Dos de los hermanos Valdés, Germán ¨Tin Tán¨ y Manuel ¨Loco¨, hacen, pues eso, de locos, lo que les da oportunidad de dar rienda suelta a sus habilidades parodiando los clásicos del terror.

El argumento de la peli es simple: un tipo que se llama Pacífico Otero (Tin Tán) se hace pasar por loco (o acaso se está flipando de verdad) e ingresa en un psiquiátrico para huir de su suegra haciendo como que se cree Tarzán. Su psiquiatra, el Dr. Lucas (el Loco) esta tocado del ala, pero es inofensivo y se hacen amigos. Pero resulta que los dos doctores serios que hay en el centro son científicos chiflados que no dudan en asesinar a los internos en la búsqueda de un sistema para alargar la vida de las células nerviosas... Y han elegido a los amiguetes como conejillos de indias.

Los hermanos Valdés hacen todo tipo de slapstick, a veces con más gracia, a veces con menos, cantan en exceso y parecen pasarlo bien haciendo sus rutinas. Sonia Furió y Verónica Loyo se dedican a dar la réplica femenina y poco más, y Andrés Soler - cuya relajada actuación se convierte en eso que los yanquis llaman ¨narm charm¨ hacia el final. Grandes momentos de ciantífico loco - y David Silva (el primer Huracán Ramírez, al menos en las escenas en que salía desenmascarado) son los villanos, que son dos auténticos psicóticos. Lo mejor del reparto es sin duda Consuelo Guerrero de Luna como el arquetipo de suegra maléfica de tebeo. Borda el papel, lo digo muy en serio.

El guion es una sucesión de gags más o menos afortunados unidos por una trama bastante floja y confusa. El ritmo es muy rápido, y solo las canciones paran la acción: parece que se quiera imitar la estructura de una peli de los Marx. Las guapas actrices, por desgracia, cumplen una función meramente decorativa.

Técnicamente es una peli simplísima, pero una escena en que un cadáver se va descomponiendo ante la cámara funciona bastante bien pese a notarse que es solo un muñeco de cera bajo una fuente de calor. Por contra máscaras de papier-maché que llevan los monstruos son bastante malas, y encima uno de ellos es una araña de peluche que resulta incluso mona. Y lo de Tin Tan ¨convertido en esqueleto¨... Eso ya es lamentable, lo siento, pero da mucha risa. La música, bastante bien, en especial la de acompañamiento.

Pasable comedieta de los Valdés con algunos momentos divertidos voluntarios y otros involuntarios (o quizá no. Esos FX...) y alguno que da algo de yuyu, pero muy poco.

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