“Falsa Identidad” (“Runaway”, 2014) mezcla el drama de segundas oportunidades con el suspense de un pasado que nunca termina de morir. Una madre que ha rehecho su vida tras huir de un matrimonio violento ve cómo todo se tambalea cuando su hija adolescente comparte inocentemente una foto en redes sociales. El resultado: el regreso de un hombre dispuesto a reclamar dinero, poder y la custodia de una hija a la que jamás cuidó.

¿De qué trata "Falsa Identidad"?

Miranda lleva diecisiete años viviendo bajo otro nombre, con un negocio propio y una vida estable junto a su hija Abbey. Pero su secreto queda expuesto cuando su exmarido Rick, al que creía enterrado en el pasado, descubre dónde está gracias a una publicación en internet.

Rick, con un historial criminal y sed de venganza, aparece reclamando tanto el dinero que Miranda invirtió en su negocio como la paternidad de Abbey. La amenaza de perderlo todo obliga a Miranda a enfrentar el pasado que había jurado dejar atrás. La tensión escala hasta que las máscaras caen, revelando hasta dónde puede llegar alguien para mantener a salvo a su familia.

¿Merece la pena ver "Falsa Identidad"?

Como thriller de sobremesa, tiene sus aciertos: una protagonista convincente (Sherry Stringfield) y una dirección sobria que evita excesos. Sin embargo, el guion acumula agujeros, giros poco creíbles y secundarios planos. El retrato del exmarido como villano es efectivo, pero demasiado caricaturesco. Es una de esas películas que entretienen sin exigir demasiado, pero que no resisten un análisis riguroso.

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