¿Merece la pena ver Una Asesina en mi Casa en Antena 3?

"Una asesina en mi casa" (A Killer in My Home, 2020) es uno de esos thrillers familiares que plantean una cuestión incómoda: ¿hasta dónde llega la responsabilidad hacia los secretos del pasado? La historia arranca con la muerte de un padre y un descubrimiento doloroso: tenía un hijo oculto. Lo que podría haberse convertido en un drama de reconciliación se transforma en una espiral de engaños, codicia y violencia.

Allison, la protagonista, acepta en su casa a Jenna y Joshua, la amante y el hijo de su marido fallecido. No por confianza, sino por promesa. Sin embargo, esa decisión abre la puerta a una presencia que no busca comprensión, sino venganza.

Un thriller familiar que divide al público

El público está profundamente dividido. Algunos espectadores ven en la película un drama intenso sobre la familia y el perdón. Otros, en cambio, la consideran irreal y frustrante por las decisiones de sus personajes. Las críticas más duras hablan de situaciones inverosímiles; las más positivas destacan a Joshua como figura trágica atrapada entre dos mundos.

No es una historia de misterio. Es una historia de consecuencias.

Lo que puede convencer

Un enfoque poco habitual: el hijo ilegítimo no es el villano, sino un joven confundido y manipulado.
Momentos emotivos entre Allison y Joshua, que apuntan a una posible redención.
El desenlace ofrece cierre, sin dejar interrogantes abiertos.

Lo que puede alejar al espectador

Situaciones difíciles de creer, especialmente la convivencia forzada entre viuda y amante.
Villanos planos, movidos únicamente por el dinero.
Algunos personajes actúan de forma contradictoria, restando impacto dramático.

¿Merece la pena verla?

"Una asesina en mi casa" no es un thriller para quienes buscan realismo o giros sorprendentes. Su fuerza no está en la trama, sino en lo que plantea: el peso de las promesas, la fragilidad de la confianza y el riesgo de abrir la puerta a quienes solo viven del resentimiento.

Puede resultar valiosa para quienes disfrutan de historias familiares cargadas de conflicto moral, donde el peligro no viene de desconocidos, sino de aquellos que podrían haber sido parte de la familia.

Porque, al final, no habla de asesinatos. Habla de heridas que nunca se cerraron… y de lo difícil que es hacer lo correcto cuando el pasado exige una deuda imposible.