Entrevista a la cineasta bilbaína con motivo del estreno en el Festival de Sitges 2019 de su primer largometraje Paradise Hills, el cual está presente en la sección oficial a competición después de pasar por Sundance o Austin, y que llega a las carteleras españolas el 11 de octubre.

De dónde procede la idea de esta historia, y cómo se gestó el proyecto?

Paradise Hills es una idea que surgió a raíz de la presión que la gente joven experimenta actualmente por alcanzar la perfección, algo que además se acentúa por la influencia de las redes sociales. Es como si a través de éstas, de alguna manera, se les dijera a los jóvenes que nunca serán lo suficientemente guapos ni populares. Eso les hace sentirse oprimidos, inseguros, y les genera la necesidad de crear, dentro de las propias redes, una especie de identidad paralela para ser aceptados por personas a quienes su bienestar no les preocupa.

La idea original la tuvimos Sofía Cuenca (co-guionista de Musarañas) y yo en 2015 y, ese mismo año, vendí el proyecto en el Fantastic Fest de Austin. Cuando vine a Sitges en 2015 para presentar el corto Disco Inferno hicimos una conexión con los productores Adrián Guerra y Núria Valls, quienes confiaron mucho en mí para que la dirigiera, ya que antes solo había realizado cortometrajes y publicidad, nunca una película. Y después, incorporaron a Nacho Vigalondo y a Brian DeLeeuw para que escribiesen el guion, el cual se desarrolló durante dos años, a partir de la premisa.

Todo el equipo técnico es español, y las actrices americanas. La primera que se sumó al proyecto fue Danielle Macdonald, y después llegaron Emma Roberts y todas las demás. Fue un placer y aprendí mucho con ellas porque llevan trabajando en sets de rodaje desde los 7 u 8 años, y yo la primera vez que estuve en uno fue con 16.

Pregunta: El diseño de producción y el vestuario de la película son muy destacables. ¿Cuáles son sus referencias?

Me produce mucha admiración Dentro del laberinto, de Jim Henson, que mezcla tecnologías innovadoras de la época con analógicas, algunos efectos digitales, y en Paradise Hills, hicimos muchos procesos de ese estilo. También como, por ejemplo, en El abominable doctor Phibes (1971), la serie El prisionero (1967) o La fuga de Logan (1976). En resumen, películas retrofuturistas de los años 60 y 70 (80 en el caso de Dentro del laberinto) que se apoyan en ese estilo y hacen uso de localizaciones reales para crear un mundo completamente nuevo, aunque esté en el nuestro.

Rodamos, por ejemplo, en palacios, en un parking de Gran Canaria que reformamos para que pareciera un escenario futurista, o en espacios de estilo mozárabe. Hay una mezcla de influencias, igual que en el vestuario: Desde estilos del siglo XIV, del XVII, pasando por algunos elementos de la época victoriana (los camisones que llevan las protagonistas), referencias históricas de instituciones mentales de mujeres que han existido hasta hace muy poco, y al mismo tiempo ha habido también inspiración en videoclips de Grace Jones o en el videojuego Final Fantasy.

En el futuro, ¿se centrará en la dirección cinematográfica o, como ha hecho hasta ahora, seguirá tocando distintas ramas?

Empecé a trabajar en sets con 16 años con el director de fotografía Enrique López en Ander (2009), una película vasca que fue a la Berlinale, y desde ahí comencé a hacer otros trabajos en diversos departamentos. Uno de ellos, por ejemplo, fue una colaboración creativa con Carlos Vermut para el diseño de vestuario de Magical Girl (2014) y he tenido experiencia, también, en diseño de producción y en otros departamentos técnicos.

Pero mi futuro es, plenamente, dirigir y escribir cine de género: fantástico, ciencia-ficción, terror psicológico o explícito, y formar parte de lo que quiero hacer hasta el día que no pueda dirigir más, hasta que no pueda levantar una cámara.

¿Qué puedes contarnos de tus próximos proyectos?

Tengo dos. El primero de ellos es Scarlet, una película histórica sobre mujeres y de temática LGTBIQ escrita por Kristen SaBerre que estoy desarrollando en Estados Unidos con Netflix y con Michael Costigan, productor de Brokeback Mountain o Stoker.

En cuanto al segundo, es un proyecto de serie que será una adaptación de libros de género fantástico. Esto es, por ahora, lo único que puedo contar sobre ellos.