Crítica de “Código 8: Parte II”: Una secuela electrizante que eleva el listón, estreno mañana en Netflix

• 27 de Febrero del 2024
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"Código 8: Parte II" marca el retorno al universo de ciencia ficción creado por Jeff Chan, donde el dúo Robbie Amell y Stephen Amell vuelven a encarnar sus roles como Connor Reed y Garrett Kelton. Esta secuela de la película de 2019 profundiza en el mundo distópico de Lincoln City, un lugar donde el 4% de la población posee habilidades especiales, pero vive marginada bajo la línea de pobreza y una vigilancia policial estricta.

La trama se centra en Connor Reed (Robbie Amell), quien tras salir de prisión intenta mantenerse alejado de problemas trabajando como conserje, hasta que se ve obligado a proteger a una adolescente, Pavani “Pav” (Sirena Gulamgaus), de un grupo de policías corruptos liderados por el sargento Kingston (Alex Mallari Jr.). La historia se adentra en temas profundos como la pérdida, la moralidad y la supervivencia, mientras explora la compleja relación entre Connor y Garrett, ofreciendo una reflexión sobre la confianza y la redención.



Visualmente, "Código 8: Parte II" se destaca por sus efectos especiales y secuencias de acción, elevando la espectacularidad del filme sin perder de vista los momentos íntimos que añaden profundidad a sus personajes. La introducción de nuevas habilidades y los mejorados elementos de ciencia ficción, como los drones y los K9 robóticos, enriquecen la narrativa y proporcionan un espectáculo lleno de adrenalina.

Las actuaciones de Robbie y Stephen Amell son el corazón de la película, con Robbie ofreciendo una actuación emotiva y matizada como Connor, y Stephen brillando como el moralmente ambiguo Garrett. Ambos, junto a un elenco de apoyo que incluye a Alex Mallari Jr. y Sirena Gulamgaus, logran que la audiencia se involucre emocionalmente con sus personajes y la historia.

"Código 8: Parte II" no solo supera a su predecesora en términos de acción y efectos visuales, sino que también ofrece una narrativa más rica y redondeada que invita a la reflexión. Es una película que equilibra hábilmente el espectáculo de superpoderes con una historia conmovedora sobre la humanidad y la lucha contra la adversidad. Este filme es una prueba de que con pasión y creatividad, se puede expandir un universo de ciencia ficción de manera significativa, entregando una secuela satisfactoria que no solo entretiene sino que también resuena emocionalmente con su audiencia.