Los ojos son el vehículo argumental por el que se mueve esta obra breve: los ojos del protagonista le hacen confundir lo ficticio y lo real, llevándole a la locura; el hombre de la arena es un mercader de ojos, el que ofrece una falsa felicidad; y podría ser también, fácilmente, el propio autor, Hoffmann, jugando con los ojos del lector, al que logra confundir por momentos. El hombre de la arena es un personaje que arroja arena, físicamente a los ojos, pero aquí incluso figuradamente, turbando el juicio al protagonista.

Hay en esta novela un amor, y existe una amistad , que excluyen cualquier duda alrededor...salvo si lo incoherente se torna real, merced a una suma de complejidades: recuerdos infantiles de brumoso horror, que se hacen presentes en rostros que los evocan; o cuando el artificio imita a la vida.

El hombre de la arena, básicamente, sería un elemento identificable con el hispánico "hombre del saco"; con la misma grotesca función y siendo causante del mismo terror en quien osa, siquiera por un momento, creer en su verosimilitud.

En esta historia, un hombre revive, una y otra vez en su presente, unas imágenes agónicas en las que su padre, muchos años atrás, era salvajemente asesinado, al parecer, por el hombre de la arena. Al cabo del tiempo, el protagonista, Nataniel, no acaba de asumir la diferencia entre lo real y lo figurado, lo que le lleva a despreciar lo que más ama; aunque el autor se sirve de esa indefinición para obligar al lector a caminar un poco perdido en esa misma inseguridad respecto a lo que realmente puede parecer que está sucediendo.

Pintor y músico, además de escritor, Hoffmann realizó una auténtica exhibición de dominio en el manejo de los hilos, no sólo de los personajes, sino incluso de los mismos lectores.

Autómatas, humanos más o menos conscientes de estar vivos, más o menos racionales, se mueven a lo largo de un relato que logra sobrecoger con un argumento de una simplicidad palmaria, si bien con un engranaje bien engrasado y siniestramente complejo, que hace dudar hasta de uno mismo.