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Viviendo en el Engaño" (2019,
Erasing his Past) es uno de esos thrillers made in Lifetime que prometen suspense doméstico, secretos oscuros y giros inquietantes… pero que se quedan muy lejos de cumplir con lo que anuncian. La historia de una mujer que descubre que su marido no era quien decía ser podía haber dado para un relato tenso y perturbador, pero el resultado final es más cercano a un telefilme caótico y torpe que a un thriller eficaz.
Desde sus primeros minutos, la película deja claro que no juega a favor del espectador. Los diálogos son forzados, las situaciones carecen de credibilidad y las decisiones de los personajes rozan lo absurdo. Karen, su protagonista, resulta excesivamente ingenua incluso para los estándares del género, mientras que David, el supuesto villano, pasa del misterio a la caricatura sin ninguna transición convincente.
Lo peor de la película
- Guion flojo y lleno de incoherencias narrativas
- Personajes poco creíbles y mal desarrollados
- Escenas que rompen la lógica interna de la historia
- Errores de continuidad constantes
- Resolución absurda que parece abrir una secuela innecesaria
Muchos espectadores coinciden en que la cinta insulta su inteligencia, con situaciones que no tienen sentido ni dentro del propio universo de la película. Desde transferencias bancarias imposibles hasta decisiones totalmente ilógicas en momentos de peligro, todo contribuye a un sentimiento constante de frustración.
¿Tiene algo salvable?
Aunque parezca difícil, sí. Para quienes disfrutan del llamado “universo Lifetime” como placer culpable, con sus historias exageradas y su tono melodramático, Viviendo en el Engaño puede llegar a funcionar como entretenimiento involuntario. Algunos momentos rozan lo surrealista, lo que la convierte casi en una comedia involuntaria.
Destaca la presencia de Mary Badham como la inolvidable “Banker Barbara”, que aporta cierto toque de personalidad a un conjunto muy irregular.
Veredicto final
No, no merece la pena si buscas un thriller sólido o mínimamente bien construido.
Sí puede interesar únicamente a quienes disfrutan de telefilmes caóticos, exagerados y absurdos como experiencia casi irónica.
Es una película que falla en todos los pilares básicos: guion, ritmo, actuación y coherencia. Su potencial como historia de engaño y manipulación queda enterrado bajo decisiones narrativas incomprensibles y un desarrollo ridículo.
Valoración final:
Un thriller que intenta ser tenso pero termina siendo una sucesión de situaciones ilógicas que generan más desconcierto que suspense. Una de las opciones más flojas dentro del catálogo de Lifetime.
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