Frases célebres de El Estudiante



El corazón no se cansa de aprender


El título más difícil de lograr es cuando te llaman Señor con mucho respeto y cariño, y ese tú ya lo tienes.


Las puertas de la cultura, como las de la iglesia y las de la política siempre están abiertas, o deberían estar.


Aquí señorita todos somos grandes y todos somos pequeñitos, todos somos lo que queramos ser lo que nuestra imaginación nos permite ser.


¿Por cierto le han dicho que usted se parece al Quijote?


La vida es sueño y los sueños, sueños son.


Siempre mi consuelo, siempre mi columna, siempre mi amada.


Muchas veces los actos expresan más que las palabras.


Hay cosas que no deberían cambiar, como los clásicos nunca cambian.


Los males que no tienen fuerza para acabar la vida, no han de tenerla para acabar la paciencia.


Las grandes obras están llenas de sabiduría, de vida, pero para encontrarla hay que hacerla nuestra y para entenderla hay que compartirla, decirla no solo leerla, explicarla no solo escribirla ¿me entendiste?


No desees y serás el hombre más rico del mundo porque la ambición desmedida empobrece hasta al hombre más caudaloso.


Es mejor ser loado de los pocos sabios que burlado de los muchos necios.


Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado se hacen bestias.


Por la calle del ya voy se llega a la casa del nunca y por los andares del ahorita se encuentran pendientes eternas.


Tu peleas en mí y vences en mí y yo vivo y respiro en ti y por ti tengo vida y ser.


El pudor es el encanto que duplica los encantos de la hermosura.


Solo la luz de la vela es necesaria para alumbrar nuestra imaginación


Ah llegado el momento de dejar de ser nosotros para ser alguien más.


Hagan el favor de ponerse sus máscaras y sean lo que quieran ser.


El amor antojadizo solo busca placeres, no busca cualidades, las cualidades permanecen mientras que las hermosuras merecen.


Dar vida es la entrega que más vale la pena vivir y sufrir.


Al final sabes, creo que eso es el amor, hacer lo que tenemos que hacer para ser dignos del ser amado.


Pensamos que amar es tener derechos, pero la ironía del amor es que se funda en renuncias. Pensamos que amar nos legitima a tener, nos olvidamos que amor es ceder, darse.


Como desacostumbrarme a la bella costumbre de tu compañía.


Estoy orgullosa de ti, nunca dejes tu camino aunque los perros ladren.