Con el género de ciencia ficción y terror con títulos cada vez más complejos, es normal salir de una película con la sensación de haber entendido solo el 70%… o menos. Entre viajes temporales imposibles, realidades paralelas, giros que te dejan tieso y finales que obligan a pausar la vida para pensar, hay cintas que simplemente exigen un segundo visionado.
Aquí tienes un top con diez películas que explotan la cabeza, desde las más míticas hasta algunas joyitas recientes que quizá se te escaparon.
10. Coherence (2013)
Una cena entre amigos, un cometa pasando por encima y la realidad doblándose como si alguien estuviera barajando el universo. Lo que empieza como un drama de sobremesa acaba convirtiéndose en un puzle del que nadie sale ileso, ni personajes ni espectadores. Cuanto más la piensas, más dudas te salen. Ideal para volver a verla y descubrir detalles que la primera vez pasaste por alto.
9. Primer (2004)
Una de las pelis más técnicas jamás rodadas. Nada de efectos, nada de facilidades: solo pura ingeniería temporal. Si pestañeas, pierdes un año de tu vida. Dos amigos crean accidentalmente un dispositivo capaz de manipular el tiempo y, a partir de ahí, la trama se ramifica como un diagrama imposible. Si consigues entenderla a la primera, eres oficialmente un viajero temporal.
8. Moon (2009)
Sam Rockwell dándolo todo en un relato minimalista que se vuelve cada vez más enrevesado. Lo que empieza siendo la historia solitaria de un minero lunar termina convirtiéndose en una reflexión sobre la identidad, la memoria y lo que queda de nosotros cuando nos lo quitan todo. La primera vez sorprende; la segunda, duele.
7. Enemy (2013)
Villeneuve juega aquí con la psicología como si fuera plastilina. Jake Gyllenhaal interpreta a un profesor que descubre que tiene un doble exacto… y, a partir de ahí, todo se vuelve incómodo, denso y enfermizo. La metáfora final sigue generando debates más de diez años después. Obsesiva y desconcertante.
6. Upstream Color (2013)
No es solo ciencia ficción: es una experiencia sensorial. Parásitos que controlan vidas humanas, identidades rotas y una narrativa poética que no te da una sola pista clara. Aun así, es hipnótica. La primera vez desconcierta; la segunda, empieza a encajar. La tercera, ya ni sabes quién eres.
5. Predestination (2014)
Un ejemplo perfecto de bucle temporal retorcido. Ethan Hawke interpreta a un agente que viaja por el tiempo para detener un atentado… pero el guion se guarda un giro que si no te explota la cabeza, revisa tu pulso. Una de esas que cuando acaba te obliga a pulsar “volver al inicio”.
4. Triangle (2009)
Un barco fantasma, un bucle imposible y una protagonista atrapada en una espiral cada vez más cruel. Triangle es uno de los rompecabezas más bestias de su década. Cuando crees que has entendido qué está pasando… no, todavía no. Hay que verla mínimo dos veces. O tres.
3. Annihilation (2018)
Alex Garland convierte la ciencia ficción en poesía corporal y mutante. No es solo lo que ocurre, sino cómo te deja. El “Shimmer” es un concepto tan extraño que cada visionado aporta una nueva interpretación. Su final, directamente, te obliga a quedarte en silencio.
2. Arrival (2016)
Uno de los relatos de alienígenas más emotivos de los últimos años. Villeneuve no va a los disparos, sino a la comunicación, la pérdida y la percepción del tiempo. Cuando descubres el giro final, todo lo anterior adquiere un significado completamente nuevo. Imprescindible doble visionado.
1. Origen (2010)
Nadie mezcla espectáculo y complicación cerebral como Nolan. Sueños dentro de sueños, reglas que cambian, totems que dudan… Inception sigue siendo la reina moderna del “¿pero qué narices está pasando?”. Da igual cuántas veces la veas: siempre encuentras algo nuevo. Y el final, por supuesto, sigue levantando guerras.
Korben
#1
Las entenderá en el segundo visionado el autor del post. No generalices tus limitaciones campeón.
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