¿Merece la pena ver Seducción Bajo el Sol en Antena 3?

"Seducción Bajo el Sol" (Pool Boy Nightmare, 2020) es uno de esos thrillers de sobremesa que parten de una situación aparentemente cotidiana —un encuentro de verano— y terminan convirtiéndose en una historia de acoso, manipulación y peligro. La película gira en torno a Gale, una madre recién divorciada que comete un error del que no podrá escapar fácilmente: involucrarse con Adam, el joven limpiador de piscinas que no acepta el rechazo.

Lo que comienza como un desliz íntimo desemboca en una amenaza directa hacia lo más importante para ella: su hija Becca.

Una historia que mezcla deseo y obsesión

El film no busca sorprender con giros inesperados, sino tensionar al espectador mostrando hasta dónde puede llegar un acosador cuando siente que ha sido humillado. Adam no solo persigue a Gale; utiliza a su hija, se infiltra en su entorno y manipula cada vínculo para desestabilizar a la familia desde dentro.

Algunas críticas han señalado lo inverosímil de la premisa, pero también reconocen algo claro: es un thriller diseñado para incomodar, no para convencer.

Lo que puede funcionar

El retrato de una obsesión juvenil que pasa de la seducción al control.
La tensión creciente en el tramo final, con escenas que mantienen el pulso.
Jessica Morris, capaz de sostener el drama incluso en momentos poco creíbles.

Lo que puede romper la experiencia

Personajes secundarios poco desarrollados y reacciones poco realistas.
Situaciones que dependen más del impulso dramático que de la lógica.
Un cierre abrupto, que deja más una sensación de alivio que de catarsis.

Entonces… ¿merece la pena?

"Seducción Bajo el Sol" no es un thriller profundo ni original, pero sí puede resultar efectivo para quienes buscan tensión emocional y conflictos familiares llevados al límite. Su historia funciona mejor cuando se observa como una advertencia: las señales de peligro están ahí, incluso cuando no queremos verlas.

No es una película para analizar, sino para sentir. Para algunos será predecible; para otros, será un recordatorio incómodo de que una mala decisión puede abrir la puerta a una auténtica pesadilla.

En definitiva, merece la pena si aceptas su lenguaje: no el de la lógica… sino el del miedo.