Entrevistamos a Matías Salinas, director del thriller de terror Presagio, que narra como un joven escritor vive traumatizado a causa de la muerte de su esposa y su hijo.

Algún hecho o personaje de la película está basado en la realidad?

La película no se basa específicamente en una historia real, pero sí algunas situaciones dentro de la trama fueron inspiradas en experiencias personales. Por ejemplo, el hecho de viajar solo a ese mismo departamento en la costa atlántica y permanecer durante varios días escribiendo allí encerrado, en pleno invierno y en soledad.

Otro momento de la película que partió de una anécdota personal es el hecho de avanzar caminando desnudo al salir de playa atravesando la avenida costanera hasta ingresar al edificio. En mi caso era de noche, había ido a meterme al mar como dios nos trajo al mundo y estaba algo pasado de copas, y como cuando regresaba al edificio no había nadie en la calle, decidí cruzar así para ver qué se sentía ir desnudo por la calle. Obviamente justo pasó un auto. (Risas)

Creo que el espectador puede interpretar la película de muchas formas. ¿Era ésta su intención?

Sí, es una historia que se desarrolla bajo una línea argumental sólida, pero el espectador a lo largo de su trama podrá ir asociando y resignificando los extraños sucesos vividos por el escritor. En la película hay varias escenas surrealistas y oníricas, que tienen mucho que ver con lo que transita internamente el personaje. Decidí dosificar esas imágenes a lo largo de la película, como si fueran piezas de un puzzle sueltas, donde el espectador en su cabeza decide en dónde ubicarlas y qué sentido darles, que de alguna forma, es el mismo proceso que debe transitar el protagonista para intentar salir adelante con su vida.

El personaje de “El Hombre del Paraguas” también esconde una simbología muy importante y aquí es donde la visión y percepción del espectador vuelve a entrar en juego.

¿Cuál fue la escena más difícil de rodar?

Creo que la segunda escena de la película, que se trata de un sueño en donde Camilo se detiene con su auto en medio de la ruta porque encuentra una antigua silla de madera en medio del paso, al acercarse y antes de llegar a tocarla, la silla lentamente cae hacia atrás hasta impactar contra el asfalto.

Todos los flashbacks y escenas de este estilo (casi media película) fueron rodadas en un registro de video diferente y con un equipo de tan solo cuatro personas, pero ese día faltaban dos integrantes y tuvimos que grabar la escena entre Javier Solís (el actor que interpreta al escritor llamado Camilo) y yo.

El proceso fue algo estresante y cargado de adrenalina, ya que yo dejaba la cámara grabando sola sobre un trípode que estaba en la banquina, le hacía una seña a Javier y él avanzaba con el auto hasta clavar los frenos sobre la ruta y frente a la silla. Yo esperaba detrás de la silla y obviamente fuera de plano, para que en el momento en que el personaje intenta tocarla, tirando de una tanza yo hacía que la silla caiga hacia atrás como si se derrumbara sola sobre la ruta.

Lo peligroso de todo esto era que no habíamos conseguido autorización para cortar esa parte de la ruta, por lo que todo el tiempo pasaban autos y camiones a gran velocidad y como precaución buscamos que nuestra acción transcurra en el tramo más recto del camino, para tener visión a lo lejos y llegar a ver con algo de anticipación los autos que doblaban en una de las curvas y se acercaban a nosotros a velozmente.

Pensar que Javier frenaba el auto en medio del camino y se bajaba, avanzaba muy lentamente por la ruta y acercándose a la silla muy extrañado, intentaba tocarla. Tuvimos que repetir la misma escena como 30 veces, ya que cada vez que estaba por concluir toda la acción, veíamos un auto que se aproximaba e inmediatamente había que abortar la misión. Javier, mientras actuaba, disimuladamente me cuidaba la espalda y yo mientras sostenía la silla con la tanza, cuidaba su espalda. Si uno de los dos se distraía y no se percataba del auto que se acercaba a lo lejos, ¡todo podría haber terminado en un desastre! Y ni hablar de que aparte plantamos un cartel con el KM610 en la misma banquina, por suerte no fuimos presos.

¿Y el momento más divertido?

Hubo muchos, pero fue muy loco cuando rodamos la escena en donde “El Hombre del Paraguas” está sentado en una silla en medio del bosque con su rostro cubierto por el paraguas abierto, y una lluvia de cientos de hojas de papel comienza a caer sobre él. Para lograr este efecto, el actor Javier Solís (que también es especialista en circo y acrobacias) se trepó a dos pinos de gran altura y desde sus extremos, colgó una cuerda y se enganchó desde esa soga que se extendía tensada desde los dos extremos de los árboles para mantenerse colgado sobre el personaje que permanecía debajo, sentado en su silla. Le alcancé dos grandes resmas de hojas, pusimos a grabar y a la orden de “acción” Javier arrojó desde gran altura todas las hojas al aire, que cayeron como una lluvia de papeles al viento sobre el misterioso personaje. Lamentablemente todo este valiente despliegue de Javier debía quedar fuera de plano, solo vemos caer las hojas como por arte de magia.

¿Le quedan muchos festivales por recorrer a “Presagio”?

La película está finalizando su segundo año de festivales, estamos muy contentos porque tuvo un recorrido de más de veinte festivales internacionales, no solo en España y Latinoamérica, también se presentó en lugares como Rumania, Holanda, Sudáfrica.

Y próximamente Presagio tendrá su quinto festival español, ya hay un anuncio de prensa confirmando que nuestra película se presentará en Paura Festival Internacional de Cine de Terror de Valencia, que se celebrará del 20 al 28 de enero en los cines Aragó Cinema.

¿Cuál es el piropo más bonito que ha recibido la película hasta ahora?

Creo que podría citarte uno de un medio argentino que dice algo como “Salinas logra un interesante clima de opresión, confunde al espectador y lo lleva para donde él quiere” Me gusta eso de tener el control y si es del espectador aún mejor!

De momento ha hecho varias cosas en el mundo del cine: efectos visuales en “La Antena”, escritor, productor y director de “Presagio” y ayudante técnico en la miniserie “El Pueblo del Pomelo Rosado”. ¿Qué le gusta hacer más?

Me gusta mucho el montaje y la postproducción de imagen y sonido, mis raíces profesionales en cuanto a la realización audiovisual vienen desde ese lado, pero sin duda lo que más me apasiona es crear una historia y tener la posibilidad de dirigirla.

Si no me equivoco, el cine argentino (y parte del cine hispanoamericano) es más conocido por el drama que por el terror. ¿Le gustaría cambiar eso?

Creo que actualmente en Argentina y toda Latinoamérica se le está dando más espacio e importancia al cine de género, hace años que esto viene cambiando y de a poco se va acabando con el prejuicio del espectador hacia este tipo de cine.

Pero sin dudas que me gustaría aportar con una película que ayude a romper esa barrera entre el espectador que consume, en su mayoría cine estadounidense, y las películas independientes y de género fantástico que se producen actualmente en el resto del continente.

¿Cuál es su próximo proyecto?

Estoy trabajando en varios proyectos, pero hay uno que pareciera empezar a tomar la delantera. Es una película que fusiona los géneros policial y terror psicológico. Estuve presentando este proyecto en las rondas de pitching “Beyond the Windows” de Blood Window en el reciente mercado de Ventana Sur 2016 en Buenos Aires. Tuvo muy buena repercusión y aunque sé que es un largo camino conseguir financiamiento y alianzas de co-producción, espero pronto tener buenas novedades. En principio será una
co-producción entre Argentina y México, aunque nos interesaría sumar también a España.

Desde Abandomoviez le deseamos una larga y exitosa carrera en el mundo del cine.

¡Muchas gracias! Fue un gusto compartir esta entrevista con ustedes, espero se repita con futuros proyectos.

Reseña de la película

Por Eloy Arencibia

Estamos ante una película que, a pesar de los pocos personajes y la trama simple, te atrapa desde el principio.

Seguimos a Camilo Rensi, escritor, que ha perdido a su mujer y su hijo en un accidente de tráfico. Intenta superar el trauma yendo a un psiquiatra, pero no es tan sencillo. Un misterioso personaje con un paraguas le persigue y no sabe cómo deshacerse de él…

Como decía, la película tiene pocos personajes, en concreto dos: Camilo y el psiquiatra. El actor que interpreta a Camilo, Javier Solís, soporta prácticamente por sí solo todo el peso de la película. Su soberbia actuación te mete de lleno en la película y no te suelta. Sentimos su frustración, su dolor, su impotencia y, cuando el misterioso personaje del paraguas entra en escena, también sentimos su angustia y curiosidad por saber quién es…

El personaje del psiquiatra es interpretado por Carlos Piñeiro, que también hace un buen papel, intentando ayudar todo lo posible a Camilo y dándole los mejores consejos para entender y superar su trauma.

La música y ambientación contribuyen a intensificar la sensación de frustración, dolor y angustia que sufre el protagonista, haciéndonos partícipes de esas sensaciones y envolviéndonos en ellas durante gran parte de la película.

Pero quizá el factor más importante de la película es la duda, o las dudas que te deja una vez vista. Hay varios elementos durante la película que resultan, como poco, llamativos: el antílope en la habitación, el hombre misterioso, la sangre negra, el título del libro que escribe tras la muerte de su mujer,… Todos esos elementos hacen que cada uno interprete la película a su manera.

En resumen, una inquietante película que te mantendrá enganchado de principio a fin, pero que también te dejará pensando cómo interpretarla.