La figura de Elisabeth Bathory, aristócrata húngara del siglo XVII, famosa por sus crueles delitos sexuales que cometía para mantener su belleza, ha despertado siempre el interés de la cultura pop, sobre todo en los últimos años, al ser convertida en ícono de la subcultura vampírica, gótica y underground en sus distintas variantes.
Intentando explotar la “popularidad” de esta cruel dama, nos llega este film rodado en Praga en formato video y distribuido desde Canadá, en realidad un film softcore que pretende mostrar ciertas escenas de sadismo y erotismo lésbico que se estrellan con un grave defecto: la falta de talento del director Lloyd A. Simandl, que al parecer no tiene idea de lo que es filmar una escena de erotismo, ya no digamos de sadismo, y lo único que logra es aburrir al espectador.
Un film malo y aburrido, a pesar de contar con un buen puñado de hermosas modelos checas salidas del ambiente porno y erótico de Praga.
Miguel Arkangel
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La figura de Elisabeth Bathory, aristócrata húngara del siglo XVII, famosa por sus crueles delitos sexuales que cometía para mantener su belleza, ha despertado siempre el interés de la cultura pop, sobre todo en los últimos años, al ser convertida en ícono de la subcultura vampírica, gótica y underground en sus distintas variantes.
Intentando explotar la “popularidad” de esta cruel dama, nos llega este film rodado en Praga en formato video y distribuido desde Canadá, en realidad un film softcore que pretende mostrar ciertas escenas de sadismo y erotismo lésbico que se estrellan con un grave defecto: la falta de talento del director Lloyd A. Simandl, que al parecer no tiene idea de lo que es filmar una escena de erotismo, ya no digamos de sadismo, y lo único que logra es aburrir al espectador.
Un film malo y aburrido, a pesar de contar con un buen puñado de hermosas modelos checas salidas del ambiente porno y erótico de Praga.
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