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Excelente película de el señor Edgar Neville que desgraciadamente a caido en el olvido y paradogicamente atesora un valor incuestionable. La peli trata sobre una familia que custodia una mercería que va siendo heredada de generación en generación. El patriarca total de la familia, el abuelo Esteve es un señor recto con la ideas claras, un señor que posee una personalidad inflexible y va predicando los movimientos que han de hacer sus descendientes para que la tienda funcione y hagan que crezca la ciudad de Barcelona.
Su nieto Ramón sigue los pasos de su padre y abuelo, solo vive para la tienda y obedece todas las directrices que le manda su abuelo, se casa, tiene un hijo, pero no vive. Cuando nace su hijo las cosas cambian, este nace con la vocación de ser artista y esto hunde a su progenitor que piensa que el negocio se hundirá en algún momento, esto cambia cuando su salud empeora y reflexiona sobre lo que ha perdido en su vida, la libertad de ser dueño de su vida.
La cinta como siempre posee un guión excelente, se nota que Neville fue literato y escribió lineas perfectas para todas las ocasiones. Los personajes son interesantes, están bien perfilados y son reales. El abuelo saca de quicio en alguna ocasión con tanta rigidez pero en otras ocasiones no le falta razón, ¨Fíate unicamente de los hechos¨, por otro lado aparece por ahí una mujer ¨Doloritas¨ que se queja todo el tiempo de su salud y nunca termina de ponerse mala de verdad, personajazo. En definitiva, nos encontramos ante otra excelente película de Neville, de las mejores de su filmografía. Ligera, directa y con enjundia.

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