El cineasta mexicano Guillermo del Toro, ganador del Oscar por La forma del agua, ha llevado finalmente a la gran pantalla su ansiada adaptación de "Frankenstein", proyecto que ha perseguido durante décadas. Tras su estreno en Venecia y dos proyecciones sorpresa con lleno absoluto en Telluride, la película llega ahora al Festival de Toronto, rodeada de expectación y con un marcado pulso íntimo y operístico.

La cinta, basada en la novela de Mary Shelley, está protagonizada por Oscar Isaac como Viktor Frankenstein y Jacob Elordi como la Criatura, acompañado por Christoph Waltz y Mia Goth. Del Toro define el proyecto como “un concierto gótico sobre la soledad”, donde se entrelazan la furia, la culpa y la ternura en una historia que no busca ser una película de monstruos, sino una reflexión sobre lo que significa ser humano.

El filme, producido por Netflix, ya suena como uno de los grandes contendientes de la temporada de premios gracias a su despliegue visual, la partitura de Alexandre Desplat y las interpretaciones de su elenco. Aunque las primeras críticas han estado divididas, el propio Del Toro lo asume con naturalidad: “Esta película no rehúye la brutalidad, pero también tiene gracia. Y quizá de eso se trate: de que ambas cosas puedan existir en un mismo cuerpo”.