El regreso de un drama excesivo

Beauty in Black (Beauty in Black, 2023) vuelve en su segunda temporada con un torbellino de giros que rozan lo inverosímil. La historia arranca justo donde quedó: Horace Bellarie, enfermo de cáncer, anuncia que se casará con Kimmie, la exbailarina y escort que ahora se convierte en la nueva amenaza para una familia corroída por ambiciones y secretos.

La decisión sacude los cimientos de los Bellarie, pues con ese matrimonio, Horace dinamita los planes de su exesposa Olivia, de su hermano Norman y de su hijo arrogante Roy. Mientras tanto, Kimmie, Rain y Sylvie pasan de la precariedad a vivir en una mansión con tarjetas de crédito ilimitadas, aunque el lujo viene acompañado de nuevos peligros.

Conflictos y venganzas en la mansión Bellarie

La familia no tarda en reaccionar con furia. Norman intensifica sus negocios turbios con Jules, manejando un sistema de explotación sexual que amenaza con salir a la luz. Olivia, resentida, maquina en silencio mientras observa cómo Kimmie gana terreno. Y Roy, un heredero inútil y engreído, ve cómo su antigua amante se convierte en su nueva “jefa”.

Por otro lado, Charles sigue atrapado en su propio laberinto, intentando ocultar su homosexualidad y su relación con el abogado Varney. El contraste entre su cobardía y la osadía de Kimmie subraya lo absurdo del universo Bellarie: nadie es lo que parece, pero todos están dispuestos a matar para seguir en la partida.

Final explicado de "Beauty in Black" temporada 2 parte 1

La mitad de la temporada encuentra a Kimmie dando un paso decisivo: dejar de ser un peón de Horace para actuar como líder independiente. Durante una junta de accionistas, sorprende a todos al ignorar las instrucciones de su esposo (que quería controlarla desde Italia a través de un auricular) y tomar decisiones propias.

Kimmie plantea negociar con los demandantes de una querella, investigar empresas fantasmas de Norman y Olivia y, además, promete arruinar la vida de Roy. Este movimiento la coloca como verdadera rival de la familia y no como simple marioneta. Horace, entre la admiración y el recelo, comprende que quizá ha creado un monstruo que ya no puede controlar.

Crímenes, víctimas y sobrevivientes

El arco de Angel añade tensión al relato. Tras el accidente en el que murió un hombre diabético, Horace autoriza sin saberlo que Daniel Lakeland mande matarlo. Sin embargo, Angel sobrevive fingiendo estar muerto, en una escena de violencia absurda y casi irónica. Acaba refugiado también en la mansión, con dinero y cuarto propio, aunque marcado por la pérdida de su familia.

Norman, por su parte, se consagra como villano total al asesinar a un juez y a su esposa con una bomba, eliminando así a un cómplice que temía pudiera traicionarlo. Es un crimen frío, que muestra la impunidad con la que los Bellarie se mueven. Mientras tanto, Rain encuentra un inesperado aliado en el oficial Alex, un policía corrupto que busca escapar del círculo vicioso de la familia. Él termina matando a Daga, la falsa doctora que casi destrozó la vida de Rain, y ayudándola a encubrir otro accidente violento.

¿Y el amor entre Charles y Varney?

Entre tanto caos, la relación entre Charles y Varney se tambalea. Descubiertos por Roy, expuestos ante Olivia y en medio de reproches, el abogado se distancia de su amante. Sin embargo, un ataque en casa de Charles —donde este llega a descuartizar cuerpos para ocultar un crimen— los sitúa en una situación límite. Acorralados por falsos policías, la tensión deja abierta la posibilidad de que, en la segunda parte, ambos se unan para sobrevivir… o para hundirse juntos.

Reflexión final: la belleza manchada de poder

La temporada confirma que en "Beauty in Black" todo se compra, se negocia o se mata. Kimmie pasa de víctima a estratega, Norman escala como villano y Horace sigue manipulando mientras su salud se apaga. La serie, fiel al estilo excesivo de Tyler Perry, apuesta por giros tan extremos que rozan lo paródico, aunque no deja de ofrecer un retrato feroz de corrupción y ambición.

Como si fuera un folletín contemporáneo con tintes shakesperianos, la historia sugiere que la verdadera condena de los Bellarie no es perder dinero, sino vivir atrapados en sus propios secretos. Y, en ese sentido, la pregunta queda abierta: ¿cuánto más puede resistir Kimmie antes de convertirse en aquello que juró destruir?

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