Dime qué hacías en esa cárcel. - Dime por qué me sacaste. - ¿No era una misión de rescate? - Déjame decirlo así: Si el secretario quiso sacarme de ahí, las cosas deben de estar muy mal por aquí.
No sabía que usted estaba en Rusia. - No lo estoy. No desde que una bomba voló el Kremlin.
¿Ethan? ¡Creí que estabas muerto! - Lo estamos.
Mi trabajo es predecir lo impensable. Tratar la muerte de mil millones como un juego. Después de 20 años me volví insensible. Hasta que se me ocurrió otra pregunta. ¿Qué pasa después del fin del mundo?
Todos tenemos nuestros secretos.
Si quieres algo de mí, me lo pagas. - No entiendes. No estoy comprando. Yo vendo. - Vendes. ¿Qué vendes? - El futuro.
Saturno te escucha, Júpiter.
Estábamos mal preparados, operando a oscuras. Desautorizados. Lo único que funcionó debidamente en esa misión fue este equipo. No sé cómo acabamos juntos, pero me alegro.