Late Night


Ficha En el Bosque de las Luciérnagas


  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de En el Bosque de las Luciérnagas (2)




Mad Warrior

  • 24 Nov 2023

8



El sueño de una noche de verano. La luciérnaga quiso acercarse al espíritu para posarse sobre él, pero se trataba de eso, de un sueño imposible, ya que el espíritu se desvanecería.
La luciérnaga permaneció así, flotando alrededor de aquel espíritu entre los árboles del bosque de Yamagami por años, décadas y siglos, junto a él, pero siempre alejada...

Un cuento de la tradición folclórica que cobra vida en una obra de puro sentimiento. La artista Yuki Midorikawa será recordada, a nivel mundial incluso, por “Natsume Yujin-cho“, su longeva saga dedicada al mundo de lo invisible y los yokais y su relación con los seres humanos, a través de la aventura personal del joven Takashi, quien debe comprenderlos y también combatirlos...pero resulta curioso que la versión animada de este trabajo viese la luz antes que “Hotarubi no Mori E“, la colección de relatos situados en los mismos universos publicada al año anterior, sin duda un preámbulo de lo que vendría.
Esta idea le surge a Takahiro Omori, todo un veterano de la industria y amigo íntimo de la autora, además director de “Natsume“, precisamente cuando la serie se embarca hacia la producción de una 3.ª temporada. Esto es un paréntesis en ella y, aun así, nunca abandona ese mundo donde realidad y fantasía se combinan de una forma tan conmovedora y sobre todo natural; pero aquí no hay aventura que valga, aquí se nos sumerge en un romance imposible que podría ser una de esas leyendas tradicionales. El verde de los árboles, la hierba y el moho de las columnas de la puerta del bosque de Yamagami brilla de un modo muy especial, algo mágico se oculta en su interior.

Y también a través de los ojos de una humana lo descubrimos, en este caso Hotaru, revoltosa y precoz pero muy inocente niña que pasa los veranos en casa de sus abuelos, lejos del ruido de la ciudad; su narración en primera persona, ya de adulta, evoca nostálgica esos días pasados, se abre una brecha en el tiempo y se percibe un regusto al cine de Isao Takahata. El primer encuentro entre ella, que anda perdida, y el espíritu que la socorre, Gin, es ya un prodigio de la sencillez, el ritmo y el ligero humor que atraviesa por un tiempo la obra; Makoto Shinkai o Mamoru Hosoda también son fuertes referencias.
No así Omori tiene su propio estilo y oficio, en cómo lograr que cada reunión de la atípica pareja, a lo largo de los años y sólo en época de verano, resulte única, en la importancia de la dilatación del tiempo sosteniendo el plano bien sobre los bellísimos paisajes o los rostros de los personajes, en la mezcla perfecta de drama costumbrista y fantasía. Y el elemento que dispara dicho drama es la imposibilidad, la de que Gin y Hotaru siquiera se rocen debido a la maldición que pesa sobre el primero: si un humano le toca se desvanecerá para siempre. Es esta una amistad que evoluciona a romance marcada por una fatalidad, con la amenaza siempre presente.

En el devenir del tiempo quedan las sonrisas y bromas, los reflejos del sol en el río cercano, o las miradas de sospecha del resto de yokais que desconfían de Hotaru. En un momento dado podremos adentrarnos en el pasado de Gin, nacido humano y acogido por el espíritu y los monstruos del bosque, en otra ocasión nos quedaremos con la chica y su abuelo, que comen sandía en el porche de la casa, o abandonaremos brevemente el bucólico lugar siguiéndola a su ciudad y su ambiente escolar, sólo para descubrir a una Hotaru también de algún modo desconectada de su mundo real, como si su alma y conciencia sólo pertenecieran al bosque de Yamagami.
El doble sentido del título tiene su lado mágico. Hotaru (“luciérnaga“ en japonés) es así la luz que saca de la oscuridad a Gin, de la soledad impuesta por la maldición. Cada encuentro le humaniza más a él pero también la arrastra más a ella hacia un universo que en realidad le es totalmente ajeno...hasta llegar ese instante, precioso, donde ambos se divierten cual pareja de amantes furtivos en el festival nocturno organizado por los espíritus y yokais, y aquí (también en la escena del rescate del Gin bebé) emergen como nunca las influencias de Hayao Miyazaki.

El director maneja con mucho acierto el melodrama, no es excesivo al estilo de Shinkai, ni de su colega Tatsuya Ishihara (conocido por “Clannad“), podría considerársele un heredero digno de Takahata, consiguiendo las mayores emociones durante los instantes más simples y aparentemente insignificantes. Podría tener un metraje mayor, pero no es algo necesario; se trata de un cuento muy bien desarrollado en su intervalo de tres cuartos de hora.
Varios galardones y unas excelentes críticas compensaron el esfuerzo (pero ante todo los sentimientos vertidos en las sesiones de doblaje por los seiyus, Koki Uchiyama y Ayane Sakura, quien durante el sorprendente y desgarrador clímax (predecible, eso sí) no pudo contener las lágrimas y se lanzó a abrazar a su compañero de reparto igual que su álter-ego Hotaru a Gin; por momentos como este dicho esfuerzo ya estaba pagado para el sr. Omori...).



Me gusta (0) Reportar

Parnaso

  • 2 Jan 2019

5


Una peli que no deja huella. Lo más interesante de todo es lo que se oculta en bosque, espíritus que si son tocados al revelarse desaparecen. Entonces tenemos a una muchacha que se adentra en el bosque y cada verano va a ver a su amigo fantasma hasta que un día lo toca y se queda con la increible sensación de haberlo tocado y con la nostalgia de no poder volver a verlo. Y es que, la cinta sin llegar a emocionarme, toca un tema la mar de interesante. Una vez se materializa el deseo no queda nada de esa magia que nos mantiene expectantes.



Me gusta (0) Reportar

Críticas: 2


Escribir crítica