Habra que preguntarse si David Cronenberg vio esta producción del afamado William castle y lo tomo como una influencia por que ves toda la pelicula y se te viene el body horror de Cronenberg. Aunque es sencilla y va al punto sin relleno ni nada es una obra a rescatar con un Vincent Price en su linea de sobreactuación pero que le da al personaje forense mas curioso que ser un mad doctor. Gran pelicula inquietante y el bichejo a lo cronenberg y Del Toro
Al inicio de la película, un inquietante William Castle aparece para advertirnos que reprimir el miedo podría acarrearnos graves consecuencias, y que gritar podría salvarnos la vida.
William Castle era un experto en crear ingeniosas campañas publicitarias para atraer al público a las salas de cine. Aquí no fue la excepción, logrando la atención hasta del propio Alfred Hitchcock, a quien le encantó la película.
La trama es divertida y bizarra, casi a partes iguales, lo que la vuelve doblemente disfrutable. Vincet Price es un doctor más interesado en la ciencia que en atender a su esposa, dedicado a experimentar con las consecuencias físicas del miedo, que al parecer dan vida a un extraño ser en forma de ciempiés que nace en nuestra columna vertebral. Price consume LSD (!), hay una señora muda acosada por seres de pesadilla (luego de ser drogada por Price), hay una escena (muy bien lograda) que combina blanco y negro con color rojo sangre, todos los personajes son sobreactuados, y hay una escena mítica en que Price advierte a los espectadores que si tienen miedo griten…momento que era utilizado para prender los “Perceptos”, unos dispositivos ubicados en las butacas de la sala de cine, y que daban pequeñas descargas eléctricas a los espectadores, un truco que logró un gran impacto.
Como vemos, todo en esta película es de lo más delirante y camp. Y justo por todo eso, es un clásico absoluto que vale la pena recordar.
Discreto film de terror científico, dirigido por William Castle y protagonizada por el gran Vincent Price.
El médico forense Warren Chapin descubre un organismo que el cuerpo crea cuando una persona cae presa de un miedo extremo, y que es capaz de quebrarle la columna vertebral, a menos que grite. La particular situación de la esposa sordamuda del dueño de un teatro, le ofrecerá la oportunidad de estudiar qué sucede cuando la víctima no puede gritar.
Aprovechando el éxito comercial y de crítica de “House on the Haunted Hill” (1959), William Castle se embarcará en una tercera colaboración con el novelista y guionista Robb White, a partir de una ridícula historia de terror científico, en el que un médico forense encuentra un extraño parásito que se alimenta del miedo crónico de la gente, y que sólo puede controlado gritando aparatosamente. Una premisa absurda que encontrará apenas sustento y funcionalidad gracias a su particular y bizarra forma de presentar el film a sus espectadores, apelando a triquiñuelas como esqueletos volantes de plástico, seguros de vida gratuitos y otros trucos publicitarios, en este caso a la supuesta presencia del párasito en la mismísima sala de proyección, en un inteligente -hay que decirlo- recurso metadiscursivo, es decir, la película fuera de la película.
El problema de “The Tingler” (1959) es que no tiene la más mínima seriedad de “Macabre” (1958) y “House on the Haunted House” (1959), que a todas luces son mejores películas, siendo ésta última tan inteligente como sarcástica e irónica. Y es que a pesar de que se le puede reconocer a Castle la decisión de explorar otros temas, sabiendo que sus películas explotan generalmente tramas policíacas y de misterio que términas con sus personajes traicionándose, “The Tingler” (1959) es, en la práctica, una película mala y torpe, en la que el primer pensamiento que le vendrá al espectador es si el film tiene por intención ser una comedia satírica o de plano es una comedia involuntaria. Pero después de intentar buscar los elementos satíricos y no hallarlos, la sensación final es que la trama del bicho que acosa a quienes tienen miedo hasta matarlos, fue sencillamente una “idea original” para el futuro director de “I saw what you did” (1965).
Y atención, que cualquier intento de “seriedad” de White y Castle en la trama no logra prender, como el incluir la primera referencia a LSD en la historia del cine estadounidense y esbozar ideas sobre las parejas disfuncionales, pero de que están ahí, están. En concreto, White había consumido LSD en la UCLA después de oír los comentarios del legendario novelista Aldous Huxley, y lo relacionará con la manía de Chapin de buscar y explorar estados fisioemocionales que le permitan continuar con sus experimentos. Por lo demás, Castle alcanza a postular la manía de Chapin de aislarse de su mujer y privilegiar su trabajo científico, así como la búsqueda de Isabela de amantes, y también la preferencia de Higgins por el bar y su mujer sordomuda guardando dinero y trabajando sin parar, como manifestaciones de infelicidad marital.
Un siempre digno Vincent Price, a pesar de la mala calidad de la historia, se pasará toda la película buscando la forma de encontrar, controlar y destruir a este parásito, en la que no se le ocurrirá nada mejor que estudiar el fenómeno potencialmente en la esposa sordamuda de un empresario teatral, que tiene episodios de miedo en los que parece quedar a merced de la muerte, y en donde se insinúa que su personaje podría planear asesinarla y experimentar con su cadáver. En su lugar, la trama termina por poner de asesino al esposo que quiere huir con el dinero de la venta de boletos del teatro, sin motivo aparente más que estar cansado de su esposa sordomuda. Lo rídículo de todo esto es que el Dr. Chapin, a pesar de amenazar a Ollie Higgins de acusarlo a las autoridades, nunca estará en peligro de muerte ante el asesino.
De hecho, estará más en “peligro” por la manía de su esposa de querer deshacerse de él, como cuando libera al parásito después de narcotizar a Chapin para que el bicho acabe con él. Así, con rebuscadas vueltas de guión para poner el parásito como tema central del film, en donde tenemos a Chapin extrayendo el bicho en dos minutos de la espalda de las víctimas, sin sangre y sin cerrar los profundos cortes que se supone realiza para extirparlo, y lo que es peor “regresando” el engendro a los cadáveres para ver si así muere, la película se superará a sí misma con la presentación del mismo bicho en pantalla, que es un impresentable gusano que más parece costillar de cerdo listo para la parrilla o langosta marina.
Además de Vincent Price, las actuaciones más aceptables las entregarán las actrices Judith Evelyn (“Gigante”, 1952) y Patricia Cutts (“Private Road”, 1971), quiene interpretan a la esposa sordamuda de Higgins y a la esposa beligerante de Chapin, respectivamente. Cada una, en sus respectivos roles de esposa, muestran a dos mujeres con caracteres distintos, la primera sumisa, aunque cansada a su marido, y la segunda supuestamente dada a los amantes y a pelear mucho con el esposo forense. Pamela Lincoln queda notoriamente en desventaja ante ellas, con un personaje sin trascendencia.
Las actuaciones del reparto masculino, a excepción de Price, son mediocres y muy planas, en donde encontramos a Darryl Hickman (“The strange love of Martha Ivers”, 1946) como Dave Morris, ayudante de Chapin, y Philip Coolidge (“North by Northwest”, 1959) como Ollie Higgins, que tiene motivos más mundanos para acabar con su esposa.
Como ya mencioné, Castle recurría a trucos mecánicos y de utilería para asustar al pública en el teatro durante la proyección de sus películas, y en el caso de “The Tingler” (1959) llegaría más lejos al introducir lo que él llamó “Percepto”, que se traducía en pequeñas descargas eléctricas que hacían saltar a los espectadores de sus asientos, haciendo que el terror que veían en pantalla se materializará entre medio de las mismas butacas. Un método que, sin duda, funcionó en aquellos tiempos, y reforzó decididamente los esfuerzos de Castle desde el inicio del film, con el repetido recurso de “amenazar” al público en la introducción.
En resumen, una película muy discreta, más bien mediocre, que el tiempo ha tratado bastante mal, y que se encuentra entre los films menos logrados de William Castle y el gran Vincent Price. Como bizarrada de los 50s podría merecer ser vista, pero nada más. La evalúo con un 4.5.
Bueno para empezar les debo decir que estaba muy entusiasmado por ver esta película, se veía muy intrigante y prometía ser buena, pero amigos sinceramente es lamentable lo que han hecho aquí, el intento de “terror” fue horrendo, pero una cosa si debo decir, me he cagado de la risa con muchas escenas.
Vamos que la historia es un disparate, un gusano que se aloja en la espina dorsal y se alimenta del miedo de las personas, cuando la persona se aterra el “huésped” prensa la columna haciendo que esta sienta un hormigueo que le provocara gritar, ya que según el propio director William Castle, la única forma de liberarse del dolor es gritando.
Esta película difícilmente puede ser tomada en serio, Vincent Price estuvo completamente sobre actuado, resaltando la escena en la que supuestamente esta alucinando, y cuando el gusano lo intenta ahorcar, horrible, y conste no fue solo Price quien estuvo sobre actuado, yo diría que nadie del elenco se salva.
El film es considerado un clásico “camp”, debido a sus ridículas escenas, que más que provocar terror daban era risa, empezando desde el mismísimo comienzo cuando Castle se dirige al público diciendo unas palabras, comentándoles sobre su truco en la sala, iba a usar otro de sus “gimmicks”, en esta ocasión era Percepto!, y luego dice que cuando tengan miedo, mucho miedo, griten, griten con todas sus fuerzas, esto ocurrió al final cuando el gusano cae en la sala de cine.
En fin historia disparatada, la simbolización del miedo a través de un gusano parasito fue algo bastante poco original, pudieron haberse ideado algo más ingenioso como un extraterrestre, Vincent Price lo hace patético como el Dr.Chapin, la sobre actuación recayó a nivel universal no solo a él, sino a todo el elenco, patéticos efectos, hablo por el muñeco de plástico, al que se le ven los cables de títere, nada recomendable al menos que quieras ver un disparate sin pies ni cabeza y un producto enteramente comercial.
Castle se consideraba el maestro del terror, copiándole el título a Hitchcock, se caracterizaba por sus gimmicks, que servían para atraer audiencias, esta fue una de las cosas por las cuales se le recuerda, más no por ser un buen director.
Si no la tomas en serio estoy seguro que te gustara.
Mi puntuación 6/10
De todas las producciones de William Castle, esta sea quizá la más curiosa. Su primer trabajo con una “major” (Columbia, con la que trabajaría unos cuantos años), fue un proyecto – como dicen por aquí – hecho para ser visto solo en cine. Para vivir el estrambótico experimento del “PERCEPTO!!!” - que un compañero ha explicado bien y brevemente en “curiosidades” -.
Es una película con una premisa original: dentro de nosotros, en la médula espinal vive un parásito (nada menos que una especie de mezcla entre cortapichas y batracio de medio metro, hoyga husté. Es para verlo) que se alimenta de nuestro miedo, y que nos puede eliminar si no gritamos. Tal criatura es investigada por el antihéroe interpretado por Vincent Price, en un papel que responde al mismo perfil que su personaje de “La casa encantada de la colina”: no es una mala persona [muy] en el fondo pero tampoco es que tenga muchos escrúpulos en hacer sufrir a la gente inocente, dentro y fuera de la pantalla. Porque, sí, esta película se concibió como una experiencia interactiva basada en el grito, que rasga por completo el cuarto muro para implicar a los espectadores (salió tan bien que Castle siguió usando este recurso, pero no tan exageradamente como aquí).
La verdad es que no tiene nada de especial, pero contiene auténticos momentazos: el inicio, que es una frikinautada de cuidado, un tripi de LSD (desafiando a la censura), una escena que combina blanco y negro con color (un truco bastante ingenioso, dicho sea de paso; si los FX del monstruo son cuanto menos flojos, esa escena lo compensa, aunque el ya se había usado en otra peli; una muuuuyyyyy famosa) o el momento “PERCEPTO!!!”. Es una peli donde las partes devoran al todo.
Más allá de como experiencia curiosa, la película no tiene nada de especial, pero la protagoniza un Vincent Price que como casi siempre está en estado de gracia y es tremendamente entretenida. De hecho es asidua en las listas de las bizarradas cinematográficas más malas y divertidas de todos los tiempos. Verla en cine debió ser un despiporre.
pelicula que para los 50s seguramente dio que hablar, especialmente por que esta dirigida al publico del cine y ademas complementaba su visionado con sillas que daban toques electricos a los espectadores y cortes de luces, incluso hasta cuando el bicho anda por el cine seguramente en las salas mas de uno miro debajo de sus asientos.
bueno si consideramos todo esto y su epoca la pelicula suena interesante, ahora si analizamos su trama a pesar de estar bien y tener su toque serio, se pierde toda la seriedad y el hilo de la trama cuando aparece este monstruito tan gracioso... sisi yo entiendo que la gente de los 50s le tendria pavor pero hasta ese momento antes que apareciera venia muy bien y al echarle la culpa a un ser biologico que vive en nuestro interior perdio toda credibilidad a mi parecer.
vincent price como siempre espectacular en su papel.
luego otras cosas que note como demas fueron la situacion con su mujer o el asistente con la hermana de la mujer, me parecio inesecesario todo eso.
y lo que no me gusto mucho fue el final, demasiado apresurado para mi gusto
La película fue hecha para ser disfrutada en cines, ya que en ellos se colocaron butacas que producían pequeñas decarags eléctricas en los espectadores del momento, que creían ser víctimas del escalofrío ellos mismos. Por tanto, su visionado actual en una pequeña pantalla, no produce ni de lejos la impresión que causo en su momento. De todos modos no estamos hablando de una mala película ni mucho menos. La interpretación de Vicent Price como siempre es magnífica, y hay unas cuantas escenas muy interesantes. Merece la pena verla, aunque sea una vez.
Divertida apuesta, que en 1959 pretendía hacer participar a la audiencia de la sala de cine, al simular el ataque de ¨the tingler¨ al espectador, apagando la luz, creando inquietud y haciendote creer que el dichoso bicho se arrastraba por entre tus pies, y que la unica solucion para defenderte es gritar con todas tus fuerzas.
Y realmente logra cierta inquietud a pesar de sus años. Y es que esta técnica logra un acercamiento a tus miedos internos.
Hay escenas en donde el rojo de la sangre está añadido, no sé si será un retoque moderno, o como en ciertas peliculas de animacion de la época, los colores se añadieron pintando directamente el negativo cuadro a cuadro.
Vincent Price, sólido e inquietante como siempre. La película trata de un cientifico que descubre que cuando alguien sufre un terror extremo, no liberado, se crea en su medula espinal una criatura alargada, fuerte e indestructible, que una vez liberada... Solo te queda gritar!!!
pelicula de willian castle director conocido en el genero con un buen reparto y un siempre efectivo vincent price en el papel de un medico experimentando para conocer el escalofrio que se siente en la espalda cuando sentimos miedo,la historia no esta mal y tampoco esta mal representada,en cuanto al bichejo que sale de la espalda y que es llamado escalofrio para el año en la que data esta pelicula tampoco esta mal hecho pero no deja de ser un guiñol,la pelicula contiene algunas secuencias que no estan mal como cuando gritan todos al unisono en el cine para salvar la vida,en fin un titulo de willian castle y el siempre eficiente vincent price que no esta mal como referencia en el genero del terror,sobre todo teniendo en cuenta en la epoca que data esta cinta
Un film con buenas bases, gracias a un buen elenco de actores (sobre todo Vicent Price), a una buena ambientacion en blanco y negro, y a una trama por lo menos interesante. El fallo que yo le veo es la forma con que se quiere representar al miedo, de una forma animal o de un bicho que sale de la columna vertebral de las personas, algo que no me convenció en ningun momento. Esa es la forma con que se quiere representar al escalofrio que sentimos, a causa del terror sufrido. En fin, una pelicula que no volveria a ver, no porque sea mala, mas bien poco convincente, porque si no fuera por algunas escenas un tanto peculiares y bien traidas, esta pelicula no mereceria la pena ni ser visionada. Un 5.
Una historia auténtica y un argumento, realmente original (el escalofrío, que proporciona el miedo, de una manera física, en este caso a modo de gusano, y la manera de eliminarlo, mediante el grito), del genial director, William Castle. Vicent Price, como siempre, soberbio y la colaboración indirecta de los espectadores, en una película, que en su día y visionada en los cines, debió de causar verdadero impacto. ¨Terror-científico-fantástico¨, con un final un tanto incoherente, eso si. Parece ser que habrá remake y la cosa promete.
Buen papel de Price en una pelicula convincente en su mayor parte y que deja al espectador la libre interpretacion de si es correcta o no la representacion del escalofrio en un ser fisico.
Toda la intrahistoria esta muy bien hecha y hasta la escena del cine. Lo que debilita la pelicula es que basar el escalofrio en un animal es un recurso facil y eso hace que la pelicula no sea completa.
En todo caso una pelicula interesanta con un Vincent Price en un registro distinto de sus papeles maquiavelicos de tantas otras peliculas suyas.
Un film con buenas bases, gracias a un buen elenco de actores (sobre todo Vicent Price), a una buena ambientacion en blanco y negro, y a una trama por lo menos interesante. El fallo que yo le veo es la forma con que se quiere representar al miedo, de una forma animal o de un bicho que sale de la columna vertebral de las personas, algo que no me convenció en ningun momento. Esa es la forma con que se quiere representar al escalofrio que sentimos, a causa del terror sufrido. En fin, una pelicula que no volveria a ver, no porque sea mala, mas bien poco convincente, porque si no fuera por algunas escenas un tanto peculiares y bien traidas, esta pelicula no mereceria la pena ni ser visionada. Un 5.
Es una excelente película de William Castle , además de un genio de Vincent Price . La idea terrorífica es muy buena , tiene escenas espectaculares como la del cine , una increíble presentación , y el toque de Price , siempre terrorífico a su forma . No hay dudas que es una muy buena película ... más un buen director y un buen actor , el resultado es genial .
it's fantastic!, una pelicula hecha para el cine, pero s epuede ver de cualquier forma, le protagonismo de vincent price muy bueno, el monstruito muy bien hecho para ser del año 1959, los toquecillos de los gritos, gritaban todo el tiempoi jaja!, una pelicula espectacular.
Vaya, una inesperada película de cine experimental, que mezcla el típico cine de monstruos de estos tiempos con algo más, que nosotros no podemos disfrutar pero quien la vio en cine en su momento sí: la butacas daban pequeños corrientazos, y la película en algunas escenas invita al espectador a gritar para salvarse del mnonstruito... jajaja que paranoia!!! Es bastante interesante, el toquecillo de color en la escena de la pesadilla mola, el que todo el mundo sea malvado mola xDD y el monstruo es collejo.
Aceptable y antigua pelicula que le pondria mas nota si no fuera tan pesada y lenta ya que la historia es buena y tiene un buen desarrollo
es lenta,pero curiosa y con un encanto muy particular.Es cierto,hay que verla con paciencia y segurila hasta el final,para descubrir una de las historias mas bizarras llevadas al cine.La secuencia de la pesadilla es ultrabarata pero muy interesante,con el uso del color para destacar la sangre que sale del grifo.No es para todos los gustos,pero es de obligada revisión para el que le interese la historia del cine de terror en general.
Críticas: 19
ivankiller
8
Tenía muchas ganas de ver esta película por tres razones:
A) La canción ¨Scream¨ de los Misfits noventeros parece hacer referencia a ella.
B) William Castle
C) Vincent Price
Aunque mis experiencias anteriores con Castle me hicieron pensar de él como un estafador que reemplazó el talento por trucos en los cines, me divertí mucho viendo esta peli.
Cuando el guión es pobre, ya sea intencionalmente o no, su encanto es lo que decidirá si tendras una experiencia divertida o una que te hace agarrarte la cabeza, girar los ojos y suspirar.
¨The Tingler¨ es una película cursi y consciente de sí misma que es impresionante en su ridículo ingenio y efectiva en su ejecución, excusándose por cualquier deficiencia que tenga la trama. Castle suele hacer películas cuyo único propósito es entretener; en este caso, también dirigió una película memorable.
Gran parte del crédito por la efectividad de la película también debe ir a Vincent Price, quien ofrece otra excelente actuación y esta muchísimo tiempo en pantalla
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