Entrevista a Lorcan Finnegan, director de Vivarium

Por Eloy Arencibia

“Vivarium” es una crítica a la sociedad actual y sus expectativas: tener pareja, buscar casa, tener hijos,…En ella Jesse Eisenberg e Imogen Poots interpretan a una pareja que busca casa y visitan una en una urbanización nueva. Pero pronto descubren que nada es lo que parece…

Dentro del marco del Festival de Sitges 2019, hemos podido entrevista a su director, Lorcan Finnegan:

El reparto es desconocido excepto los dos actores principales (Jesse Eisenberg e Imogen Poots). ¿Por qué?

Porque era la condición para que nos dieran dinero para hacer la película: necesitábamos actores de cierto calibre. De la lista de actores que a mí me gustaban los productores iban diciendo “no, no, quizá, no, sí, no, …”La lista se iba acortando (risas). Al final nos quedamos con Jesse Eisenberg e Imogen Poots y fue fantástico trabajar con ellos.

Sí. Se siente la frustración, mayormente en el personaje de Jesse Eisenberg…

Sí, es un papel diferente para él, interpretar a un tipo normal que ve cómo su vida se desmorona. Lo disfrutó mucho.

El único otro actor con una carrera similar a la de los protagonistas es Jonathan Aris, pero su tiempo en pantalla es muy limitado, aunque da un repelús tremendo (risas).

Cierto (risas). Quería usarle más, pero sólo aparece al principio. Su personaje siempre estuvo en el guión. Fue difícil encontrar a alguien que equilibrara la comedia con el repelús. Probamos a muchos actores para el papel, buenos actores, pero que no sabían darle el tono correcto al personaje y de repente vimos a Jonathan interpretarlo y nos encantó.

Es interesante la metáfora de la tele, que no enseña más que imágenes sin sentido, muy parecido a lo que ven muchos chavales hoy en día y sin embargo no se despegan de ella.

Exacto. Me alegra que se haya entendido esa parte también.

Y el niño también da mucho repelús…

(risas) ¡Sí! Muy buen actor, aunque le tuvimos que cambiar la voz, poniéndosela Jonathan Aris, incluso como adulto.

¿Dónde se rodó la película?

Rodamos en Bélgica y Dublín todos las tomas exteriores, en un set construido en Bélgica y las tomas interiores las rodamos en Dublín. En total fue una mezcla de CGI y efectos prácticos, intentando transmitir una mezcla entre paisaje real y falso.

¿Cuál fue el momento más divertido del rodaje?

¿El más divertido? Todas las escenas de Jonathan (risas) fueron muy divertidas. En general en los momentos de comedia nos reíamos mucho entre tomas. Siempre me han gustado mucho las comedias, así que intenté darle a la película la mayor cantidad de momentos graciosos.

¿Y el más difícil?

El aspecto técnico, porque cuando ellos intentan huir sólo teníamos unos 70 metros de set y entonces teníamos que alternar tomas exteriores en Bélgica y tomas interiores en Irlanda y hacer que todo eso parezca real supuso mucho esfuerzo en el aspecto técnico.