Frases célebres de La Mala Educación



No puedes ser actor y llamarte Ignacio Rodríguez. - ¿Ah no?. - Pues claro que no. - No. Angel Andrade. Todo mundo me llama así. Hasta mi madre.


Nada me erotiza menos que un actor en busca de trabajo.


Es un pueblo de Levante que no mencionaré para no promocionarlo.


Para cosas malas las dos juntas pero pa¨ las buenas tu sola...


Ponme otra. Tú ya sabes que yo creo en la pareja. Dos polvos, dos rayas, dos amigas. Dos cavalgan juntas, dos por la carretera.


Dile a Ignacio que sobrevalora estos folios. Son pura basura. - La basura está en alza Padre.


Esta sociedad valora más mi libertad que su hipocresía


Pienso que acabo de perder la fe en este momento. Y al no tener fe, ya no creo en dios ni en el infierno. Si no creo en el infierno ya no tengo miedo. Y sin miedo soy capaz de cualquier cosa


¿Qué tal está el agua?. - Está esperándote.


Si hubiera seguido siendo como el niño que tú conociste ahora estaría muerto. - Pues yo ya lo estoy. Muerto de cansancio.


¿En qué piensas?. - En los cocodrilos hambrientos.


¿Y por qué no me dan el papel a mí?. - Hombre, porque tú no eres un actor, tú solo eres un maricón.


No te pido nada Enrique, solo saber de ti. Esta historia solo puedo compartirla contigo.


Hasta que no me llames Angel no voy a creer que me tomas en serio como actor.


Y para descubrir el enigma de Juan, Juan me permitió que le penetrara con frecuencia, pero solo físicamente. Estábamos a punto de terminar el rodaje y su misterio seguía intacto, hasta que el último día recibimos una visita.


¿Entonces me haces una prueba? [...] La prueba funcionó por unos meses. Lo suficiente como para que me lanzara al abismo del rodaje de la visita, como la mujer que se lanzó a los cocodrilos y los abrazaba mientras se la comían.


Yo quería a Ignacio. - A un niño de 10 años no se le quiere, se abusa de él.


Pide un millón de pesetas a cambio de su silencio. - Si le da un millón de pesetas será el cuento de nunca acabar.


No tenemos testigos. - Dios. - Sí, pero él está de nuestra parte.


Ya no soy padre ni de mi propio hijo.


Ahora que te he encontrado no voy a dejarte, vete haciendo a la idea.


Querido Enrique: Creo que lo conseguí.


Es como si todas las películas hablaran de nosotros