Entrevista a la actriz Marta Etura, a quien hemos podido ver en Las 13 rosas (2007), Celda 211 (2009), Mientras duermes (2011) o El hombre de las mil caras (2016), y que protagoniza Legado en los huesos, segunda entrega de las adaptaciones cinematográficas de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, tras El guardián invisible (2017).

Estreno en España: 5 de diciembre de 2019.

¿Qué es lo que más te interesó de la historia original y del personaje de Amaia Salazar para querer involucrarte en tres películas, ya que supone un trabajo de varios años?

Conocía al personaje, y sabía que era muy interesante. Al final los actores dependemos totalmente de los personajes, y si tenemos uno que sea poderoso podremos hacer un buen trabajo. Si no, esto sería imposible.

En este sentido, Amaia me parecía un personaje maravilloso porque era una mujer con un pasado terrible y tenía algo que me apetecía mucho probar, y era una mezcla entre vulnerabilidad, fragilidad, y una fortaleza muy grande. Esta dualidad me interesó mucho. Al tratarse de una trilogía, Amaia hacía un recorrido extenso y muy atractivo porque la historia no solo es un thriller, el foco no está solo puesto en una inspectora de policía investigando un caso, sino que ese caso tiene que ver con su pasado, con su familia y con su trauma: El haber tenido una madre que no la quería, y el no entender por qué esa madre nunca la ha querido. También, el hecho de desear ser madre, entregar a su hijo todo ese amor que ella no recibió y, de esa manera, poder cambiar la historia.

Es una cantidad de elementos muy interesantes para mí y Amaia se enfrenta, a lo largo de la trilogía, a muchos conflictos. No solo asociados a su pasado, a su nueva maternidad, sino también a su historia de amor, que tiene momentos de dudas y de dificultades. Es un lujazo, como actriz, permitirme un personaje de tan largo recorrido.

El turbio y lluvioso ambiente del Valle del Baztán es de gran relevancia tanto en los libros como en las películas. ¿Cómo fue rodar con ese clima tan severo?

Realmente duro. El frío y la gran cantidad de lluvia condicionaron mucho pero, al final, la climatología, los bosques y el paisaje del valle son, prácticamente, un personaje más de la historia. Íbamos todos muy mentalizados de que todo eso formaría parte de nuestro trabajo, que sería algo físico, que estaría ahí y que tendríamos que saber manejar. Me centré en construir a Amaia de forma que se entendieran todos sus miedos e inquietudes, y el clima acabó siendo algo secundario para mí, como actriz, a pesar de que en la historia es algo muy importante.

Creo que Dolores escribió los libros teniendo muy en cuenta el lugar, y ese valle tiene mucha historia, pues la mitología y la religión han convivido, y es algo que no suele ocurrir. Normalmente, desaparece la mitología en los lugares donde se defiende la religión pero en el norte de España, y en concreto en Navarra, ambas siempre han estado mezcladas y han coexistido. Digamos que ese es el trasfondo del lugar donde se desarrollan todos los conflictos.

¿Te gustaría trabajar en más películas de género, terror y/o thriller? Me viene a la cabeza Mientras duermes.

Me encanta mi trabajo, interpretar y contar historias. En realidad, no apuesto por un género en especial y no tengo tampoco tengo intención de especializarme en uno solo. Cualquier género me gusta siempre que la historia sea buena, ya que creo que eso está por encima de él.

No me importa si el género es terror, thriller, comedia o drama si hay una buena historia y unos buenos personajes. Nunca he escogido trabajar en una película porque sea de un género en concreto, siempre me he basado en el guion y en la historia.

¿Qué experiencia personal y profesional significó filmar a la vez la segunda y la tercera parte? Porque esto no es algo muy habitual.

Ha sido una experiencia titánica, de una intensidad física y emocional muy grande. Interpretar a una protagonista de una sola película ya es un señor trabajo, y en este caso eran dos películas de protagonista al mismo tiempo con un rodaje no cronológico. Igual, de repente, estábamos rodando el final de la tercera con el principio de la segunda, y viceversa.

Entonces, suponía hacer un trabajo previo bastante profundo, llevar bien sabido el recorrido del personaje y saber su lugar emocional porque, como iba de un sitio a otro, tenía que tenerlo todo muy claro. Y luego, aparte, como Amaia es un personaje al que le pasan tantas cosas y tan fuertes, intentaba dar un poco de color y de matices dentro de ese drama de conflictos: El de su madre, el de su pareja, o la investigación policial. Eran muchos frentes abiertos que, a la vez, todos están vinculados entre sí.

Mi mayor dificultad fue, precisamente, saber colocar al personaje en el lugar en el que estaba. Yo, como actriz, sé todo lo que le va a pasar y le ha pasado a Amaia, o en qué momento del caso unos hechos se relacionan con otros, pero ella como personaje no lo sabe. Por eso, era también muy importante dejarme sorprender por las cosas que sucedían. La verdad es que, como actriz, ha sido un reto para mí y una experiencia maravillosa.

En relación a esto, ¿qué puedes adelantarnos de la tercera entrega, Ofrenda a la tormenta, que se estrena en abril de 2020?

Lo que puedo decir es que se estrena muy seguida de ésta. La primera película puede estar separada e incluso ser independiente de Legado en los huesos, de hecho, puedes verla sin haber visto la anterior porque se entiende perfectamente. Pero la segunda y la tercera deben ir juntas porque son muy continuas en la línea temporal.

De la primera parte a la segunda ha pasado un tiempo, Amaia está en otro momento vital, ha sido madre y está en otro lugar, pero la segunda y la tercera son muy seguidas: Amaia está en el mismo momento vital, todo lo que ha pasado en la segunda está totalmente relacionado con lo que ocurrirá en la tercera y, claramente, tanto en los libros como en las películas supone el Tercer acto, donde todo se acaba por ver, todo acaba por desarrollarse y todo acaba por colocarse en su sitio.

Creo que, en esta trilogía, cada película va ganando y es mejor respecto a la anterior. Pero no en cuanto a calidad cinematográfica, sino que va teniendo una historia con más capas, más profundidad, los personajes están más vinculados entre ellos, los conflictos más enredados si cabe, y todo adquiere una dimensión más poderosa.