Drama francés, madre coraje, niño en coma y viajes por medio mundo para cumplir una lista de deseos. Sobre el papel suena a telefilme de sobremesa, pero
La habitación de las maravillas juega una carta importante: el carisma de Alexandra Lamy y un tono luminoso que apuesta siempre por la esperanza, incluso cuando todo invita a lo contrario.
En Antena 3 la vas a ver doblada, con anuncios y probablemente en horario de sofá/tarde-noche. La pregunta es clara: ¿vale la pena reservarle casi dos horas sabiendo que te van a tocar todas las teclas emocionales?
¿De qué va… y qué tipo de drama es?
Thelma es una madre sola, siempre corriendo entre trabajo y casa, que ve cómo su vida salta por los aires cuando su hijo Louis, de 12 años, queda en coma tras un atropello. Los médicos son pesimistas, pero ella se agarra a un hallazgo: un cuaderno donde el niño ha escrito “10 cosas que hacer antes del fin del mundo”.
En lugar de quedarse paralizada junto a la cama del hospital, decide cumplir ella misma cada uno de esos deseos: viajar a Tokio para conseguir un autógrafo de su mangaka favorito, nadar con ballenas en Portugal, ir a un festival de colores, probar el skate… y grabarlo todo para enseñárselo a Louis, como si cada vídeo fuera una cuerda lanzada para traerlo de vuelta.
La película funciona como mezcla de:
- Drama hospitalario (el niño en coma, la incertidumbre, el día a día en la planta)
- Road movie emocional con viajes a Japón, Escocia o Portugal
- Relato de superación en el que la madre también redescubre quién era antes de vivir en piloto automático
Si te gustan las historias de “lista de deseos” tipo Antes de morir o Ahora o nunca, pero con enfoque más familiar y optimista, va muy por ahí.
Lo mejor: una protagonista que sostiene la película
Aquí no hay giro sorpresa ni gran revelación final: el peso está en
cómo se cuenta y en quién lo sostiene. Y ahí:
- Alexandra Lamy se come la película: hace creíble algo que, contado en frío, sonaría a cuento imposible. Pasa de madre hiperactiva a mujer rota y de ahí a aventurera improvisada sin perder naturalidad.
- El film tiene momentos visualmente muy bonitos: la inmersión con ballenas, los paisajes costeros, el contraste entre el caos luminoso de Tokio y la quietud del hospital.
- Maneja un tono esperanzador sin abusar de la lágrima fácil: te puede emocionar en un par de escenas sin martillear con la música ni discursos grandilocuentes.
- Hay un retrato interesante de la red femenina que rodea a Thelma: la abuela, la enfermera, la buzo, la chica del hospital… mujeres que se apoyan entre sí y sostienen la historia sin necesidad de grandes discursos.
Para el público típico de Antena 3 (fans de los dramas familiares “bonitos” y optimistas) entra como un guante.
Lo que puede echarte para atrás
No todo el mundo va a entrar igual de bien en este tipo de propuesta, y conviene avisar:
- La historia es muy previsible: se ve venir por dónde irá desde los primeros minutos. No es una película de sorpresas, sino de emociones.
- Hay situaciones poco verosímiles: facilidad para viajar, conseguir cosas complicadísimas o que todo encaje justo cuando toca. Si eres de los que se fija mucho en la lógica, te chirriará.
- Por momentos puede resultar demasiado azucarada, sobre todo si no conectas con el tono feel-good o desconfías de los mensajes tan claros de “vive el momento” y “cree siempre”.
- El tramo final es algo precipitado y embarullado: quiere cerrar muchas cosas a la vez y no todas tienen el mismo peso.
Si esperas un drama duro, más cercano a la realidad hospitalaria sin filtros, no es esa liga: juega en el terreno del consuelo y la fábula emocional.
¿Encaja como peli de Antena 3?
Vista en abierto, con anuncios y posiblemente doblada,
La habitación de las maravillas tiene varias cosas a favor:
- Ritmo relativamente ágil, con viajes y “misiones” que hacen que el tiempo entre bloques de publicidad no pese tanto.
- Un mensaje muy apto para todos los públicos: amor de madre, ganas de vivir, apoyarse en los demás.
- Escenas vistosas que funcionan bien aunque llegues a medias o te levantes a por la cena.
No es una cinta para verlo con el cinéfilo más cínico de la casa, pero sí para compartir en familia o en pareja si te apetece algo que te deje el cuerpo un poco más ligero.
Conclusión: ¿merece la pena verla en Antena 3?
Depende mucho de lo que vayas buscando:
- SÍ merece la pena si te gustan los dramas emocionales pero luminosos, no te importa que la historia sea predecible y valoras más el viaje emocional que la lógica estricta.
- Te va a resultar floja si huyes del tono meloso, te molestan las facilidades de guion o necesitas que todo sea realista al milímetro.
Como propuesta de Antena 3, cumple: drama lacrimógeno pero amable, una protagonista potente y un mensaje muy claro de “agarra la vida mientras puedas”. No es una maravilla en sí misma, pero sí una de esas películas que, si te pilla con el día tonto, puede regalarte un nudo en la garganta y alguna que otra sonrisa.
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