Es, sin lugar a dudas, una de las mejores películas de “casas encantadas“ que he visto nunca. Y no es la típica con poltergeist contínuos, o fantasmas, o cosas asi, no, nada de eso, y eso es lo que la hace tan curiosa, interesante y especial, y es la manera tan particular en que la casa afecta, tanto física como psicológicamente a la familia protagonista, digamos que robándoles la fuerza vital y afectándolos mentalmente poco a poco.
Sin necesidad de grandes efectos especiales (solo un par de veces “vemos“ realmente algo), una película de puro terror psicológico que te atrapa y consigue mantenerte en tensión en algunos momentos.
La he disfrutado mucho, y la recomiendo encarecidamente a todos los amantes del género.
Hay veces que crees haberlo visto o descubierto todo y la realidad te sorprende con un bofetón.
Cuando terminé de ver esta película, había algo muy claro: Las similitudes con El Resplandor (novela y film) no podían ser casuales. Más tarde, descubrí que este film es anterior a ambas. Increíble. Stephen King y Stanley Kubrik se inspiraron aquí, no cabe duda. Todo el leitmotiv de la historia es idéntico (la casa, con su espíritu maldito a cuestas, va enloqueciendo a sus habitantes e incitándolos a la violencia contra los otros). Pero sobre todo las escenas iniciales (llegada por carretera) y el final (retratos de todos los antecesores que han habitado la casa) no dejan resquicio a la duda.
La conclusión es que El Resplandor de Kubrik sigue siendo casi perfecta, pero no tan genial. Hay una copia de ideas que no se puede obviar.
En cuanto a Pesadilla Diabólica, la única pega que podríamos encontrarle es el estúpido título en castellano (algo habitual en la época). Pero en todo lo demás es prácticamente perfecta. Mucho mejor de hecho que el 99% de las películas de casas encantadas posteriores.
Está rodada con estilo. El terror es psicológico, y los elementos ¨sobrenaturales¨ apenas aparecen. Las visiones del coche fúnebre que sufre el protagonista son atribuibles a su propio estado de locura. Únicamente la ¨reacción final¨ de la casa es algo explícito.
La dirección artística es soberbia y los actores rayan a un nivel excelente, especialmente Oliver Reed y Bette Davis, que, pese a tener un papel secundario, brilla como genio de la interpretación que era.
Sorprenden los toques gore del final, así como su desenlace. No era tan frecuente que una película de terror terminase mal en esos años.
Además de muchos otros detalles, me encantó especialmente uno: Oliver Reed es británico. La forma de hacérnoslo ver es mostrándonos, en sus visiones, que el coche fúnebre que se le aparece constantemente tiene el volante a la derecha. Detalle sin duda genial.
Se trata de todo un clásico, digno de ser recordado y, sobre todo, que se le reconozca la paternidad de la inmortal historia de ¨El Resplandor¨.
Uno de esos clásicos de los años 70 sobre mansiones encantadas. Una pelicula donde su principal virtud recae en la historia: Realista, intrigante, oscura... Y donde su principal demérito son sus actuaciones, en ocasiones exageradas rozando el sobreactuado. Terror psicológico prácticamente sin escenas inquietantes mas allá que las propias que el guion les exige, una a modo de flashback y la del final. Un 6.
Burnt Offering (me niego a usar el título que le pusieron en España) es un buen filme dentro del género casas encantadas, diría más, es superior a otros que tienen más fama y creo que debería ser más reivindicado por los que amamos el terror en general y el subgénero en particular.
Aquellos que esperan un ritmo vertiginoso y giros impactantes deberían abstenerse: la trama de la ¨casa malvada¨ es bastante arquetípica y el único giro real, se produce al final y no es muy difícil de predecir. Sin embargo, estos elementos apenas importan en Burnt Offerings: el coguionista/director, Dan Curtis sabe que el verdadero terror de esta historia radica en ver con impotencia cómo una familia unida e inocente se derrumba mientras es presa de un mal invisible. Por eso se centra sabiamente en el drama familiar y permite que la tensión se acumule de una manera lenta y metódica.
La fotografía es adecuadamente temperamental, el desenlace final para el año 1976 es bastante sombrío, al menos para alguien que no ha leído la novela en la que se basa.
Las actuaciones son de un gran nivel, tenemos a la genial Bette Davis haciendo de tía del esposo, en un papel que se ve que lo disfruta, tenemos a Oliver Reed, el marido que también hace un gran papel y tenemos a una fantástica Karen Black que ya había trabajado con el director en Trilogía del Terror, un año antes. Y en papeles más pequeños pero también bien llevados, tenemos al hijo de 12 años y a los viejetes que hacen de hermanos y alquilan la casa por un módico precio.
La ¨querida madre¨. Sin haber leido la sinopsis ya sabia que el final iba relacionado con esto (no habia que ser muy listo para sospecharlo). La peli en lineas generales es bastante buena, sobre todo para el año en que se hizo. El problema que yo le veo. Bueno en realidad son dos. El primero: Tiene un ritmo lentisimo y eso unido a su excesiva duracion (practicamente dos horas) la hacen bastante tediosa por momentos. Da la impresion que contando exactamente la misma historia la peli pudiera haber durado perfectamente no mas de hora y media como mucho. Segundo: Esta es de esas pelis antiguas que indudablemente no han envejecido bien. Las actuaciones son en general buenas. Destacando a Oliver Reed que es el que mejor actua, y a su tia Elizabeth (Bette Davis) que tambien esta genial. Karen Black por momentos sobreactua y la actuacion de David, el hijo pequeño, es simplemente aceptable. Buena peli, cuenta con una estupenda fotografia. Para mi gusto le faltan mas sustos, no hay muchos. Recomendable
Viendo la trayectoria de Dan Curtis se puede apreciar que desde luego se desenvuelve mucho mejor en los formatos televisivos que cuando tiene ante sí el reto de dirigir una película puramente cinematográfica. Aún así, dada su habilidad para rodearse de la gente apropiada, y usando su buen hacer en los films de género fantástico, rentabiliza bien el proyecto y lo saca adelante aunque sin grandes alardes.
Estamos ante una película cuyas bases son de por sí muy sólidas. La historia está basada en una novela cuya historia es muy buena, tenemos a intérpretes de primera línea en los roles principales como Oliver Reed, Bette Davis, una secundaria de lujo, y una Karen Black a la que podríamos considerar la musa de Dan Curtis, ya que aparece en varias de las películas de su filmografía.
En la década de los 70 era muy común realizar esa fórmula...introducir a viejas glorias en roles secundarios en películas de género fantástico de Serie B...y la verdad es que conseguían darle un aire elegante en muchas ocasiones.
La historia es típica: Matrimonio con hijo que alquilan una vieja casona y se trasladan a vivir allí junto a una tía en los meses de verano, con la condición de que la casa sea cuidada por ellos y cuyos propietarios (unos excéntricos ancianos) les piden además otra extraña condición: Deben de cuidar también de su ¨querida madre¨, una señora que no sale nunca de su dormitorio y que se pasa casi todo el día durmiendo... Marian (el personaje de Karen Black) será la que le lleve cada día el desayuno, la comida y la cena...
La película juega entonces al paso de los días y las semanas con el terror psicológico. Se empiezan a observar cambios físicos y psíquicos en los inquilinos. El marido se inquieta cada vez más, y tiene constantes cambios de humor...la mujer empieza a sentirse atraída por los objetos de la casa y cada vez se vincula más con ella... la tía Elizabeth se siente cada vez más agotada sin motivos... y el niño comienza a sufrir accidentes aparentemente casuales. A todo ello también observamos como la casa comienza a tener un aspecto mucho más saludable...el jardín, los muebles, el invernadero, la piscina...
El film juega a mostrar situaciones pesadillescas entre la realidad y la imaginación... el marido Ben, sobre todo, tiene continuamente visiones sobre situaciones que en un pasado le obsesionaron. El fantasmal personaje del chófer con su maligna sonrisa está bastante bien logrado. Una visión que se le quedó grabada de niño, el día del funeral de su madre y que ahora la casa se lo muestra una y otra vez como una macabra paranoia.
Tal vez un excesivo metraje y momentos en los que no hay una continuidad demasiado clara en el devenir de los acontecimientos, hacen decaer la película en algunos pasajes. Hay algunas situaciones, según la sensación que he tenido al visualizar el film, que no acaban de estar bien hilvanadas...y se dan saltos que producen discontinuidad y nos lleva percibir el desarrollo de forma confusa. Y esto, tal y como he mencionado antes, pienso que se debe a la limitación de Curtis en los formatos no televisivos.
Es verdad que tiene momentos muy conseguidos y que sobre todo, el tema de los devaneos psicológicos de los padres del niño David, nos mantienen en vilo... Además de que todo nos lleva a pensar que irremediablemente hay fantasmas en la casa...¿o no? ¿O es la casa un ente vivo?. Y no olvidemos la ¨querida madre¨, personaje que no aparece en toda la película pero que está ahí.
La parte final agarra bastante fuerza hasta un desenlace caótico y mortal...que la verdad, si que llega a causar cierto impacto. Y contando spoilers de lo que en realidad se cocía en la mansión...observamos como Marian es definitivamente poseída por la ¨querida madre¨ y como la casa va ¨rejuveneciendo¨ gracias a las ¨ofrendas¨ (Elizabeth, Ben y David) cuyas vidas son engullidas por la casa para seguir ¨rejuvenecer¨ una y otra vez...
Se ven venir algunas cosas, es cierto (es un film de 1976), pero aún así es bastante efectivo a nivel general y bajo mi criterio merece la pena dedicarle un visionado. Banda sonora muy efectiva, por cierto...
No hay duda de que por la fecha en la que fue rodada se trata de un claro referente de la temática de casas encantadas que después traería clásicos como Al final de la escalera, El resplandor, etc, pero obviando ese detalle, se me ha hecho muy aburrida.
Las intenciones están puestas en bandeja, el lugar es frío y tétrico además de contar con una inquilina misteriosa para ponernos en lugar. Posteriormente la familia trasladada a la casa comenzará a notar que algo no va bien no porque realmente ocurra algo sino por la transformación psicológica que sufren, todo esto a fuego lento para dar lugar a un final donde todo lo acumulado anteriormente explota quedando unos 10 últimos minutos de caos y aniquilación total.
Hasta ahí todo bien, pero ¿qué ocurre cuando el terror psicológico no termina de cuajar y se convierte en tedio? Es lo que me ha pasado con la película, es tediosa, muy difícil de ver y finalmente provoca que para mi no exista el terror, ni sienta que se respira miedo o angustia.
El ritmo en la primera hora es nefasto, sin un enganche de verdad donde literalmente no ocurre nada, pero cuando digo nada es NADA, y ya no me vale la excusa de que se intenta crear la atmósfera para la siguiente hora ni nada por el estilo, eso hizo que perdiera por completo el interés en la película.
Una vez que los acontecimientos se vuelven más violentos no me genera la sensación de que haya merecido la pena pasar por todo ese calvario, será porque no tenía empatía por la familia o algo así, quizá solo queda la esperanza de cómo va a acabar la cosa y ya está, y llega la referencia a Psicosis...
Si lo que quería Dan Curtis era homenajear al maestro del suspense se notaba que estaba a años luz. Ni un solo plano decente ni nada, ah y el final es medio ridículo porque no hay por donde coger ese intento de final sorpresa forzado, aunque el destino de la familia es desde el principio ese así que mal no acaba, ahora, cómo se lleva a cabo es otro tema...
Esa falta de maestría para crear suspense se termina por rematar con la desfasada realización setentera sin demasiado presupuesto, así que yo, personalmente no tengo por dónde cogerla la gracia.
De una época diferente, donde el buen cine de terror lejos de efectos especiales espectaculares se centraba mas en una buena y escalofriante historia para atemorizar al espectador, encontramos a “Burnt Offering”, una película de terror psicológico donde se nos cuenta la historia de una familia que va a pasar el verano a un casa de campo donde se verán envueltos en ciertas circunstancias paranormales que pondrán en juego su vida (Ver sinopsis)…Verdaderamente estamos ante un clásico del cine de terror, un filme que sin socorrer al sobresalto, magistralmente mantiene al espectador al borde de su asiento. No se dejen engañar por el “aire a pasado de moda” que a primera impresión da el filme, es verdad que este filme no será de todos los gustos, y menos de las nuevas generaciones acostumbradas a efectos especiales espectaculares y tramas fácilmente digeribles, pero les aseguro este filme es una joya del cine de terror y de muchas ejemplo a copiar…Muy Recomendable.
Una de las pioneras del terror psicologico y antecesora a ¨El resplandor¨. Lo cierto es que consta de un reparto de primera, Oliver Reed, Karen Black,( a pocos dias de su muerte) y una envejecida Bette Davis. La pelicula narra la historia de una familia que va a alquilar una casa por vacaciones, de una pareja de ancianos muy rara, a un precio muy bajo, pero incluida con una habitante, una anciana que se encuentra en la parte de arriba de la casa y de la cual se hacen cargo. Desde que llegan el comportamiento de la familia inquilina se pone muy extraña. En la casa empiezan a ocurrir cosas raras, es como si tuviera vida y se esta posesionando de las personas. El argumento es casi igual a ¨El resplandor¨, pero eso si, no llega a ser tan terrorifica. Algo que le falta mucho a esta pelicula es sustos, por que no le vendria mal, para hacer mas entretenida la pelicula, por que llega a aburrir. El argumento no esta mal, tampoco las actuaciones, aunque los fx si dejaron mucho que desear. Solo le falto darle una atmosfera mas terrorifica, y el cortar un poco ciertas escenas que sobran, que solo la hacen mas pesada, ya que es muy larga. El final ya lo veia venir, y quedo muy bien. Si lo tuyo es el terror psicologico esta de pelos, pero si buscas solo sangre o fantasmas, pues te aburrira.
Es una película que se debe visionar sin prejuicios a pesar de que el tema de casas encantadas esté más que trillado. La fuerza de sus protagonistas te sumergerán de lleno en la historia y te arrastrarán con ellos a la casa.
Rodada en una época donde el cine de terror estaba en pleno auge,no tiene nada que envidiarle a películas de temática similar como El Resplandor (Stanley Kubrick 1980.) o Terror en Amytiville (Stuart Rosenberg 1979) pues sin grandes efectos especiales ni pretensiones, la película fue ganando adeptos con el paso del tiempo,pues aun que no puede considerarse como una película de culto, poco a poco la gente que la va descubriendo se va enganchando a ella.
Con un final de infarto,solo me queda deciros que disfrutéis del trio protagonista pues están magníficos a pesar de las limitaciones de una envejecida Bette Davis. Y sin más decirte que disfrutes de la película y recuerda que .......
........¨Te estaba esperando¨ ........
(ya lo entenderás)
pelicula de dan curtis acerca de una mansion y una familia... sisi se que la idea es trillada y tiene elementos ya conocidos para ese entonces, pero de todas formas curtis supo como llevar la trama generando mucha intriga e interes en el espectados de tal forma que los elementos trillados logran impactar.
karen black y olive reed estan excelentes en sus papeles e incluso cuentan con la grandiosa bette davis que lamentablemente no esta bien exprimida en la pelicula debido a su edad.
la pelicula funciona muy bien y tiene un final inteligente.
ideal para quienes les gustan los filmes de mansiones embrujadas
Es una pelicula rara con mucho suspenso, aunque hubiera preferido un poco màs de terror. Pero bueno cuando la terminas de ver te deja pensando.
Lo MEJOR: las actuaciones, la atmosfera y que en ningun momento decae.
lo peor: Pues creo que le falta algo màs de terror tal vez por la epoca o por que esta basado en un libro no lo vemos. Tambien nos dejan con dudas en cuanto al pasado misterioso del padre pero bueno es muy recomendable.
En el género del terror hay una época que se caracteriza por un aura especial de la que dota a todas sus películas. Este ambiente hace de los largometrajes piezas únicas e irrepetibles. Estamos hablando de la década de los setenta, formada por películas tan emblemáticas como “Zombie“, que asentaría más profundamente las bases de una temática muy desarrollada hoy en día, los zombies, “Alien, el octavo pasajero” , el “Nosferatu” de Herzog, “Phantasma“, la divertida y original “El ataque de los tomates asesinos“, la increíble “Noche de halloween“, “Carrie“, la cumbre del giallo naciente con “Suspiria“, la revolucionaria “Tiburón“, la desafiante “La matanza de Texas“, “El exorcista“, que habrá producido pesadillas al más entero espectador y un largo etcétera que no podría más que eternizarnos. Todas estas películas marcaron un antes y un después en el cine terrorífico, grabando con fuego planos imposibles, escenas originales, temáticas y recursos que aún se siguen utilizando, más mal que bien, en el cine de terror actual. De todos estos largometrajes destaca uno, no porque sea mejor que el resto, sino porque no es casi nada conocido, ha sido relegado al olvido en favor de otro gran clásico inspirado en el, “El resplandor“. Esta gran película de la que hablamos no es otra que “Pesadilla diabólica“, 116 minutos de puro terror psicológico setentero.
El largometraje se presenta a sí mismo como una película de casas encantadas al uso. Una familia decide pasar las vacaciones de verano en una mansión que han encontrado a muy buen precio, y sus actuales propietarios, una pareja de extraños ancianos, los despiden cuando se van a solucionar unos problemas de salud. En ese momento la casa comienza a tomar vida propia, adueñándose de los actos de sus ocupantes, comenzando una vorágine de terror y suspense que terminará con un más que perfecto final, porque, es el final lo que más me sorprendió de la película, no podría haber sido mejor ni saciar de una manera más optima mis expectativas.
La trama se desarrolla muy lenta, llegando en algunos momentos a desquiciar, ya que parece que no se mueve de donde está. Esto hace que el ambiente y la sensación de aura setentera que transmite la película cale más hondo, y es que, ésta es muy fuerte. La ambientación es soberbia, el caserón, perfecto, al igual que las actuaciones, encabezadas por Bette Davis, a quien todo el mundo recordará de su papel en “¿Que fué de Baby Jane?”, seguida muy de cerca por Oliver Reed, un veterano en el terror y en lo fantástico, lo podemos ver en “Cromosoma 3” de Cronenberg o en “Las aventuras del barón de Münchausen“. Ambos dos bordan sus interpretaciones haciéndote sumergir en una historia que se torna más oscura y dramática conforme avanza el metraje.
Como hemos dicho antes, no podemos evitar hacer comparaciones con “El resplandor” en la que se pueden observar casi todos los elementos de este largometraje, aunque, en mi humilde opinión, con cierta peor calidad, aun siendo esta última cuatro años posterior.
En definitiva tenemos un largometraje de incalculable valor para el cine de terror que ha pasado desapercibido a lo largo de los años, eclipsado por una película que bebe de ella descaradamente y de peor calidad.
Resumen:
Es una película que hará las delicias de todos los aficionados al terror psicodélico setentero, con un aura opresiva que aumentará a medida que se vayan destapando los entresijos de su terrorífica trama.
pelicula de casas encantadas de lo mejorcito que hay
esta entre una de las 5 mejores pelis de casas encantadas de la historia del cine
es un lujo de pelicula y un clasicazo
Muy buena pelicula de casas encantadas en momentos se hace un poco lenta pero aun asi no te desconcentra de tu interes, lo que mas me gusto el final veanla si no
Acabo de verla y la verdad me pareció una MUY BUENA PELICULA de su estilo (casas encantadas setentosas, claro está). Solo tengo dos cosas para criticarle: 1ro su ritmo muy lento (lo que es comprensible, teniendo en cuenta la epoca en que fué filmada) y 2do la escena en que se ven los ojos del chofer, ya que hubiera preferido que se mantenga ese pequeño misterio. En fin: pequeñeces que restan un poco de puntaje, en cambio son las excelentes actuaciones y situaciones aterradoras de Burnt Offerings las que me hacen otorgarle un merecido 8.
Ya el sello ¨Karen Black¨, nos hace una idea de lo que veremos. Uno de aquellos telefilmes setenteros que son bastante simples, pero efectivos y entretenidos. Aunque hay que reconocer que es demasiado larga, con 20 minutos menos habria quedado excelente. Claramente veremos efectos especiales para televisión, con mucha edicion estilo telefilm, con tomas fijas y la incomparable teatralidad de la reina de ojos juntos Karen Black.
Es una pelicula que es un referente obligado de las casas malditas, seguramente ya de empezar sabremos y adivinaremos el final. Pero no es porque sea malo o muy comun, si no que porque despues de los 70s ese final fue mil veces copiado.
Recomendable.... aunque es larguilla... zzz
Recuerdo ver esta película en Calle 13, justo antes de que hicieran Pesadilla en E.S. Es muy impactante y entretenida con giros que no te esperas para nada. La verdad es muy recomendable verla.
Entretenida hasta su final impactante.
Bette davis esta magnifica en su pequeño papel.
Críticas: 30
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mahotsukai
8
Reivindicable y entretenido film de terror sobrenatural dirigido por Dan Curtis (Serie “Dark Shadows”, 1966–1971).
Tras encontrar una ridícula oferta para rentar durante el verano un enorme y antiguo caserón, el matrimonio de los Rolf, su hijo y la tía del padre de familia se verán inmersos en una serie de extraños sucesos que poco a poco irán tomando posesión de sus vidas.
Los orígenes de este olvidado e infravalorado film se remontan a fines de 1969 cuando el escritor y guionista Robert Marasco presentó un borrador titulado “Burnt Offers” al productor Lawrence Turman, quien se asociaría con Cinema Center Films para la coproducción y propondría como director al futuro ganador del Oscar Bob Fosse (“Cabaret”, 1972). Sin embargo, el proyecto quedó en nada, mientras Marasco publicaba finalmente el guión como una novela en 1973, con el nombre de “Burnt Offerings”, frase extraída de la Biblia que se refiere a un “sacrificio por fuego” u “ofrenda para Dios”. El proyecto lo retomaría en 1975 el productor Robert Singer (“Cujo”, 1983), quien se lo ofrecería a un poco convencido y ya por entonces reconocido y exitoso director de cine y TV Dan Curtis, que venía de estrenar su clásico tríptico “Trilogy of Terror” (1975) y “The Kansas City Massacre” (1975), segundo spin-off de “Dillinger” (1973), después de “Melvin Purvis: G-Man” (1974). Curtis encargaría a su guionista de cabecera William F. Nolan (“The Norliss Tapes”, 1973) la redacción del guión, quien eliminó el primer tercio del libro donde la familia estaba en Nueva York e introdujo al siniestro personaje del cochero fúnebre que atormenta a Ben Rolf durante su estadía en el viejo caserón.
Lo primero que hay que resaltar de “Burnt Offerings” (1976) es que se trata de una de las últimas películas destacables del terror sobrenatural estadounidense de los 70, en la línea de clásicos absolutos como “The Omen” (1976) de Richard Donner y “Carrie” (1976) de Brian de Palma y otros menores como “Audrey Rose” (1977) de Robert Wise, “The Amityville Horror” (1979) de Stuart Rosenberg y “The Changeling” (1981) de Peter Medak. Por tanto, estamos ante una propuesta que nada contracorriente en momentos en que comenzaba a estar en boga el (proto) slasher con films que llegarían a ser de culto como “The Texas Chainsaw Masacre” (1974) de Tobe Hopper, “Black Christmas” (1974) de Bob Clark y “Halloween” (1978) de John Carpenter. “Burnt Offerings” (1976), de hecho, se enmarca en el subgénero de casas encantadas en la que la sutileza y el poder de sugestión de su lograda atmósfera y, sobre todo, del desarrollo de la historia en su correcto guión van construyendo una experiencia de bastante mal rollo para el espectador, sin recurrir a efectismos visuales como veríamos posterior y notablemente en “The Shining” (1980) de Stankey Kubrick, “Evil Dead” (1981) de Sam Raimi y “Poltergeist” (1982) de Tobe Hopper.
De esta forma, con un aire televisivo, propio de la formación cinematográfica de Dan Curtis y de toda su generación, “Burnt Offerings” (1976) sugiere en lugar de hacer verdaderas demostraciones explícitas de terror y eso, sin duda, va haciendo poco a poco mella en la psique del espectador al condicionarlo. Un ejemplo inicial y notable es la secuencia del prólogo en la que los hermanos Arnold y Rosalyn Allardyce, interpretados por Burgess Meredith y Eileen Heckart, ofrecen las increíbles condiciones de arriendo de la vieja casona neoclásica a los Rolf. Especialmente Meredith, destila en sus efectivos diálogos y en la particular perturbación de su penetrante mirada y poca movilidad (está en silla de ruedas), ese aire sugerente a mal rollo que Curtis sabe manejar eficientemente para que no se descontrole, pero que resulta suficiente para dejar al espectador con una sensación arrebatadoramente extraña. Conforme avance la trama, asistiremos a varias escenas en las que la sutileza sigue presente como las incontables y misteriosas visitas de Marian a la habitación de la anciana Allardyce, las pesadillas traumáticas de Ben, la descomposición de los lazos familiares y la obsesión, como detallaré ahora.
Entre los temas de fondo que “Burnt Offerings” (1976) aborda y que valen la pena reivindicar en un film de terror sobrenatural como este están el consumismo y el materialismo, por un lado, y la descomposición de la estructura familiar, por otro. La obsesión que Marion, la madre de familia llega a desarrollar por el viejo caserón, una suerte de hechizo que cualquier mujer puede sentir cuando está frente a la casa de sus sueños, la llevará primero a presionar a su esposo por aceptar la absurda oferta de US$900 por todo el verano, luego una extraña fascinación por mantenerla limpia y en orden diariamente, y sin ayuda alguna, a pesar de su enorme tamaño y, finalmente, la misteriosa relación que establece con la anciana Allardyce, madre de los hermanos, cuyo cuidado es la única condición para el ridículo monto de la renta. Varios críticos ven en esta obsesión de la mujer un ejemplo de consumismo y materialismo, claramente por la preocupación de la materia física por las relaciones humanas y familiares, ya que se obsesiona a tal punto con la propiedad y le dedica prácticamente todo su tiempo que termina olvidando su conexión con la familia y le entrega literalmente todas sus energías emocionales al viejo caserón.
Lo que nos lleva al segundo aspecto principal, es de la descomposición del núcleo familiar y las relaciones entre todos sus integrantes. En primer lugar, están los problemas emocionales de cada quien, Ben y sus repentinas pesadillas del funeral de su madre y el cochero fúnebre asechándolo, Marian y su inconsciente dependencia emocional del cuidado de la casona y la señora Allardyce, Tía Elizabeth y la aceptación de que el tiempo se va terminando y el joven Davey que despierta a la preadolescencia y comienza a sentir rechazo a sus padres. A partir de ahí, se entrecruzan los problemas de relación, tanto Ben como Marion hacia Davey, el primero por un impulso inexplicable de querer hacerle daño y la segunda cuando la preocupa más las reliquias de la casa que la salud de su propio hijo, quien les remite rechazo y desconfianza a ambos por su comportamiento. Por supuesto, están los problemas de pareja, falta de deseo y violencia camuflada. También, los problemas de Ben y Marian con Tía Elizabeth, él que parece aturdido en los momentos más complejos de salud de quien le crio y ella que culpa a la anciana de un casi fatal accidente que pudo matar al muchacho.
Esta descomposición familiar se ve fuertemente expuesta a través de una serie de hechos violentos y hasta brutales a lo largo del metraje. Davey es protagonista de varias de ellas, por ejemplo, en la impactante secuencia en que su padre Ben intenta ahogarlo en la piscina después de un juego que supuestamente se sale de control y que termina con el muchacho rompiéndole la boca con las gafas de natación. Otras en las que el chico es protagonista lo llevan casi a morir intoxicado en su habitación por una inexplicable fuga de gas y/o ahogado en la piscina con su padre imposibilitado de ayudarlo por estar en estado catatónico tras lo acontecido a Tía Elizabeth, dicho sea de paso, en otra secuencia de suspenso a la vieja usanza con la aparición del cochero fúnebre en su habitación. También, están las escenas en las que Ben trata de forzar a Marian a tener relaciones sexuales en la piscina y luego en los jardines de la casona. O la cruda acusación de Marian a Tía Elizabeth sobre el accidente de gas en la habitación de Davey. Por supuesto, está el epílogo que es sencillamente brutal e inesperado y que involucra a Ben y a Davey, después de que el marido descubre el secreto de la señora Allardyce y Marian, cuando todo parecía ya solucionado.
La película cuenta con un gran reparto entre los que se pueden encontrar a la bella Karen Black (“Trilogy of Terror”, 1975) y Oliver Reed (“The Devils”, 1971) como el matrimonio de Ben y Marian Rolf. Ambos funcionan muy bien como pareja protagónica, con un correcto abanico de registro de interpretaciones. En roles secundarios, Curtis se da el lujo de contar con la legendaria diva Bette Davis (“Jezabel”, 1938), quien interpreta a la Tía Elizabeth, a Burguess Meredith (“Rocky”, 1976) y a Eileen Heckart (“Up the Down Staircase”, 1967) como los hermanos Arnold y Roz Allardyce. Lee H. Montgomery (“Prime Risk”, 1985) y Anthony James (“Nightmares”, 1983) interpretaron al joven Davey Rolf y al cochero fúnebre, respectivamente.
Fiel a su estilo controversial, la enorme Bette Davis no sólo destacó por su interpretación y por pasársela bien tejiendo (era uno de sus hobbies preferidos), sino por sus diferencias con otros miembros del reparto. Tuvo problemas con Karen Black, quien tenía 4 meses de embarazo, alegando que la joven actriz no le mostró el debido grado de respeto a su persona y cuestionando su comportamiento en el set como poco profesional. Con Oliver Reed fue más severa, nunca escondió su aversión por el actor británico, a quien tildaría más tarde en una entrevista como “posiblemente uno de los seres humanos más repugnantes que he tenido la desgracia de conocer“.
Otras curiosidades del film nos remiten al hecho de que pudiera considerarse un error que Oliver Reed estuviera bebiendo una cerveza Corrs en esa época porque esa marca no se comercializaba en esa zona por aquellos años. También que el vehículo de la familia es una camioneta Ford LTD de 1974 y no tenga revestimiento de imitación de madera, lo que hace que sea más raro que otras camionetas Ford de esa época. Finalmente, que Curtis haga un cameo en el film con una fotografía suya entre los cientos de retratos que hay en la sala de espera para acceder a la habitación de la señora Allardyce.
“Burnt Offerings” (1976) se rodó en agosto de 1975 íntegramente en la histórica Casa Dunsmuir y sus alrededores en Oakland, California, la cual sirvió posteriormente para otras películas de terror y thrillers, entre ellas “Phantasm” (1979) de Don Coscarelli y “True Crime” (1999) de Clint Eastwood. Dan Curtis señaló que no se construyó ningún set para el film.
La banda sonora fue compuesta por el músico de cabecera de Curtis, Bob Cobert, creador de varias icónicas partituras como la de serie “Dark Shadows” (1966-1971) y “Trilogy of Terror” (1975). Hay que señalar que definitivamente el score que escribió es uno de los pilares del eficiente funcionamiento del film, a pesar de que recicló algunas partes de trabajos anteriores con Curtis como “The Night Stalker” (1972) y “The Night Strangler” (1973) destacando la melancólica melodía a piano para la caja musical, el siniestro protagonismo de cellos y violines en “Foreboding evil” y los repentinos cambios y estilos del tema principal.
En resumen, una entretenida y mal rollera película de terror sobrenatural, que tiene entre sus mayores méritos el tener una lograda atmósfera y una sugerente esencia narrativa y un reparto prácticamente de lujo. Digna de ser rescatada del olvido y reivindicada.
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