Ver el nombre ¨Cecci Gori¨ en los créditos de cualquier peli es señal de incerteza. Tanto podemos ver una muy buena película como un bodrio. Eso sí, siempre con un aspecto técnico lo más cuidado posible.

Comedieta italiana dirigida por Steno, cuya peli más famosa es ¨Banana Joe¨ (eh, a mí me gusta, que quede clarinete), con un Christopher Lee hace uno de los muchos papeles autoparódicos de su larga carrera - la primera vez, si no me equivoco - esta vez como un vampiro que, al no ser familiar con los procedimientos adminstrativos comunes, la burocracia, el derecho a la vivienda y los desnonamentos por razón de obras públicas de importancia mayor debe huir corriendo de su castillo en los alrededores de Frankfurt antes de que lo vuelen por los aires para construir una central nuclear (y es que por mucho poder que tenga, no creo que un vampiro sobreviva a que le vuelen el culo con TNT). Lee está cómodo en su papel, usa su propia voz (con reverb) y habla italiano con fluidez (cabe recordar que desciende de nobles de aquel país), y está más caracterizado que en sus anteriores apariciones como vampiro (piel más pálida que en las pelis de Drácula de la Hammer, orejas de punta rollo vulcaniano).

Pero Lee es un elemento menor en esta película, donde las verdaderas estrellas son el cómico Renato Rascel (un tipo con cierto aire al popular años ha Torrebruno) y la bellísima estrella croata Sylvia Koscina. Rascel hace del desdichado sobrino de Lee, un hombre normal, bajito, de pocas luces y sin un duro. un conde que se ve obligado a trabajar de botones en el hotel que han puesto en el que era su castillo familiar... Vampiros sueltos en un hotel lleno de tías buenas.

Rodada en preciosos pasisajes costeros en Génova y sus alrededores, es una película bonita de ver con una buena fotografía en color y banda sonora pop, pero sin grandes alicientes más. Solo es una comedieta de enredo simpatiquilla que dista mucho de las grandes comedias italianas de la época.

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