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La madrugada en la que vi esta ridícula película repleta de inmundicia me quedé perplejo, pues, la histriónica y sobreactuada interpretación de Antonio Hortelano es capaz de producirte dolor de ojos. Es una especie de lelo adicto a la coca obsesionado con fornicar porque no unta el churro... Luego hay otras que también tiran hacia atrás, aquella que se emborracha y pide auxilio... ¡Mamma mia! Eso es la vergüenza ajena, y esa otra que hace el choni idem de idem...

La historia supuestamente trata el tema de los becarios que no se ven recompensados ni con contratos ni con un sueldo e intentan sobrevivir como pueden utilizando alguna artimaña, pero vamos, que lo tratan superficialmente y optan por desarrollar historias de amor insustanciales que no llaman la atención. Mucho morreo, mucho magreo... pero sentimientos más bien poco. Una historia floja, unas relaciones mal llevadas y unos personajes que provocan sonrojo absoluto, cada cual es peor... Ahora bien, algunas escenas son tan dantescas que te meas de la risa.

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