La Hammer va a Francia (y engancha a Stefanie Powers).
Estamos ante una cinta de terror psicológico, no muy conocida, producida por la Hammer, que para finales de los 60s ya tenía una larga experiencia rodando filmes de este género, y que daban variedad a su catálogo de películas de monstruos y vampiros.
Los ingleses se habían vuelto expertos en thrillers psicológicos y películas de suspense, y no andaban con timideces a la hora de rodar escenas de erotismo, drogas y violencia, que son la sal de este film con locaciones en la campiña Francesa y dirigido por Alan Gibson, que venía de rodar “Goodbye Gemini” y que luego dirigiría “Dracula A.D.1972” y “The Satanic Rites of Dracula”. Otro punto a favor del film es la presencia de una joven Stefanie Powers y de James Olson, cuya fuerza interpretativa le da vigor a la trama.
La película es interesante y merece la pena, sobre todo si eres aficionado al thriller y el terror psicológico inglés.
Parece mas una peli del maestro Hitchcock que de la productora Hammer. El film transcurre practicamente en su totalidad en la lujosa mansion. Es de esas pelis que sin ser nada del otro mundo si que consigue engancharte desde casi su comienzo y te vas metiendo de lleno en ella cada vez mas y mas. El giro de tuerca que da a 10 minutos de su final, no es que me decepcionara, pero me lo esperaba. No fue en absoluto un factor sorpresa para mi. James Olson simplemente esta espectacular. El solo lleva gran parte del peso del film. Como he dicho antes, no la considero nada del otro jueves. Pero tiene ese magnetismo que solo las pelis de este tipo consiguen trasmitir
Película de suspense (que no de terror) de la factoría Hammer y cuya gran curiosidad, es que la acción se desarrolla en una casona de campo...en la campiña francesa. Sin grandes sobresaltos, ni muertes, ni escenas impactantes, es una de esas películas que utilizan la intriga para que el espectador intente desentrañar la clave de la historia. Buenas interpretaciones y mejor guión - no me canso de insistir en ello - en una de esas películas, que ya solo por el factor sorpresa final, merecen el aprobado.
Una película de terror psicológico que se encuadra en el ciclo de este género que produjo la Hammer en los años 60 y principios de los 70. Sin embargo, esta es una cinta que difiere de otros títulos del mismo estilo (¨Paranoiac¨, ¨Nightmare¨, ¨Hysteria¨...) ya que incluye elementos no muy habituales en las produciones Hammer de esos años, como son el sexo o las drogas. Tampoco es un film demasiado atmósferico o siniestro (la fotografía es muy luminosa y abundan las secuencias a plena luz del día). Eso sí, el guión, originalmente de Alfred Shaughnessy pero luego reescrito por Jimmy Sangster, es muy arquetípico y tiene las caracteristicas habituales de este tipo de historias, incluido el giro final. Las interpretaciones son muy correctas y la dirección de Alan Gibson (Goodbye Gemini) bastante competente.
Muy recomendable para cualquier aficionado al cine de terror psicológico clásico.
Críticas: 5
TANO
5
Posíblemente la película más floja de la Hammer que he visto, con bastante intriga pero con una historia que no consigue enganchar totalmente, donde el interés recae en la parte final, para el cual te han preparado solo en sueños, sin dar ninguna otra pista, lo cual no tiene mucha lógica...
Esta película, en vez de tirar por tintes sobrenaturales como la gran mayoría de la productora, juega un poco con el terror psicológico y la locura, pero sin logran un ambiente eficiente para ello.
Se deja ver, pero a mí personalmente no me ha parecido ninguna maravilla.
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