Un juego peligroso en la mansión Sharp

The Guest (The Guest, 2025), dirigida por Ashley Way, se presenta como un drama de suspense de cuatro episodios que esconde más de lo que parece. Su mayor atractivo no radica únicamente en las intrigas criminales, sino en cómo explora la fragilidad de sus protagonistas.
Cada decisión tiene un coste.

Ria Powell, atrapada en la precariedad y con un novio parásito, encuentra un inesperado salvavidas cuando conoce a Francesca Sharp. Desde el primer encuentro, la enigmática Shirley Henderson como Fran marca las reglas: nada es gratuito, todo favor tiene su precio. Así empieza un descenso a los infiernos que recuerda a atmósferas como las de The Serpent.

La caída de Mike y el inicio del engaño

La relación con Mike Rice parecía una vía de escape para Ria, pero se transformó en pesadilla. En un ataque de violencia, tras descubrir que ella mentía sobre su vida, Mike terminó muerto en un accidente durante una pelea en la mansión.
Un suceso aparentemente casual.

Sin embargo, más tarde descubrimos que Mike no era un extraño: trabajaba para Fran, seduciendo a jóvenes para integrarlas en la red. Su hermana Gemma intenta advertir a Ria, reforzando la sospecha de que nada ocurre sin que Fran lo calcule.

Fran, Simon y un matrimonio podrido

El negocio de muebles era solo fachada. En realidad, Simon y Fran blanqueaban dinero procedente del tráfico de fármacos con ayuda de Richard, amante de Fran. El patriarca ejercía violencia psicológica y física: encerraba a su esposa y la trataba como un objeto más de la mansión.
El miedo lo impregnaba todo.

Cuando Simon regresó inesperadamente de un viaje, la tensión explotó. Durante una agresión, Fran lo mató con un martillo. Lejos de asumir su responsabilidad, drogó a Ria y la convirtió en chivo expiatorio. La joven apenas logró escapar antes de que la policía la inculpara. La manipulación llegó a un nuevo nivel.

El misterio de Anna y la clave cripto

Antes de Ria hubo otra empleada: Anna. Su rastro aparece en un diario oculto con un código que lleva a un almacén secreto. Allí, Ria descubre un monedero de criptomonedas vinculado al blanqueo de los Sharp.
Una revelación peligrosa.

Anna había intentado burlar el sistema y pagar con la misma moneda, pero fue asesinada. Todo apunta a Richard como ejecutor, y al anciano Derek, su padre con demencia, como testigo incómodo. Sus advertencias a Ria cobraron un sentido trágico demasiado tarde.

La verdad sobre Thing… perdón, Fran

Simon era el cerebro del entramado, pero Fran y Richard jugaban sus propias cartas. Acceder al dinero negro era la llave para huir. La cruda realidad es que ninguno confiaba realmente en el otro: lo suyo era una alianza de conveniencia.
Los secretos los devoraban.

En paralelo, se plantea la duda: ¿Fran quiso siempre eliminar a Simon o fue un arrebato? Todo indica que actuó por acumulación de traumas, más que por un plan frío y calculado.

Un final abierto: Fran, ¿desaparecida o en fuga?

En el clímax, Richard intenta asesinar a Ria, pero Fran interviene y lo detiene. Ria sobrevive, Richard es arrestado, y Fran se esfuma.
No hay cierre definitivo.

Las autoridades la buscan, pero se intuye que ha preparado su huida. Dubai, con sus conexiones, parece destino probable. Algunos sugieren que podría volver a encontrarse con Ria, como un reflejo distorsionado de madre e hija. Como si la costa Amalfitana pudiera ser escenario de una improbable reconciliación.

Epílogo: poder, deseo y supervivencia

The Guest culmina recordando que el lujo puede ser jaula, y la oportunidad, un veneno disfrazado. Ria sobrevive, pero marcada. Fran huye, pero nunca será libre del todo. Y el legado de Simon Sharp, como el eco de un fantasma, seguirá rondando.

La serie deja claro algo: en este juego de apariencias, los verdaderos monstruos no se esconden en la oscuridad, sino en los salones iluminados de mansiones impecables.

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