Bueno, toca una de zombis. O no. O sí. La cuestión es que abordamos una novela de casi 500 páginas que se pasan en un suspiro. Jesús Gragera ha elaborado una historia absorbente, encuadrada dentro de una futurible y apasionante trilogía. Eclosión es la primera entrega y, como indica el título, centra su fuerza en el origen de la explosión viral que ha cambiado el mundo. Como siempre en estos casos, la manipulación genética y las ansias de poder originan un caos mundial que desemboca en apocalipsis. Una empresa farmacéutica sin escrúpulos y el estamento militar, colaboran en unos estudios sobre la longevidad del ser humano, que no encuentran topes, ni morales ni físicos.
Hay muertos por todos lados en esta narración. Sí, y caminan unas veces de forma deslavazada y, en ocasiones, a una velocidad normal. A veces, parecen recordar hábitos presentes en sus vidas cuando estas podían considerarse como tales; otras, son simples autómatas que reaccionan a los dictados de la sinrazón. Pero la sinrazón más evidente es la de los vivos. Es lo que nos quiere enseñar Gragera: el hombre es un lobo para el hombre, y su ferocidad se multiplica hasta el infinito en aquellas circunstancias que lo colocan al límite de su entendimiento. Usando genialmente el flashback, el autor nos transmite la angustia y las penalidades de unos personajes muy bien diseñados, absolutamente creíbles, con personalidades variopintas y subyugantes, que acusan un gran trastorno en distintas medidas. Los unos, porque ya lo estaban antes del Apocalipsis; otros, porque son simplemente humanos y deben adaptarse o morir. Nos muestra personas enfrentadas a un estado de regresión a sus instintos más primarios, cuando la moral no ocupa ya ningún lugar en sus vidas.
Se nota que Gragera ha trabajado horas, días, semanas, meses y años, diseñando con trazos de precisión quirúrgica una historia enrevesada, a través de idas y venidas argumentales en el tiempo; desde distintos puntos de vista, numerosos personajes nos transmiten una complejidad que para nada estorba la acción ni el hilo narrativo. No se ha conformado con relatar una historia de muertos vivientes. Es, más bien, una historia de vivos que han matado sus propias vidas. Y de otros hombres, tratando de escapar de una sociedad muerta, sin valores, sin un destino posible. Solo escapar, aunque alguna esperanza pueda quedar...
Si hay que poner algún pequeño “pero”, será un clásico: existen algunas incorrecciones ortográficas, aunque de escaso peso, por lo que lo consideraremos como un pecado venial.
Incomprensiblemente, un autor que reúne tales méritos, ha tenido que autoeditarse. Sus dotes como narrador quedan más que de manifiesto, poniendo en evidencia que es algo más que un escritor desarrollando historias truculentas de zombis. Esa es solo la temática en la que parece encontrarse más a sus anchas. Y ha arriesgado porque, no en vano, es un género que suele recibir bastantes “palos”, por previsible y repetitivo. Habrá que seguir sus pasos. No creo que sean pasos de zombi.
NOTA: 8
DE NIRO
#1
esta muy buena la sinopsis
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