Estrafalario y casposo film de culto del cine de terror mexicano, dirigido por el legendario guionista, actor y director Chano Urueta, y protagonizado por Abel Salazar.
México, 1661. El Barón Vitelius de Astara es sentenciado a morir en la hoguera, acusado de brujería, necromancia y satanismo. En su ejecución, el noble maldice a sus ajuticiadores, prometiendo regresar cuando el cometa que cruza el cielo en ese momento regrese, hecho que ocurrirá 300 años después.
El reconocido actor del clásico dominguero “Los Tres García” (1947) junto a Pedro Infante, dueño de una miscelánea carrera, había formado su propia productora, ABSA, con la que sería pionero del cine de terror en México, al ser uno de los artífices del clásico de terror “El Vampiro” (1957) dirigida por Fernando Méndez y protagonizada por Germán Robles. Le seguirían como “El hombre y el monstruo” (1958) y “La maldición de la Llorona” (1961), ambas de Rafael Baledón, películas en las que Salazar no sólo ejercería de productor sino también como protagonista.
De esta forma, y con una creciente carrera en el género, Salazar se uniría al prolífico director Chano Urueta (“La noche de los mayas”, 1939; “El signo de la muerte”, 1939) para traer y protagonizar esta bizarra cinta de terror, con el entonces no tan trillado argumento del noble diabólico ejecutado que jura regresar en el futuro para vengarse de los descendientes de sus ajusticiadores. Un leitmotiv que terminaría siendo explotado hasta el hartazgo no sólo en México sino también en Europa, pero que tenía sus primeras incursiones en el naciente horror gótico italiano con “La Maschera del demonio” (1960) del gran Mario Bava.
Una de las razones por las que este film es recordado es por el infame diseño del monstruo, tan absurdo como ridículo y psicotrónico. Una suerte de monstruo antropomorfo de rostro barbado, manos de ventosa, una lengua bifurcada que siempre le cuelga y una extraña manera de respirar que hace que la cara se le infle y desinfle con cada resuello. En sus ataques, suele hipnotizar primero a sus víctimas con su “penetrante” mirada, una luz intermitente que curiosamente ataca sus propios ojos, para luego atacarlas por la espalda, “enterrándoles” su lengua bífida en la nuca para succionarles el cerebro. No se sabe cómo la lengua funciona como succionador de cerebros, ni tampoco cómo es que devora los cerebros posteriormente a su extracción, los cuales mantiene intactos en una suerte de cáliz, que guarda celosamente en un baúl de madera, sin necesidad de refrigeración. La única lógica (o incoherencia al respecto, según como se le ve) es que hubiera un proceso de regurgitación de los cerebros, pero en cualquier caso da lo mismo.
Sí, da lo mismo, porque Vitelius de Astara está de regreso en 1961 para perseguir consumar su venganza, y tiene la suerte de que todos los descendientes de sus ajusticiadores tienen relación y viven todos muy cerca de su mansión. Un momento, ¿de dónde sacó una mansión con mayordomo incluido si estuvo “desaparecido” 300 años y regresó a la Tierra en un aerolito que cayó después del paso del cometa maldito? Quien sabe, pero lo cierto es que como película de su tiempo, “El Barón del Terror” (1962) incluye la infaltable pareja romántica y sus aburridas escenas, que en este caso trabaja bajo la tutela de un renombrado astrónomo, y será inevitable que Vitelius termine por sentirse atraído por la caderona Victoria, la última descendiente a la que Vitelius debe extraerle el cerebro para consumar su venganza.
A diferencia de otras películas de terror, la pareja de policías que investiga el caso no es tan estúpida como para pedir ayuda a un justiciero enmascarado, y logra después de una “exhaustiva” investigación dar con que el famoso Barón es el responsable de las extrañas muertes, que involucran aparte de drenaje cerebral, incendios y encierro en hornos de fundición. Lo que sí no se andan con rodeos y para enfrentar al monstruo se llevan consigo a la mansión un soplete industrial como para quemar la basura de toda la villa de un solo disparo.
La puesta en escena, a cargo de Javier Torres Torija (“La momia azteca contra el robot humano”, 1958), es tan básica y pobre como las películas de estadounidenses clase b, siendo inevitable recordar el infame “clásico” “Plan 9 from the outer space” (1959) de Ed Wood Jr., en especial en las escenas en que el monstruo ataca a su primera víctima a campo abierto, y luego a las otras en sus casas o mansiones. Sin embargo, y a favor de Urueta, el ritmo que el director le otorga al film resulta correcto y éste no se hace pesado a lo largo del metraje, aunque en ello hay que mencionar también que la extensión de la película es relativamente corta, y es que no da para más tampoco.
En el reparto, además del omnipresente Abel Salazar, encontramos al español Rubén Rojo (“Soledad”, 1947), como Rolando/Marcos Miranda, amigo en el pasado y rival amoroso en la actualidad del barón; Ariadna Welter (“El Vampiro”, 1957) encarna a Victoria Contreras, novia de Marcos Miranda e interés amoroso del diabólico Vitelius; y el legendario actor de origen español Germán Robles (“El Vampiro”, 1957; “El ataúd del vampiro”, 1958) personifica a Indelacio Pantoja/Sebastián de Pantoja, inquisidor en el pasado e historiador en el presente.
La banda sonora estuvo a cargo del recurrente Gustavo César Carrión, asiduo colaborador en la larguísima saga de Santo, el enmascarado de plata, con esa mezcla desesperante de música de jazz y minimalismo.
“El Barón del Terror” (1962) tiene estatus de culto fuera de México, debido a que –y ello es extensible a prácticamente todo el cine fantástico y de terror de México– la crítica local a menudo denostaba este tipo de cine, por lo que los productores lo doblaban al inglés y vendían como rareza. De esta forma, el film sería conocido en el extranjero como “The Brainiac”.
En resumen, caspa pura absurda pero de ritmo correcto, que funciona como bizarrada y film de humor involuntario para los amantes de lo más extraño, en especial por su impresentable monstruo. La evalúo con un 4.5.
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Curioso filme mexicano de finales de los 60s,que no tiene nada que envidiarle a los filmes de monstruos norteamericanos de esa epoca,la trama es sencilla pero esta acorde a su epoca,los efectos hoy son risibles pero en los 60s estaban correctos. Lo mejor es el monstruo que sin impactar hoy por hoy,tiene su cuota bizarresca con esas manos extrañas y esa cabeza latiente y lengua bipeda.
Disfrutable si te gusta las peliculas viejas de terror y fantastico.
La verdad es que no le tenia para nada fe por ser de esos años y mas al ser mexicana pero me lleve una grata sorpresa con esta pelicula por su historia sencilla pero a la vez atractica.
Ya comienza bien con un tipo juicio hacia el acusado que en este caso seria al que despues se lo conoce como El Baron para despues matarlo por sus crimenes sin ates decida decir su venganza contra quienes lo quemaron vivo pero contra sus familiares dentro de 300 años.
El baron se transforma en alguna clase de criatura o demonio durante la pelicula y la verdad es que era algo graciosa esa criatura o sea terrorifica no era para nada pero logro entretener de lo mal hecha que estaba que por mas que no logra su cometido con el tema del terror logro ser bueno.
Hay muchas muertes y eso me gusto,no me la esperaba eso.Las actuaciones diria que son normales para esa epoca aunque me gustaron un poco.
El final me gusto y mas por la forma de que se le gano al Baron,algo muy de la nada.
En si es una pelicula de poca duracion que entretiene.
Mítica película del fantástico mexicano que goza del estátus de culto en medio mundo. Chano Ureta, uno de los grandes del cine bizarro, dirige esta cinta que se suele poner al nivel de lo mejor-peor de Ed Wood.
Abel Salazar es el Barón Vitelius, condenado a muerte por la Inquisición española, el cual vuelve a la vida 300 años después con la llegada de un cometa convertido en un peligroso vampiro chupacerebros de lengua bífida. Robles hace una actuación un tanto fría y muy seria, lo que viendo la película finalizada, resulta casi extraño, con las actuaciones de otras luminarias de la serie B mexicana: Federico Curiel, Germán Robles, Ariadna Welter... Casi todos en pequeños papeles. Solo dos parejas, la formada por Rubén Rojo y Ana María Gallardo por un lado y David Silva y Federico Curiel (en un papel deliciosamente cómico, para mí el mejor de la película), hacen sombra a Salazar en esta película.
El guion del ya nombrado Federico Curiel, Adolfo Gómez Portillo y Antonio Orellana es ¨rápido y furioso¨, propio de los cómics de media peseta/centavo: los diálogos son escuetos, el ritmo narrativo, altísimo, y ese delicioso humor negro y verbal mexicano está presente.
El aspecto técnico de esta película es... Bueno... Malo. Los FX y los decorados son míticamente nefastos, redondeando el extravagante guion, en especial la forma monstruosa de Vitelius, que es... Muy monstruosa.
Divertidísima e inclasificable película con un encanto enorme: la acción trepidante de cómic de quiosco y el abismal aspecto técnico forman un producto de pura evasión, mucho más grato de ver que algunas superproducciones de carácter trascendente y FX alucinantes. Véase con mente abierta, ganas de pasar un buen rato y muchas cervezas.
Aceptable pelicula Mexicana.A destacar el baron cuando se trasforma en una especie de demonio(vaya traje mas malo que utilizo),con una lengua de plastico del todo a cien,que cuando la saca extrae el cerebro de sus victimas.Destacare tambien cuando hipnotiza al tal Pantoja y a otro mas,las caras que se les quedan una vez hipnotizados,a punto de salirseles la carcajada,de autentica traca.La peli no es mala,pero si esta mal hecha
Una película bastante rara y original, con un monstruo bastante gracioso y bastantes muertes (aunque todas sean parecidas). La historia tiene bastantes inconcluencias, pero se para un rato agradable viéndola. El efecto ¨intermitente¨ de la cara del tio cuando hipnotiza da pena xD. Y atención al final, que la policía va a la comisaría a armarse para detener a un supuesto asesino en serie, y aparecen con... !!lanzallamas!! toma ya xD
Una historia de venganza un tanto mistica mas ke terrorifica, despeus de ver El Vampiro de Fernando mendez... y nome desepsiono del todo buena peli considerada de culto en mexico...
SPOILER cabe destacar la escena donde el Baron tiene cerebros humanos en un recipiente ke insita aser de oro FIN SPOILER
Aceptable pelicula, muy al estilo de "El Vampiro", el actor Abel Salazar era un clasico en este tipo de peliculas.
Críticas: 9
DE NIRO
6
Muy buena cinta de suspenso y terror mexicano, salvando las distancias en cuanto a escenarios y efectos ya que es de la década de los sesentas todo en ella tiene muy buena calidad, comienza con un juicio en la santa inquisición donde el protagonista es quemado en la hoguera, jura tomar venganza y regresar en 300 años para matar a los descendientes de los inquisidores, uno a uno los ejecuta con su lengua que clava tener la parte de atrás del cráneo, se convierte en un bicharraco horrendo muy parecido a* la mosca de cronemberg* , me encantaron las actuaciones y sobretodo la banda sonora que acompaña cada escena, una joya para volver a disfrutar.
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