Ficha Amor Bajo el Crucifijo


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Críticas de Amor Bajo el Crucifijo (1)




Mad Warrior

  • 6 Jan 2019

10



En una casa particular muy humilde, guarecidos de la fuerte lluvia de fuera, se encuentran los amantes.
Ambos corren peligro.

Él, Ukon, por su inclinación religiosa va a ser exiliado. Ella, Gin, por su condición de mujer va a ser sometida por un hombre al que no ama. La situación y el destino, todo está en su contra, pero un sentimiento guardado desde hace muchos años por fin aflora.
Precisamente allí, de pie y mirando la tormenta a través de los barrotes de la ventana, metáfora de que quizás está aceptando su condena para la eternidad, y siendo un señor de buena posición ahora perseguido, confiesa que el amor de su vida siempre fue ella, una chica que guardó castidad por él siguiendo las enseñanzas de la Biblia que le transmitió. Así que se abrazan por fin, se tocan, se acarician y exponen su más puro amor mientras la música sube y aún se escucha la estrepitosa lluvia...

Bellísima, y a la vez durísima, obra maestra del cine japonés firmada por Kinuyo Tanaka, una de las más importantes actrices del país del sol naciente, fallecida a la edad de 67 años en 1.977, que decidió reciclarse en directora siendo tal vez la primera de su país, una verdadera pionera.
Lo de esta mujer es muy interesante. Sólo dirigió seis películas, muchas hoy en día son desconocidas, pero en cada una de ellas demostró un talento sublime tras la cámara heredando lo mejor de cada uno de los muchos directores con los que colaboró a lo largo de los años, mostrando un gusto especial por la figura de la mujer y su mundo íntimo que ya les gustaría a las pazguatas de Isabel Coixet y Sofia Coppola retratar con tal fuerza. ¨Amor Bajo el Crucifijo¨ fue su última obra, una de las más logradas, contándonos el sufrimiento de dos almas destinadas a estar juntas pero castigadas por la situación que vive su país, situándose la historia en la era Tensho, desde prácticamente finales del año 1.500, en un momento en que los sacerdotes cristianos y su religión están extendidos por todo el planeta pero no son tan bien recibidos en territorio japonés.

El film es descorazonador en muchos sentidos aunque una de sus claves es predicar el amor verdadero más allá de las hipocresías y alianzas de conveniencia de la nobleza de aquella época y sobre todo la fuerza que puede poseer una mujer al estar realmente enamorada en contra de las decisiones que los hombres de su alrededor tomen sobre ella, llegando ésta a preferir la muerte al sometimiento. El sello de Kenji Mizoguchi se hace palpable en todo el metraje; cosa muy lógica, ya que se podría decir que, aparte de ser su actriz fetiche, la sra. Tanaka fue alumna suya y aprendió mucho de él y de sus obras como cineasta.
La serenidad del desarrollo de la historia y su gran cantidad de simbología puede recordarnos al estilo de Ozu, con quien también colaboró la directora. Y ese aspecto transgresor que trata temas como el adulterio, la desobediencia de la realeza, la búsqueda de los verdaderos sentimientos, la unión del hombre y la mujer que no sólo se plasma de la forma más pura sino también con un ligero toque de erotismo, podría haber sido heredado perfectamente de Kaneto Shindo. Hasta la realizadora hereda algo de Bergman (queda bastante claro con esa obsesión que se muestra en la historia por Dios, la cristiandad y el rechazo de la eterna fé por la creencia individual). Múltiples referencias que Tanaka aprendió bien y aprovechó en su obra.

Uno de los puntos clave de ¨Amor Bajo el Crucifijo¨ son sus actuaciones, grandes actuaciones por parte de Ganjiro Nakamura, Hisaya Ito, Osamu Takizawa como el despiadado Canciller, ese enorme Tatsuya Nakadai que da vida a Ukon y por encima de todos una Ineko Arima brillante en la piel de Gin, la cual consigue hacer de su delicada y gélida belleza un aspecto seductor de su personaje, ya que armoniza muy bien con ese fuerte carácter que posee el mismo.
Hay secuencias que asombran por su gran belleza y esmero de la puesta en escena. Algunas a nombrar serían esa donde Gin y su criada observan la ¨procesión¨ que lleva a la chica para ser crucificada (una prueba de la influencia de Bergman), ese momento, que ya he comentado al principio, donde vemos a los dos amantes confesarse su amor, o el triste plano que nos muestra a Gin caminando por el patio para dirigirse a su inevitable final.

Una gran obra cinematográfica creada por una mujer que demostró poseer un gran potencial tras la cámara y que, como he dicho antes, a muchas, incluso a muchos hoy en día, ya les gustaría poder igualar.
Junto a otros títulos igual de importantes como ¨Carta de Amor¨ o ¨La Princesa Errante¨ este film se erige no sólo entre los imprescindibles de su directora sino entre los más grandes del cine nipón.

Que Dios la bendiga, Kinuyo.



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