Con Inspector Zende (Inspector Zende, 2025), el cine indio propone un biopic policial tan inesperado como eficaz. A medio camino entre el thriller de investigación y la sátira burocrática, esta historia inspirada en hechos reales nos adentra en la caza del infame asesino Carl Bhojraj, tras su fuga de la prisión de Tihar.

Con un tono casi documental y un ritmo que evita exageraciones heroicas, el filme nos presenta al inspector Madhukar Bapurao Zende, interpretado por Pushkar Shrotri, un hombre metódico cuya mayor virtud es saber cuándo esperar.

Un caso real con sabor cinematográfico

La historia se basa en una operación policial real ocurrida en los años 80. El auténtico Madhukar Zende fue el primero en capturar a Charles Sobhraj, conocido como “El Asesino del Bikini”, y recibió la Medalla Presidencial por ello.

La película, dirigida por Chinmay Mandlekar, recrea la persecución desde Mumbai hasta Goa, sin el apoyo oficial de la policía local y bajo la presión de ministros y altos mandos. Lo que debería haber sido una misión coordinada se convierte en un tablero de ajedrez entre agencias.

El contexto político y la falta de recursos marcan cada paso. Esto no es Singham, es algo más mundano... y por eso, más creíble.

Final explicado de "Inspector Zende"

El clímax ocurre en el restaurante O’Coqueiro, donde Carl planea hacer una llamada internacional antes de huir en barco. Mientras el resto del equipo espera en los muelles, Zende confía en su intuición y se queda vigilando el local.

Camuflado como camarero, detecta a Carl y lo detiene sin recurrir al espectáculo. Su compañero Patil captura a David, el cómplice.

Cuando el equipo intenta trasladar a los criminales, la policía de Goa intenta interceptarlos por no haber sido informada. Aun así, logran cruzar la frontera con la ayuda... de una furgoneta de bodas.

Una escena corta pero tensa: Fonseca, el oficial local, casi dispara a Zende, pero la intervención del superior, Chandrakant, evita una tragedia. Zende, lejos de buscar gloria, reconoce el valor de Fonseca en el operativo.

Una despedida digna de héroe (sin fuegos artificiales)

Tras la captura, el filme funde ficción y realidad. Vemos al verdadero Zende en pantalla, homenajeado como el primer agente en recibir la Medalla Presidencial.

La película muestra al personaje regresando a su rutina diaria. Ya no es invisible: ahora todos lo reconocen en la lechería del barrio. No hace falta más para cerrar el círculo.

Una frase resume el tono de esta secuencia: “Ya no solo el tío Joshi lo saluda”.

Comparativas inevitables: Zende frente al arquetipo

En un panorama donde los policías de ficción se parecen más a superhéroes que a funcionarios públicos, "Inspector Zende" propone una visión radicalmente distinta.

Lejos del exceso visual de películas como Sooryavanshi, aquí se opta por el detalle cotidiano: reuniones, esperas eternas, tensiones entre departamentos. La acción existe, pero no es lo central.

La película funciona casi como contrapeso cultural. Un recordatorio de que no todos los policías buscan ser trending topic, sino cerrar casos.

Y eso, precisamente, la hace memorable.

Cierre: el mérito sin megáfono

En tiempos donde los likes y los titulares pesan más que los resultados, "Inspector Zende" nos recuerda que el verdadero mérito no necesita altavoz.

Como si el silencio del héroe fuese más elocuente que cualquier persecución espectacular.

Una historia pequeña en escala, pero grande en impacto.

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