"La Casa de los Susurros" trata de mezclar dos ingredientes que, en teoría, deberían combinar a la perfección: el estrés de un restaurante de alta cocina y el toque siniestro de una casa embrujada. Sin embargo, como un platillo que se queda crudo por dentro, la nueva colaboración entre Blumhouse y Amazon Prime no consigue el equilibrio entre horror y drama.
Dirigida por Bridget Savage Cole y Danielle Krudy, la cinta se presenta como un thriller psicológico con elementos sobrenaturales, pero termina resultando un soufflé que se desinfla en el último acto.
La historia sigue a la Chef (interpretada por Ariana DeBose), una talentosa cocinera que deja un prestigioso restaurante en la ciudad para lanzarse a la aventura de abrir su propio local en un remoto paraje rural. El problema es que la casa que ha elegido no solo necesita reformas, sino que también arrastra la inquietante historia de su antigua dueña, una bruja que, aparentemente, dejó una maldición incrustada en cada rincón.
Acompañada por su torpe inversor, Andrés (Arian Moayed), y una joven e insegura sous chef, Lucia (Barbie Ferreira), la protagonista deberá enfrentarse tanto a los desafíos de inaugurar un nuevo restaurante como a un conjunto de fenómenos paranormales que empiezan a sabotear su proyecto.
La mejor parte de La Casa de los Susurros se encuentra en los pequeños detalles culinarios: la cocina, las especias y la preparación de cada platillo son presentados con un gusto exquisito, lo que hace que la película luzca más como un episodio gótico de Chef’s Table que como un film de terror. Pero cuando se trata de asustar, la cinta carece del mordiente necesario para sostener la tensión.
A pesar de los esfuerzos de DeBose por inyectar vida a su personaje, la trama avanza a trompicones. La actriz se entrega a su papel con una intensidad digna de elogio, pero la falta de coherencia en el tono de la película hace que sus estallidos emocionales se sientan desubicados.
La química con Ferreira funciona a medias, sobre todo en las escenas en las que la Chef y su sous chef intentan rescatar un menú devastado por inexplicables putrefacciones y plagas de insectos, pero incluso esas dinámicas se sienten más como un reflejo del estrés profesional que como una verdadera amenaza sobrenatural.
La dirección de Cole y Krudy busca crear una atmósfera densa, pero nunca llega a decidirse si quiere contar una historia de obsesión y locura, o una alegoría feminista con toques de fantasía. Esto se evidencia en la manera en la que la relación de la Chef con la casa —y con la supuesta bruja que la habita— se desarrolla con más simbolismo que sustancia. Aunque hay momentos intrigantes, como el descubrimiento de un jardín oculto que ofrece ingredientes de origen sospechoso, la conexión entre lo culinario y lo esotérico se queda a medio camino, sin nunca explotar por completo.
El principal pecado de "La Casa de los Susurros" es su timidez. El guion no se atreve a llevar el concepto de una casa embrujada y una chef obsesionada al nivel de locura que la historia sugiere. La presencia de una fuerza oscura que contamina sus platillos —en forma de moho, insectos y alimentos que se echan a perder en minutos— se siente como una idea desaprovechada, un recordatorio de que el potencial de la cinta se quedó en el tintero. Cuando finalmente llega el clímax, con una confrontación que involucra sacrificios y un enfrentamiento físico con la presencia fantasmal, ya es demasiado tarde para rescatar la película de su propia indecisión.
The Good Crítico
#1
Como buen crítico que soy, me gustaría conocer quién ha efectuado esta crítica. Me interesa conocer a mis homólogos.
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