Frases célebres de Ana Karenina



Dame un whiskie con gaseosa al lado y no seas tacaño.


Seremos castigados por ser tan felices


Los hombres como Stiva engañan a sus mujeres sin ser conscientes de ello. Sus esposas y sus hogares están en un compartimiento, y esas mujeres en otro. Es extraño pero cierto....¿No puedes perdonarle?


Tengo un marido y un hijo a los que cuidar


He óido decir que las mujeres aman a los hombres hasta por sus vicios....pero yo odio a mi marido por su bondad


No te hablo como un marido celoso, sino como un hombre de mundo consciente de que ciertas normas no pueden ser ignoradas impunemente


No te pregunto sobre tus sentimientos. No tengo derecho a hurgar en tu alma. Sólo me preocupo de las apariencias


Después de la elegancia de San Petersburgo pensarás que somos unos bárbaros. - Por el contrario, parecemos gallinas al lado suyo.


¿Está casado? - Sí, hace diez años. Es la madre de mis hijos. - ¿Y la ama? - Sí. Ella no me creerá si le digo, pero mi corazón le pertenece. Créeme, le pertenece. - Le voy a creer si me quita la mano de encima.


¿Por qué la vida no es agradable?


Si lo peor ha pasado, no existen los presagios.


A tu edad, la diversión está en todos lados. - No, algunos lugares son divertidos y otros no.


Estás en un periodo muy feliz de la vida. Se terminó la niñez y es momento de gozo. Por delante, el futuro es cálido y tentador. Lo recuerdo bien. Uno va flotando en una nube azul como la bruma en las montañas de Suiza. La bruma que todo lo cubre. Y que, al desvanecerse, dejará ver la figura del ser amado. Aunque sea mitad imaginario y mitad soñado.


¿Me odias? Deberías odiarme. - De tener orgullo, tal vez. Pero no lo tengo. Sólo tengo amor. - Me siento humillada. - ¿Es humillante tener sentimientos?


Nuestros encuentros son breves como el baile. - Pero nuestras reuniones, frecuentes. - Al dejarte, me siento en un mundo de extraños. Al tomar tu mano, estamos solos. - Te devuelvo al mundo real.


Nunca olvidaré nada que tenga que ver contigo.


La gente me llama falsa. Es verdad. No sería apropiado ser honesta. Una moneda tiene dos caras y en la vida hay que mirar a ambos lados.


Condenados a la dicha o a la desesperación.


Los dragones bailan en el muro.


Lo que digo, querida, lo digo por ti y por mí también. Soy tu marido y te amo. - No es a mí a quien amas, sino a tu carrera y a las apariencias.


No hay nada más efectivo. El coñac para asentar el estómago. Y el pepino y la champaña te reaniman. Te hace sentir como un cosaco.


¿Alexei? - ¿Sí, Ana? - ¿Acaso existe el dolor en el mundo? ¿Existe el llanto? - En este momento se extinguieron. - Siento dolor. Siento lágrimas. - ¿Por qué? - Porque estoy feliz. Sin pensar, sólo vivir, sólo sentir.


Aún los que nos aman mueren. Y aquellos a quienes amamos.