A un pueblo escocés que aparece y desaparece cada 100 años y donde la gente es tan feliz que da grima y todo le da por aparecer delante de las narices del genio del baile Gene Kelly y al “buen Van Johnson. Porque sí, porque Broadway es así. Y si encima en el pueblo vive “Piernas” Syd Charisse, brillantísima bailarina, empieza un espectáculo de primera línea en Technicolor y Cinemascope, bajo la égida del célebre productor Arthur Freed y el director Vincente Minelli y en la Metro Goldwyn Meyer.
Meritoria adaptación del exitoso musical rodada íntegramente en estupendos interiores (lo que le da una notable apariencia teatral) y con unas brillantes coreografías de Gene Kelly, falla esencialmente en lo que es más importante: La música. La encuentro terriblemente ñoña; con mucho, creo, el peor material con el que jamás haya trabajado Gene Kelly (por mucho que digan, a mí la banda sonora de Xanadu me gusta. Otra cosa es el truño de peli que la acompaña, que conste). El otro fallo es me ha aburrido tremendamente.
Si quitamos la música, es una película técnicamente impecable, con coreografías maravillosas, vestuario excelente y fotografía exquisita, aunque soberanamente aburrida.
Bajo mi punto de vista, uno de los pocos musicales digeribles de la epoca dorada de Hollywood, entretenido porque parte de una premisa fantastica de cuento de hadas que engancha. Una muy buena pelicula.
Críticas: 3
Parnaso
8
Estupenda película fantástica y musical que no ha sido bien respaldada por el público y por este motivo ha sido soterrada en el olvido.
La historia es bastante original, un par de amigos que va de caza encuentran de improvisto una aldea medieval en la que vive gente que despierta cada día que equivale a 100 años, los amigos no dudan en conocer el lugar, ahí conocen a los lugareños y las hermosas muchachas que, por desgracia, solo viven pensando en conocer el hombre de su vida, casarse y cuidarlo sin más pretensiones. Ese es el punto debil que no me ha gustado nada. Las mujeres dependiendo de los hombres y del miserable amor... pero que si tenemos buenas tragaderas y nos situamos en aquella época nos es digerible. Las canciones y la coreografía de Gene Kelly no están nada mal, al igual que el escenario creado en interiores. Sobre todo me ha gustado el personaje de Harry Beaton (y su canción) que al quedar devastado al saber que nunca podra desposarse con su amada, decide huir de la aldea poniendo en peligro Brigadoon.
La leyenda de Brigaddon atrae, es mágica, interesante y a sido desgraciadamente olvidada.
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