La fuente de los deseos es una comedia romántica navideña basada en una novela de
Jill Shalvis, muy alejada del tono blanco habitual de Hallmark o Lifetime. Aquí el romance es el centro absoluto de la historia, con un enfoque más adulto, más físico y menos edulcorado.
La película sigue a
Willa Davis, dueña de una tienda de mascotas en San Francisco, que se reencuentra con
Keane, el chico del que estuvo enamorada en el instituto… y que la dejó plantada en su único baile. Diez años después, el destino (y un gato bastante problemático) los vuelve a juntar.
¿De qué va la película?
El reencuentro reabre viejas heridas, pero también una atracción que nunca llegó a apagarse. Willa arrastra un pasado que la ha llevado a desconfiar del amor, mientras que Keane vive anclado al presente, evitando cualquier compromiso a largo plazo.
Entre miradas, silencios y una química evidente, ambos tendrán que decidir si el pasado pesa más que la posibilidad de empezar de nuevo… o si esta vez merece la pena arriesgarse.
Lo mejor
- Química muy marcada entre los protagonistas
- Tono más adulto que el romance navideño habitual
- Ritmo ágil y escenas íntimas poco habituales en este tipo de películas
- Willa, una protagonista con trasfondo y evolución clara
Lo peor
- Trama sencilla y con pocos conflictos reales
- Poco desarrollo de personajes secundarios
- Puede decepcionar a quienes hayan leído los libros
- Más romance que historia
Conclusión
La fuente de los deseos es una película romántica navideña pensada para un público adulto, con menos azúcar y más piel que la media del género. No destaca por su guion ni por su complejidad narrativa, pero sí por una química intensa y un enfoque menos convencional.
Ideal para quien busque una historia romántica directa, con escenas subidas de tono y sin la inocencia típica del cine navideño televisivo. Para fans de Jill Shalvis o del romance adulto, cumple. Para el resto, puede quedarse corta.
JustWatch
¿Dónde verla online?