Blackman (¨Fright¨), Olivia Hussey (¨Black Christmas¨)... Todos ellos cumplen con solvencia y están a la altura que de ellos se puede esperar. Más sorprendente es el caso del director, Radley Metzger, un realizador dedicado exclusivamente al cine porno y en el que pocos confiaban. Aquí demuestra muy buenas maneras y por eso resulta extraño que nunca más volviera a incursionar fuera de los circuitos del cine para adultos. La conseguida atmósfera de misterio, el buen pulso narrativo o ese suspense bien dosificado, son claros ejemplos de la pericia mostrada por Metzger en su debut en el género.
El resultado final es una película que cumple lo que promete: entretener, inquietar y hacer disfrutar; todo a un nivel más que satisfactorio.
Discreta película que gira entorno a un excéntrico multimillonario que a su muerte reune en su mansión a sus descendientes para la lectura de su testamento.Historia que tiene un comienzo bastante esperanzador para luego ir decayendo donde apenas hubieron muertes y la tensión casi brilló por su ausencia.
Olvidable...
Críticas: 4
Miguel Arkangel
6
Entretenida película en la línea de las obras de Agatha Christie, con un grupo de familiares reunidos en una antigua casona para abrir un testamento, noche azotada por lluvia, truenos y relámpagos, pasadizos secretos, personajes con actitudes sospechosas, crímenes y el suspenso de saber quién es el asesino.
¨El gato y el canario¨ nació originalmente en 1922, como una obra teatral escita por John Willard, y a lo largo de los años ha sido llevada al cine en por lo menos cuatro versiones distintas. La obra de Willard ha ejercido una innegable influencia en escritores de novelas de suspenso y en el thriller cinematográfico.
Esta versión fílmica de 1978 está dirigida por Redley Metzger, un director que se destacó en el subgénero del sexplotation (incluso rodó filmes pornos, con el seudónimo de Henry Paris, en la edad de oro del género). Metzger logra cierta atmosfera, crea una interesante ambientación y hasta logra inquietar. Otro aporte de Metzger son ciertos momentos de comedia, que no están nada mal.
Quizá por el hecho de que el guión está basado en la obra teatral, hay excesos de diálogos, largos momentos en que no pasa nada y francamente te puede llegar a aburrir. Pero es un film digno, de obligatorio visionado para fans de la obra de Williard o del suspense a lo Agatha Christie.
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