Una de tantas películas de baratillo de ese tiempo que dividen a público y crítica: algunos la acusan de ser demasiado pretenciosa, seria y aburrida para su magro presupuesto y otros la alaban por un intento de hacer ci-fi barata pero seria, con un valiente comentario social subyacente: la peli es evidente parábola del racismo en algunas zonas de EE.UU. El argumento es bien sencillo: dos partidos - uno pro-humanos, con uniformes de sudistas de la Guerra Civil Americana y otro pro-androides - se enfrentan entre ellos.
Los intérpretes son casi desconocidos para el gran público, y lo son por fortuna, porque son malos a rabiar. El que no está acartonado totalmente es teatral y gesticulante. Pasemos de puntilla por ellos y
Algunos comparan guion, estética e incluso modo de actuar con un episodio algo alargado de Star Trek con elementos de lo que sería Blade Runner (increíble que se hiciera 6 años antes que la novela de Philip K. Dick). Estaría de acuerdo: poco, farragoso pero interesante diálogo y un argumento sencillo con alguna sorpresa. Incluso ironiza con los pocos recursos con los que esta hecha esta película. Tampoco puedo dejar de estar de acuerdo con los detractores en que la película resulta vista en perspectiva algo pretenciosa para su propio bien y además carente de humor. Entiendo que la gente esté tan dividida.
A nivel técnico es un film de contrastes: los FX y el vestuario son de risa, pero los bizarrísimos decorados están filmados nada menos que por el veterano ganador de dos Oscars Hal Mohr, y Jack Pierce, en el que sería su último trabajo, crea el no muy complejo maquillaje de los androides.
Tomo partido con los defensores de esta película: su cutrez general y lentitud quedan compensados con un guion bastante ci-fi ¨hard¨ y proto-cyberpunk. No puedo recomendarla pese a la buena nota porque creo que más allá de parte de los fans del cyberpunk y casi todos los fans del cine bizarro (los que puedan perdonar que sea una especie de obra de teatro correcta pero mal interpretada pero sin acción compensándolo con camp y más camp) , no creo que al grueso de los espectadores le guste.
Críticas: 2
Miguel Arkangel
6
Rescatada del olvido gracias a las antologías, libros y reseñas especializadas, este film de 1962, dirigido por Wesley Barry, basado en un relato de Jack Williamson, Gran Maestro Nebula, puede resultar aburrido y plomizo por su desarrollo lento, basado casi exclusivamente en diálogos y sus acartonadas actuaciones.
Pero sería injusto no reconocerle sus méritos. Comencemos por los aspectos filosóficos que plantea, desde el desarrollo de la IA y su ¿inevitable? conflicto con los humanos por el control del mundo; la posibilidad que el ¨alma¨ humana pueda ser transportada a cuerpos robóticos, asegurando la inmortalidad a través de la “transferencia de recuerdos” dada por la lectura del tálamo y el grabado de la misma en un chip de memoria, lo que permitiría transferir la personalidad humana; sin olvidar que la ¨Orden de la carne y de la sangre¨ no deja de ser una metáfora crítica sobre cualquier grupo fascistoide supremacista. Los decorados son bastante simples (aunque razonablemente imaginativos) y el maquillaje, obra de Jack Pierce, me pareció estupendo.
Así que si dejamos de lado su lento desarrollo, carente de acción, y las malas actuaciones, tenemos una pequeña joyita destinada a ser redescubierta, avanzada a su época, con un formidable uso de la ciencia ficción como metáfora para interpretar el mundo, presente y futuro.
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