Ficha Tratamiento de Shock


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Críticas de Tratamiento de Shock (1)




bigladiesman

  • 30 Sep 2017

6


Empezamos fuertes con esta: Roddy McDowall, con esa cara de haber roto nunca un plato, decapita a una señora con unos tijerones de podar y se entrega a la pasma.

Protagonizada por el entonces bastante solicitado Stuart Whitman, actor excelente pero eternamente desaprovechado, como un actor que se mete en un manicomio para encontrar una fortuna, y Carol Lynley, importantísima actriz de los 60-70 (“La aventura del Poseidón”, “El Cardenal”), como una paciente que no está tan abiertamente loca como simplemente traumatizada tras una vida de decepciones, pertrechados con secundarios de lujo como Roddy McDowall como un psicótico en busca de amigos – a veces despierta verdadera compasión aunque sea un loco furioso - que tiene la clave de la supuesta fortuna escondida, Lauren Bacall como una excesivamete ambiciosa psiquiatra para la cual el fin justifica los medios (para lo cual utiliza la expresión medio de esfinge y ese aire sarcástico que se gastaba) o el bastante entrañable Ossie Davis (“Haz lo que debas”, “La colina”) como un enfermero que ha acabado tan loco como los pacientes a los que atendía, aunque es un buenazo. Dirige un importantísimo realizador de cortos y documentales, Denis Sanders, que con solo 34 años ya tenía un Oscar (y ganaría otro).

A ver, es posible que algunos espectadores – como yo - se lleven una pequeña decepción con esta película, ya que el veterano guionista Sydney Boehm (a partir de una novela de éxito del escritor Winfred Van Atta. Menudo nombrecillo gasta el hamijo) plantea la historia como un drama sobre relaciones humanas que tiene una trama secundaria de thriller – la cual no se dispara de verdad hasta el final - y no lo contrario, aunque pueda parecerlo. Por ello puede resultar bastante lenta pese a su normalita duración, pero no por ello deja de ser interesante.

En el aspecto técnico, es de destacar una casi cacofónica y ominosa banda sonora de un joven Jerry Goldsmith, usando con frecuencia el ya bastante pasado de moda theremin a buen efecto para remarcar el ambiente de manicomio.

Bueno, no es para tirar petardetes, pero no está nada mal: algo lenta pero interesante y con muy buenas interpretaciones.



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