Un reencuentro demasiado incómodo

"El Asesino de la Casa del Lago" (The Lakehouse Murders, 2022) comienza con lo que parece ser el sueño de cualquier pareja de escritores: una nueva casa junto al lago, tranquilidad y tiempo para crear. Pero cuando los nuevos vecinos resultan ser viejos conocidos, el pasado vuelve como una sombra inquietante que lo empaña todo.

Tianna Nori interpreta a Elise, autora de éxito que se instala con su marido Jack Grinhaus (Allan) en un entorno idílico. Todo cambia con la llegada de Jean-Paul Najm (Lee), su ex prometido, y su ahora esposa, Brendee Serena Green (Geena), quien además era su mejor amiga. Lo que debería ser un reencuentro civilizado pronto se convierte en una pesadilla emocional con consecuencias mortales.

Rencores, obsesiones y un cadáver inesperado

La tensión crece desde el primer brindis compartido. Geena quiere enmendar errores del pasado, pero Elise no olvida que le robó a su pareja días antes de su boda. Aunque intenta perdonarla, pronto se ve envuelta en una espiral de sucesos extraños: puertas abiertas, objetos que desaparecen y una sensación constante de que alguien la acecha.

Cuando Lee y Allan comienzan a acercarse durante una cacería, salen a la luz confesiones inesperadas. Lee admite que Geena lo manipuló con un embarazo falso y que su relación está plagada de abusos. Mientras tanto, Elise se enfrenta a Geena en el bosque, una confrontación que culmina con la aparente muerte de esta última... pero las cosas no son lo que parecen.

Final explicado de "El Asesino de la Casa del Lago"

La película concluye con un giro en plena tormenta: Geena orquesta una trampa para inculpar a Allan del asesinato, usando un martillo ensangrentado como prueba falsa. Sin embargo, Elise descubre que el verdadero peligro no ha muerto: es Lee quien, tras asesinar a Sylvia y confesar su obsesión, intenta matar a Elise en el muelle.

En una escena cargada de tensión, Elise logra empujar a Lee al agua justo cuando el sistema eléctrico se activa, electrocutándolo. El momento recuerda al castigo griego clásico, donde el asesino es víctima de su propio plan.

Del crimen al renacer creativo

El epílogo nos muestra a Allan y Elise retomando sus vidas. Compran la casa vecina —sí, la misma donde ocurrieron los crímenes— y convierten la zona en un retiro artístico. Una nueva etapa que simboliza más que perdón: es reapropiación del espacio y de la narrativa personal.

En un guiño final, Elise contrata como asistente a Sylvia, la vecina que la ayudó a descubrir la verdad. Su primer encargo: destruir el viejo muelle, ese lugar que quedó cargado de muerte y traición.

Una ironía con sabor a vino tinto

Una vecina peligrosa funciona como un thriller doméstico envenenado por los fantasmas del pasado. La película juega con las apariencias y va desvelando capa tras capa de toxicidad acumulada.

Como si mezclara los dramas maritales de *Atracción fatal* con el suspense de *La ventana indiscreta*, el filme sugiere que los verdaderos monstruos no siempre están fuera, sino en la historia compartida que nunca se cerró del todo.

¿Quién no ha tenido un reencuentro que preferiría olvidar?

Curiosidades tras la tormenta

La cinta fue rodada en localizaciones reales junto a un lago canadiense, en plena temporada de otoño, lo que refuerza esa estética fría e inestable que atraviesa la historia.

Además, el personaje de Elise está vagamente inspirado en autoras de thrillers psicológicos contemporáneos, como Gillian Flynn (*Perdida*), aunque aquí se explora un enfoque más intimista y emocional.

Si te gustó este tono de domestic noir, puede que también te interesen películas como La mujer en la ventana o La visita, donde lo familiar se convierte en amenaza.

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