Frases célebres de Grandes Esperanzas



Somos lo que somos y no podemos hacer nada.


Amor, ambiciones y sueños difíciles de cumplir


¡Oye Finn! ¿Cómo fuma uno un pez espada? - Se toma por la trompa y se enciende la cola.


Debe ser que las cosas son, o no son, de cierta manera. El color de un día. Lo que se sentía ser niño. La sensación del mar salado en las piernas quemadas por el sol. El agua a veces es amarilla. A veces es roja. Pero el color que queda en la memoria depende del día. No voy a contar esta historia tal como ocurrió. Voy a contarla tal como yo la recuerdo.


¿Te muerdes las uñas? Es un mal hábito. Dicen que los ojos son las ventanas del alma. A la mierda. Las manos. Ahí se nota si uno es caballero.


Quizá vivieron algo parecido en su niñez y no le dijeron a nadie. Quizá tuvieron ese roce con un mundo tan enorme que casi nunca vieron otra vez.


Paraíso perdido.


¡Dios! La tierra que el tiempo olvidó. Nora Driggers Dinsmoor.


Nora Driggers Dinsmoor, la dama más rica del golfo, enloqueció hace 30 años cuando su prometido la dejó esperando ante el altar.


El techo es una hoja de oro, oro real. Es idéntico al techo de las Mil Alas de la Academia de Venecia


Dame tu mano. ¿Qué es esto? - Su... su teta. - Mi corazón. Es mi corazón. Está destrozado.


s hermosa, ¿verdad? ¿Qué opinas de ella? Vamos, dímelo al oído. Anda. - Me parece presuntuosa. - ¿Algo más? - Creo que es muy linda. - ¿Algo más? - No le caigo bien. - Pero tú la amas. Te destrozará el corazón. Dalo por hecho. Qué trágico. Ya estás enamorado. Y aún cuanto te garantice que esta muchacha te herirá terriblemente, la buscarás con afán. ¿No es grandioso el amor?


La manera de ser de los ricos y toda mi añoranza, que empezó ese día. De pintar para los ricos, de tener su libertad, de amar a Estella. Las cosas que no podemos tener.


¿Quieres beber? No está envenenada.


Y uno lo recuerda. Cada uno recuerda qué sintió. Y luego me fui a casa a dibujarlo.


¿Por qué nos vemos cada semana, pero nunca hacemos nada? - ¿Hacemos nada? - Como ir al cine. Lo que sea. - Nunca lo sugeriste. - ¿Y lo hubiera sugerido? - Aquí me tienes. ¿O no?


Pasaron siete años. Dejé de ir al Paraíso Perdido. Dejé de pintar. Dejé de lado mis fantasías y los ricos y la muchacha celestial que no me quiso. Eso no me ocurriría de nuevo. Lo había visto venir. Decidí madurar.


Finn, mi cliente me autorizó a que vuelva tus sueños en realidad. - ¿De veras? ¿Algún sueño en particular o todos mis sueños?


Dibujas bien. Eres una mierda para bailar, pero dibujas bien.


No hay nada más difícil que le den a uno su gran oportunidad.


Durante mi niñez Finn fue mi ¿Qué fuiste, precisamente? Fue mi primer amor.


¿Qué tal es no sentir nada? - Digamos que hubo una niña. Y que desde que tuvo uso de la razón se le inculcó el temor. Digamos que le inculcaron el temor a la luz. Le enseñaron que era un peligro, que podría lastimarla. Y un día de sol le pides que salga a jugar, pero ella se niega. ¿Puedes culparla?


Somos lo que somos, la gente no cambia.


No saltes. - ¿Me salvarías? - No en este traje.


Todo gira en torno a las relaciones, ¿verdad?


La noche que se realizaron todos mis sueños. Como todo final feliz, fue una tragedia de mi propia mano. Porque había triunfado. había cortado mis amarres. De Joe, del pasado, del golfo, de la pobreza. Me había reinventado. Lo hice cruelmente, pero lo hice. Era libre.


Deme su mano. ¿Sabe lo que es esto? Es mi corazón. Y está destrozado. ¿Puede sentir eso? - Lo siento. Lo siento.


La chica, el dinero, la fama, la venganza. Ésas eran las enfermizas obsesiones de la Dinsmoor. Y ahora eran mías.


El pequeño Finn. La única persona que hizo algo realmente puro y bueno por mí.


Todo artista debe ir a París al menos una vez.


¿Crees que puedas perdonarme? - ¿Será que no me conoces?